Fernando de Rosa: ”El que se mueve no sale en la foto”

La frase “el que se mueve no sale en la foto” se atribuye a Alfonso Guerra, que entre los años 1979 a 1991, fue vicesecretario general del Partido Socialista Obrero Español y vicepresidente de los Gobiernos de Felipe González, entre 1982 y 1991. Durante ese tiempo controló con mano dura el aparato del partido recurriendo a la indicada frase, a modo de advertencia o amenaza a cualquier disidente, para retirarle el respaldo y cercenar sus aspiraciones políticas y a cargos públicos.

  • De la mano de esa frase, venía la segunda: “fuera hace mucho frío”, por lo que más vale ser sumiso y dócil con el aparato del partido.

Curiosamente, el mismo Alfonso Guerra acabó probando de su propia medicina, y en la actualidad, el sanchismo le ha dejado fuera de la foto de la celebración de la victoria del PSOE, hace cuarenta años. De hecho, Guerra ha acabado afirmando irónicamente que “no me han invitado, seguramente es que yo no estaba en la dirección del partido”.

En general, puede decirse que este modo de actuar es propio de la izquierda. En nuestro país, esos partidos han ido purgando y dejando a la “intemperie política” a todo el que “se ha movido”. Se ha dejado fuera de muchas fotografías a todos los que se han atrevido a plantar cara al aparato oficialista o simplemente han considerado que las cosas se podían hacer de otra manera a la que impone el líder, tan propia de este tipo de partidos.

De hecho, la izquierda siempre alardea de sus valores democráticos y el respeto a las ideas de los otros. Sin embargo, a la primera de cambio actúan al más puro estilo de los partidos comunistas ruso o chino.

Así lo hemos podido ver, por ejemplo, en el caso de Podemos. Mientras Pablo Iglesias lideraba el partido pasó de su “asalto al cielo” a provocar el “descenso a los infiernos” de la mayoría de los que en su día le pusieron al frente del proyecto. Así ocurrió, por citar tan solo dos ejemplos, con Íñigo Errejón o Teresa Rodríguez en Andalucía.

  • Sin embargo, como a Guerra, a Iglesias también le llegó el momento de dejar de salir en la “fotografía política”.

En su caso, no fue una purga interna la que provocó su abandono, sino su estrepitoso fracaso en la contienda electoral con Isabel Díaz Ayuso. A pesar de ello, Pablo Iglesias se resiste a aprender la lección. Así lo puso de manifiesto con su intervención radiofónica incitando al odio, insultando a la policía municipal de Madrid, y exaltando el vandalismo y el machismo de Isa Serra. Dichas declaraciones, como no podía ser menos, le han valido recientemente la reprobación política en el pleno del Ayuntamiento de la villa de Madrid.

Las purgas al estilo bolchevique también han comenzado en Compromís siendo una muestra de que está cundiendo el pánico ante las próximas citas electorales. La izquierda nacionalista “valenciana” ha olvidado su “compromiso” con los ciudadanos y con el pluralismo y ha empezado a cortar cabezas, precisamente ahora que ellos están descabezados al no poder presentar a Mónica Oltra en las próximas elecciones autonómicas.

La exvicepresidenta había pretendido que la instrucción por el presunto encubrimiento al que por entonces era su marido, se le pusiera fin. Sin embargo, el titular del Juzgado de Instrucción número 15 de Valencia ha decidido prorrogar seis meses más la investigación de los hechos, pues todavía hay diferentes diligencias pendientes de ser practicadas.

Pues bien, no es ninguna casualidad el hecho de que Mónica Oltra haya quedado imposibilitada para presentarse a las elecciones autonómicas, para que en Compromís hayan sacrificado a la hasta hace pocos días, Consellera de Agricultura, desarrollo rural, emergencia climática y transición ecológica, Mireia Mollà.

  • La vicepresidenta Mas, también de Compromís, hace una semana afirmó, refiriéndose a Mollà, que “sobran personalismos”.

Ese era al aviso de que se había movido y que quedaba descuadrada. El objetivo de la foto política ya no le podía abarcar. Y así ha sido.

La existencia de estas maniobras en Compromís ha sido reconocida por el mismo número dos de la Conselleria de Agricultura, que ha abandonado su cargo de manera voluntaria tal y como ha afirmado, ante la “existencia de una purga por parte del entorno de Oltra”.

Compromís está sufriendo el cainismo tan propio de la izquierda. Las luces de los flashes se están apagando para ellos, pero no son sus purgas internas las que van a provocar que dejen de salir en las fotos, sino que los ciudadanos, con el impulso de sus votos y su deseo de que las cosas cambien, les van a mandar a dormir, políticamente hablando, bajo la luna de Valencia.