Federico Bisquert ¡¡¡DESPERTA FERRO!!!: Valencianismo unido

Federico Bisquert ¡¡¡DESPERTA FERRO!!!: Valencianismo unido

El fatuo y manipulador Prospero de Bofarull i Mascaró, barcelonés, que director del Archivo de la Corona de Aragón, puso la primera piedra del nacionalismo catalán allá por el 1.847, edificando el pancatalanismo sobre una invención, pues no se le ocurrió otra cosa que reescribir el Llibre del Repartiment del Regne de Valencia en la Edad Media con el único objetivo de magnificar y engrandecer el papel de los catalanes en aquel año de conquista de 1.238, no dudó en suprimir en su edición facsímil del histórico volumen los apellidos aragoneses, navarros y castellanos para darle mayor importancia numérica a los catalanes.

Esta manipulación historiográfica, la realiza para mayor indignación y vergüenza el individuo encargado de garantizar la integridad del archivo, y esto no fue sólo un hecho puntual, sino que fue el comienzo de una cadena de falsificaciones que pronto alimentaría la semilla del nacionalismo y construiría un relato distorsionado de la Historia de Cataluña, ficción que ha llegado hasta nuestros días. A las adulteraciones de Próspero de Bofarull se uniría la conveniente desaparición del testamento de Jaime I -legajo 758, según la antigua numeración- que establecía los límites de los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca y del Condado de Barcelona. Y qué decir del Llibre dels Feyts [Hechos] d’Armes de Catalunya, falsamente considerado una joya de la literatura catalana medieval. Su autor, Joan Gaspar Roig i Jalpí (1624-1691), ejecutó un engaño extraordinario al asegurar que la obra, en realidad escrita por él en el siglo XVII, era una copia de un incunable de 1420 firmado por Bernard Boadas. El apócrifo ha sido usado como fuente para narrar la historia de la patria catalana durante siglos, hasta que en 1948 el medievalista y lingüista Miquel Coll y Alentorn descubrió semejante estafa histórica

El independentismo: La gran manipulación e intoxicación histórica

Este crimen cultural producto de esta y otras manipulaciones ponen en evidencia cómo el independentismo catalán ha alterado y retorcido la Historia a su antojo y que desde luego, en Cataluña han pasado de largo sobre estas incidencias, dando a los retoques supuesta veracidad y apariencia y convirtiendo a semejante individuo en el admirado archivero Próspero de Bofarull, pues de hecho cuando entramos en la sede del Archivo de la Corona de Aragón sito en Barcelona, claro está, -un gigantesco retrato suyo decora la sede-, el gran falsificador del Llibre del Repartiment.

Fue el filólogo e historiador Antonio Ubieto quien descubrió y por supuesto denunció en la década de los años 80, del pasado siglo, que Próspero de Bofarull había modificado y alterado el Llibre del Repartiment del Regne de Valencia en el que se registraban las donaciones de casas o terrenos hechas por Jaime I a los que participaron en la conquista de Valencia descartando asientos que se referían a repobladores aragoneses, navarros y castellanos.

Lo bien cierto es que de aquellos repobladores, los llamados catalanes no llegaban ni al 5%, o sea fueron el 5% del 5%, ya que de aquella población de 200.000 habitantes estimados para el Reino de Valencia, 10.000 fueron repobladores (aragoneses, navarros, castellanos, franceses, etc…) y de ellos 500 eran catanes, teniendo en cuenta que en Valencia coexistían, independientemente, musulmanes, judíos y mozárabes (cristianos viviendo en el islam)y para mayor abundamiento de prueba cuando el rey Jaime I promulgó la Costum primer cuerpo legal del nuevo reino conquistado, el cual, fue redactado evidentemente en el romance hablado por los pobladores del reino, el valenciano, y en 1.261 la Costum se transformó en Els Furs

Las amenazas al historiador Antonio Ubieto y a su familia al descubrir la gran mentira de Bofarull.

El descubrimiento, que el pancatalanismo ha procurado que pase prácticamente desapercibido pese a su trascendencia, dio lugar y supuso la descarnada persecución por parte del nacionalismo catalán de Antonio Ubieto y por supuesto el enfrentamiento con compañeros catalanistas y ser objeto de amenazas.

Debemos saber que D. Antonio Ubieto Arteta, nacido en Zaragoza (1.923-1.990), historiador y filólogo medievalista y discípulo del historiador medievalista José María Lacarra, fue catedrático en la Universidad de Valencia (1.958-1.977) y posteriormente paso a la Catedra de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza, en su etapa valenciana destacó por el estudio sobre la formación del Reino de Valencia.

Pues bien, hecha esta introducción de quien era D. Antonio Ubieto, no en vano venía a derribar parte del mito catalán y a cuestionar la labor de quien es recordado como el erudito que reorganizó y puso en valor el Archivo tras años de abandono. Próspero de Bofarull inició una saga familiar de renombrado prestigio dentro de la oligarquía catalana. Su hijo Manuel Bofarull i de Sartorio (1816-1892), historiador, este heredaría el cargo de archivero y así lo fue entre 1850 y 1892. Otro ilustre Bofarull,  su sobrino Antonio Bofarull i Broca (1821-1892) historiador, poeta, dramaturgo y autor de Confederación catalano-aragonesa (1872), libro que apuntala el camino nacionalista al conferirle al Condado de Barcelona el mismo estatuto que al reino de Aragón, indignante pero así fue, otro fabulador de la historia y se quedaba tan pancho, pues NO !!!… jamás tuvo el Condado de Barcelona el mismo estatuto que la Corona de Aragón.

La manipulación documental de Próspero, explica José Luis Corral Lafuente, profesor y miembro del departamento de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza, introdujo la «tergiversación de conceptos». Porque este calificativo de «confederación» que lanzaba Antonio Bofarull derivaría pronto en otros de mayor calado, como el de «Corona Catalano-Aragonesa», término que se justificó por la unión, en 1150, del conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, con Petronila, la heredera del rey de Aragón Ramiro II el Monje.

Se trataba de una unión matrimonial y dinástica, pero nunca política, como asevera José Luis Corral Lafuente, autor de Historia contada de Aragón (2010): «El Condado de Barcelona era un estado soberano en el siglo X, con usos y leyes propias, pero nunca un reino». Pese a ello, la ilusión del reino catalán aún sigue vigente en la web de la Generalitat, que sobre el matrimonio de Berenguer IV y Petronila dice: «La unión, aplaudida por los nobles aragoneses, permitió que cada uno de los dos reinos conservara su personalidad política, sus leyes y costumbres…». Del archivero del siglo XIX al nacionalismo del XXI: la extensión de una mentira histórica…  ¡¡¡ un auténtico sofisma !!!.

Otra falsedad y mito: la Senyera, que no era ni más, ni menos que el emblema medieval de la casa de la Corona de Aragón

Los registros manipulados por Próspero de Bofarull (1777-1859) del Llibre del Repartiment, no sólo tenían por objeto maquillar que los catalanes fueron minoría en la conquista y repoblación del Reino de Valencia por detrás de aragoneses y navarros. Pretendían además cimentar la preeminencia de la lengua catalana sobre el valenciano, dando infulas a que ésta habría surgido como influencia del catalán, tal y como explica a Crónica la filóloga María Teresa Puerto, alumna de Ubieto y autora de Cronología histórica de la Lengua valenciana (2007).

Objetivo: Inventar y luego perpetuar una historia falsa

Próspero de Bofarull reprodujo los documentos -con las omisiones- en su obra Colección de Documentos Inéditos de la Corona de Aragón, más conocida como CODOIN, editada entre 1847 y 1856, manual que se usó como referencia por muchos historiadores.

La importancia de estas manipulaciones del siglo XIX hay que enmarcarlas en el contexto del momento. Surgieron al calor de la Renaixença, movimiento de la recuperación de la lengua catalana, del que la familia Bofarull, sobre todo Antonio Bofarull i Broca, fue protagonista indiscutible. Los Renaxentistas, buscando una grandeza y una identidad nacional, impulsaron leyendas y mitos de la Edad Media como germen del catalanismo. Un ejercicio de «historia presentista», como lo cataloga José Luis Corral Lafuente, consistente en proyectar los deseos del presente en el pasado. Entre las piezas de antaño que se recuperaron está el antes citado Llibre dels Feyts d’armes de Catalunya, una obra que narra la historia de Cataluña desde los tiempos más primitivos hasta el reinado de Alfonso V el Magnánimo (1396-1458) y que se había datado en 1420. Así se creyó hasta que en 1949 los medievalistas Miquel Coll i Alentorn y Martí de Riquer desvelaron en Examen Lingüístico del Llibre dels Feyts d’armes de Catalunya que el verdadero autor era Joan Gaspar Roig i Jalpí (1624-1691) y que estaba escrito en el siglo XVII. El falsificador había tratado de emular el lenguaje del siglo XV pero no lo había logrado del todo.

El testamento desaparecido

Es una verdadera pena la desaparición del primer testamento de Jaime I, datado en 1241. Su importancia reside en que era el único -hubo tres más en 1243, 1248 y 1262- en el que se establecían los límites de cada reino resultante de las conquistas del rey aragonés: los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca y el condado de Barcelona. Se tiene constancia de parte de su contenido porque el historiador Jerónimo Zurita cita su contenido en Anales de la Corona de Aragón (1562 -1580). No está claro cuándo pudo perderse, o sustraerse, pero sí que en él no constaba ninguna intención por parte de Jaime I de otorgar a Cataluña otra consideración que no fuera la de condado feudal. Tras el último testamento (1262), el condado de Barcelona siguió unido al reino de Aragón en la figura de Pedro II, hijo de Jaime I, y rey de Aragón y conde de Barcelona.

En paralelo a las manipulaciones se fueron construyendo otros mitos nacionales, como el de la propia senyera, bandera ahora de la comunidad autónoma de Cataluña. La cuatribarrada, propia del reino de Aragón, en tiempos de Jaime I no era ni siquiera una bandera, pues este es un concepto moderno, sino el emblema medieval de la casa de la Corona de Aragón, otorgado por el Papa a sus vasallos: cuatro barras doradas sobre fondo rojo. «Los ‘Renaixentistas’ del XIX buscando una grandeza y una identidad nacional impulsaron leyendas y mitos de la Edad Media»

El origen de su vinculación con el Condado Cataluña se atribuyó a la leyenda de Wifredo el Velloso (840-897), fundador de la Casa Condal de Barcelona. Este caballero catalán habría sido herido tras socorrer a un emperador Franco en la batalla. Entonces el emperador mojó sus manos en la sangre de Wifredo y trazó sobre su escudo dorado las cuatro franjas. El medievalista catalán Martí de Riquer refutó la leyenda atribuyéndola a la «manía de buscar orígenes místicos en la heráldica» y, en concreto, a una crónica de 1555 del valenciano Pere Antón Beuter, que a su vez se habría inspirado en otro relato del castellano Hernán Mexia.

Más relevante es el sitio de Barcelona en 1714 por parte de las tropas de Felipe V durante la Guerra de Sucesión (1701-1715). El historiador Ricardo García Cárcel cuestiona que el pueblo catalán se alzara en armas contra los castellanos. Lo define como una lucha entre los partidarios del borbón Felipe V y los del archiduque Carlos, de los Austria. Y es así el pueblo catalán no se levantó en armas contra Castilla, ni mucho menos, tomó posiciones respecto al rey Felipe V y respecto al Archiduque de Austria, en la Guerra de Sucesión, como también ocurrió en tierras valencianas, botflers y maulets .

Rafael Casanova (1660-1743), un jurista que se erigió como defensor heroico durante ese sitio, fue exaltado también en la Renaixença del siglo XIX, cuando en 1863 se le dedicó una calle y después una estatua en Barcelona, en 1888, durante la Exposición Universal. Casanova, que aparece como figura central en el cuadro de Antoni Estruch i Bros, 11 de septiembre, enarbolando no la senyera sino la bandera de Santa Eulalia que identifica la ciudad Condal, defendió la causa del archiduque Carlos, y sobrevivió a la batalla para seguir ejerciendo como hombre de leyes hasta su muerte, en 1743.

Para historiadores como José Luis Corral Lafuente, la cascada de manipulaciones sólo han servido para restar credibilidad al rico legado de un condado que fue soberano e influyente sin necesidad de estas falsificaciones y leyendas más acordes con los anhelos de independencia del sector catalanista.

El Registro de Donaciones del Rey

El «Llibre del Repartiment del Regne de Valéncia», actualmente conservado en el Archivo de la Corona de Aragón, en Barcelona, y que el archivero Próspero de Bofarull manipuló sin ninguna vergüenza en el siglo XIX, no era, otra cosa, que el registro en el que los escribas de Jaime I anotaron las donaciones de casas o de tierras que el rey hizo a los aragoneses, catalanes, navarros, ingleses, húngaros italianos y franceses que participaron con él en la conquista de Valencia de 1238. Los bienes repartidos habían sido previamente expropiados a los musulmanes, quienes en su mayoría huyeron hacia el sur. Por aquellas fechas se calcula que en el Reino de Valencia vivían unas 200.000 personas mientras que los repobladores han sido cifrados por los especialistas en unos cuantos miles. El número de habitantes del Reino, tras esta inmigración aragonesa y catalana, habría aumentado de esa manera un 5%. En el «Llibre del Repartiment» se puede leer la filiación del receptor de la vivienda o terreno y los bienes que se le asignan. Ante el predominio de apellidos castellanos y navarros, en 1847 Próspero de Bofarull tachó del histórico volumen algunos asientos y los sustituyó por nombres catalanes.

El nacionalismo catalán contemporáneo: secesionismo

El disparate arranca no sólo de los tiempos del archivero Prospero de Bofarull i Mascaró, allá por el 1847. Hoy, 170 años después de aquello, otro catalán, Jordi Bilbeny, filólogo e investigador, toma el relevo y se presta a reescribir la Historia. El autor de «El dit d’en Colom: Catalunya, l’Imperi i la primera colonització americana, 1492-1520 [El dedo de Colón: Cataluña, el Imperio y la primera colonización americana]», su último libro, sostiene que el descubridor nació en Cataluña y que partió desde el puerto de Pals, Gerona, en busca de nuevos mundos. Suya es también la teoría de que Santa Teresa fue abadesa del monasterio de Pedralbes y que Cervantes escribió «El Quijote» en catalán y ¿dónde están esos textos y documentos? …nadie lo sabe. Bilbeny, que se autodenomina historiador, ha admitido al diario EL MUNDO haber sido subvencionado y recibir ayudas para sus conferencias y disertaciones en ayuntamientos y diputaciones que controlaba CiU, ¿ no es curioso ?.

El pancatalanismo es un depredador de nuestra cultura y costumbres, hoy financiado por el globalismo capitalista norteamericano, en la figura de George Soros que a su vez representa familias supranacionales como los Rockefeller y otros, su único interés, es un mundo global con estados débiles, donde los feroces especuladores se enriquecen a nivel mundial y no les importa en absoluto ni la cultura, ni las costumbres de los pueblos. Y como nos han utilizado como moneda de cambio por planteamientos partitocráticos, ahí estamos.

Hagamos un breve rewind y situémonos en  5 de abril de 2018, fecha en que los autores del libro Soros, rompiendo España, Juan Antonio de Castro y Aurora Ferrer hacían llegar a la UDEF y al juez Pablo Llarena el resultado de una investigación que evidenciaba las conexiones de George Soros con el proceso separatista catalán y no los rusos como nos contaban. Dos meses después, el Cuerpo de Policía Nacional procedería al registro varias de las empresas e instituciones relacionadas por el trabajo de los autores, los cuales destapan el entramado político, empresarial y de falsa sociedad civil, que financiado por Soros, ha dado cobertura a la fractura independentista y es que Soros ha puesto a disposición del independentismo su compleja red de ONGs y think-tanks,  entramado gestionado por su fundación Open Society Foundation, con su sede para Europa ubicada curiosamente en Barcelona.

Hoy continúa Soros y sus organizaciones afines, apoyadas por un oscuro entramado político-mediático dedicado a la desinformación y guiado desde el exterior, que no son otra cosa, que una injerencia en los asuntos internos del Reino de España y una amenaza a su soberanía y especialmente para Valencia y Baleares que le importamos como pueblo absolutamente nada de nada, su deseo es que seamos absorbidos dentro de la quimera Països Catalans, en resumen que su único fin es generar una ola de empatía internacional con los presos independentistas y su causa, ya que la fragmentación de España es sólo un primer paso y el objetivo final es provocar un efecto contagio que desestabilice a toda Europa, convirtiéndola en centenares de microestados enfrentados, mucho mas fáciles de controlar.

Así que ¡¡¡ valencians en peu alcem-se !!!, pensemos en nuestro pueblo, nuestra cultura, nuestras costumbres y evitemos que nuestras instituciones se contaminen con gente que nos sitúen desde esta estructura depredadora; racionalicemos nuestro voto, el valencianismo no puede estar tan atomizado y unamos nuestro esfuerzo y sentir valenciano para evitar que vuelvan a utilizarnos como una simple moneda de cambio, apartando ideologías como hacen los catalanes o algunos catalanes..

(*) Parte de este artículo se ha extraído de la publicación en Crónica de El Mundo de fecha  8/9/2013, así como del artículo publicado por Julio Martín Alcorcón, el 21/9/2015 y otra bibliografía diversa expresada en el contenido.

Federico Bisquert ¡¡¡DESPERTA FERRO!!!: Valencianismo unido