¿Qué fue de Pablo Casado?

¿Qué fue de Pablo Casado?

Lo peor para nuestro personaje es que la respuesta a esa pregunta no interesa a casi nadie. Un año después de su abrupta y atormentada salida de la presidencia del Partido Popular, a muy pocos les importa qué haya sido de quien fue su líder.

La prueba de que el propio partido es el más interesado en ese olvido la tenemos en que en sus últimos actos significativos han estado presentes sólo los ex líderes Aznar y Rajoy. Bien es verdad que ambos han sido presidentes de Gobierno, dignidad que nunca alcanzó Pedro Casado. Pero lo mismo que el partido presume de aquellos, no quiere —y el propio Casado tampoco— que se cuente con él para ningún acto partidista.

Ésa es la desventaja de salir por la puerta de atrás: que cuando estás arriba todo son plácemes y palmaditas en la espalda y cuando caes lo primero que sucede es que deja de sonar tu teléfono.

Hablábamos de Aznar y Rajoy, cuyo legado es objeto de orgullo de su formación política. Ambos, además, a pesar de estar en edad de jubilación, tienen ocupaciones conocidas, mientras que las de Casado parecen ser un misterio avalado por su protagonista y por un pasado siempre y exclusivamente ligado a la política.

Todo lo más que se conoce del último presidente del PP  antes de Feijóo es una vaga actividad como mediador económico y gestor de patrimonios, lo cual ni le da más prestigio ni le ofrece motivos para presumir de ello,

Ya ven el contraste entre lo que pudo ser —presidente de Gobierno— y lo que ha acabado siendo, en negocios alejados de la exposición pública. Es que la política no tiene entrañas y sólo cabe la alternativa de triunfar o fracasar.

A Contracorriente

Enrique Arias Vega