Luisa C. Perosán: «Movilidad, disuasión y recaudación»

Luisa C. Perosán: «Movilidad, disuasión y recaudación»

Está claro que Valencia no va a mejorar. De la nefasta gestión del Botánic no hay forma de escapar. Lejos de arreglar el desaguisado, parece que el actual concejal de movilidad pretende aumentar el caos.

Durante ocho años, llenaron las calles de carriles para bicis, patinetes, bus y taxi, con la única finalidad, de arrinconar a los que no tienen más remedio que usar su coche, furgoneta o camión, para trabajar.

Carriles por donde un coche o una furgoneta no pueden circular, sin embargo, los patinetes, las bicis y los taxis, van por donde les da la gana. Ensancharon de forma absurda un gran número de aceras, pintaron las zonas de aparcamiento, multiplicaron por cinco el número de contenedores de basura, y el número de plazas para discapacitados, es cinco veces superior al número de personas con discapacidad y un coche.

Las calles peatonales, los maceteros, los bolardos, las líneas azules, verdes y naranjas. Todo con una clarísima finalidad, y esta es que donde antes aparcaban veinte vehículos, ahora no puedan aparcar ni cinco.

Circular por valencia es una auténtica agonía. Bicis, patinetes y gente nerviosa. Entradas y salidas absurdas y carriles bici de aquí a la luna.

Y no bastaba con esto, además, esos carriles reservados a autobuses y taxis se van a convertir en una nueva fuente de ingresos para el ayuntamiento, ya que estacionar, circular o parar en estos carriles se multará con 300 euros. Nunca llevar a tu anciana madre a su casa había salido tan caro.

¿Para que molestarse en ir a las urnas, si una agenda programada está por encima de la voluntad popular?

¿Y por qué? Pues porque todas estas cabecitas pensantes solo piensan en coches, Ni se les pasa por la cabeza que dentro del coche hay una o varias personas. Ni se les pasa por la cabeza que el coche sea una necesidad. Se les llena la boca de “transporte público” pero no se apean del coche oficial.

Muy preocupados por el medioambiente, se despreocupan por quien paga sus impuestos. ¿De qué sirve votar a un partido X si hace lo mismo que un partido Y?  ¿Por qué molestarme en elegir si no se va a cambiar nada?. Parece que lo único que importa es que izquierda y derecha se turnen.

Parece que lo único que importa es tener las manos “en la masa”. Parece que los paganini estamos únicamente para eso, para pagar religiosamente.

Si existe la posibilidad de prohibir algo con animo recaudatorio, pues se hará. Que la necesidad te obligue a parar en ese carril, porque estas trabajando y no hay donde estacionar, porque tienes que llevar a tu madre de noventa años y con un andador hasta su casa, o porque estás de nueve meses, y llevas la compra, les va a dar igual.

Son 300 euros porque sí. Porque entienden que todo lo que se salga de lo marcado por esa agenda absurda, esa de las supuestas buenas intenciones, es tú comodidad y debes renunciar a ella. Ni se les pasa por la cabeza algo como “la necesidad”.

Ciudades como Madrid o Barcelona por tamaño, ya eran incómodas y difíciles, nunca pensé que Valencia, que es más pequeña, pudiera igualarse. Valencia hoy en día resulta una ciudad cada vez más inaccesible y tortuosa.

La gente necesita vehículos. Para trabajar y para desplazarse por la razón que sea.

El autobús, el metro y el tren, no llegan a todas partes, son servicios muchas veces masificados y lentos. Los polígonos industriales, muchos de ellos de tamaño considerable, no están bien conectados. Las empresas situadas en el casco urbano necesitan suministros, y cada vez es más difícil llevarlos. Un camión, de una lavandería que trabaje para hoteles, debe emprender un vía crucis cada mañana para poder dar servicio. Un repartidor de cualquier otra empresa tiene el tiempo justo y no puede perder media hora buscando un sitio de carga y descarga libre. Una persona que acude a un hospital no puede estar pendiente cada dos horas de bajar a pagar por tener el coche aparcado. La calle Ruzafa es una trampa mortal, hay un solo carril para circular con vehículos como coches, motos, camiones o furgonetas, y un carril bici, una acera donde podrían aterrizar aviones, y tras esto, la entrada a un parking. Añadamos a eso los peatones.

¿Qué necesidad había de hacerlo tan rematadamente mal? Y lo que es más importante ¿porqué no se arregla? ¿Por qué se mantiene esta chapuza?.

Da qué pensar. Se podría decir que todas esas “reformas” que solo persiguen la disuasión y la recaudación, se van a quedar tal como están, porque se hicieron precisamente para eso. Para que evites de todas las formas posibles ir con tu coche y para que, si no tienes más remedio y te pueden multar, lo hagan.

Felicidades señor concejal de movilidad, esta usted contribuyendo a la “inmovilidad” de forma decisiva.