Federico Bisquert ”Se nos viene un otoño infernal para España”

Federico Bisquert ”Se nos viene un otoño infernal para España”

La economía número 14 por volumen de PIB a nivel mundial entra en situación crítica, se nos avecina un otoño caliente, aunque se eluda un nuevo confinamiento, la realidad es que cada día en España, entran mas negocios en quiebra y cierran más empresas, generando mayores índices de desempleo  y si a ello le adicionamos los resultados sanitarios que son catastróficos, puesto que continúan perdiéndose vidas humanas,  al menos en determinadas zonas de concentración poblacional, es para preocuparse y mucho, seguimos a la cabeza de los países de la UE en índice de contagios y la caída del IBEX es más que evidente.

Sin embargo, tanto el Ejecutivo como el resto de la casta política van de bronca en bronca, sin dar soluciones a los ciudadanos, apuntando a temas de distracción que no son precisamente lo urgente para esta sociedad española, monarquía o república, memoria histórica, feminismo irracional, posturas independentistas, etc… y es que con todos los datos que están aflorando no cabe duda, que hemos caído en el abismo y seguiremos en él, también en el 2021.

La situación actual, a estas alturas, es que el Gobierno aún está en la disyuntiva de considerar, si más rentable extender las ayudas de cese de actividad para autónomos y ERTES, que evitar la destrucción de empresas, esto supondría asumir 6.300 millones de euros, ya que si lo desglosamos en diferentes partidas  desde la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) calculan que “el coste de prolongar los ERTEs de forma automática a los 770.000 trabajadores de todos los sectores que están afectados es de 3.300 millones de euros. Desde el 1 de octubre y hasta al 31 de diciembre, unos 1.100 millones euros/ mes entre prestación y exoneración”. Y el gasto de poner en marcha la prestación extraordinaria de cese de actividad para ayudar al millón de autónomos que lo necesitan ascendería a 1.000 millones de euros/mes, unos 3.000 millones de euros hasta fin de año.

Lo evidente es que si se destruyen negocios no es que haya que extender más los ERTEs, es que pasarán al desempleo y al desaparecer las empresas se pierden ingresos fiscales y cotizaciones lo que previsiblemente supondrá un mayor coste para la Administración. Hay que tener en cuenta que ante una pandemia que se ha extendido mas de lo esperado los ERTEs han sido una herramienta para evitar la destrucción inmediata de empleo, eliminar los ERTEs es abocar a miles de empresas a despedir a sus trabajadores; que aunque al ser empleados en ERTE técnicamente no pueden ser despedidos, la realidad es otra, ya que de donde no hay, no se puede sacar.

Para Óscar Arce, director general de Estadísticas y Economía del Banco de España, “la extensión de los ERTEs se debería aplicar solo a aquellas empresas que fuesen rentables”.

Según recoge la agencia de noticias, Europa Press, Arce considera que el Ejecutivo debería seguir apoyando a los negocios, concretamente, a aquellos que “sigan siendo viables”. De tal forma, que progresivamente se tengan que rediseñar las medidas de apoyo para facilitar la “necesaria reasignación de factores de distintos sectores, ya que no todos se están viendo igualmente afectados, ni tendrán las mismas perspectivas de crecimiento tras la crisis”.

Y tiene que ser Europa nuevamente quien le recuerde las prioridades al Ejecutivo, reforzando el escudo social y ampliando estímulos, como puede ser prorrogar los ERTEs destinados a amortiguar el impacto de la crisis padémico-económica y conteniendo el gasto evidentemente, de momento no hay ni rastro de medidas de apoyo a la industria, así que ya veremos.

Y para muestra un botón, la AEAT comienza a aplicar desde esta semana, concretamente desde el día 20 de septiembre, intereses de demora del 3,75% anual y eso que los bancos con un Euribor negativo (-0,359) no llegan a aplicar en sus créditos ni el 2%, tanto a PYMES como a profesionales que siguen sin poder liquidar sus aplazamientos por falta de liquidez ante el parón de la actividad. El aplazamiento en el pago de impuestos del primer trimestre fue una de las medidas de escudo social aplicadas por el Ejecutivo, con la condición de que en el 2019 no hubieran alcanzado una facturación de 600.000,- € y se autorizaba a aplazar a este tipo de negocios y profesionales hasta 30.000,- €, por los conceptos de IRPF, IVA e Impuesto de Sociedades, lo cierto es que estamos hablando de la nada despreciable cifra aplazada de algo más de 2.300 millones de € distribuida entre más de 500.000,- PYMES, autónomos y otros profesionales, hoy siguen careciendo de liquidez y el impacto que produce la aplicación de la tasa de interés del 3,75%, es de 7,41 millones de euros/mes, lo que supone un incremento de la factura tributaria en torno a los 90€/mes y la realidad es que han sido víctimas del parón de su actividad por el confinamiento, pero es que ese parón continua e impide que los que solicitaron los aplazamientos puedan hacer frente a la deuda tributaria, o sea que vamos de mal en peor.

Pero además, la negociación sobre el Presupuesto de la UE, bloquea el Fondo de Reconstrucción, ya que la Eurocámara busca incrementar las cuentas en mas de 110.000 millones de euros, o sea el presupuesto plurianual del que se está hablando queda en 1,8 billones de euros y las negociaciones no avanzan al ritmo que esperábamos, vamos que el histórico acuerdo del pasado mes de julio, y por el que recibió Sánchez el aplauso y la vuelta al ruedo, solo sirvió para darle forma al Fondo de Reconstrucción situándolo  en los famosos 750.000 millones de euros y dejar perfilado el presupuesto para los ejercicios de 2021 a 2027, pero ahora falta la bendición de la Eurocámara, la cual rechaza hablar de cifras y se centra en reforzar prioridades para los próximos siete años.

Así que este es el panorama que tenemos…

Federico Bisquert Lafuente

Economista

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