Fernando de Rosa: “El puerto de Valencia es nuestro”

Valencia es una ciudad que le ha costado urbanísticamente abrirse al mar. Históricamente los poblados marítimos, que nacieron alrededor del puerto de Valencia, solo estaban unidos a la capital por un camino que llegaba directamente al edificio de la Aduana, actual sede del Tribunal Superior de Justicia. Pero el amor de los valencianos a nuestro mar y a nuestro puerto nunca ha sido un sueño, sino una realidad, porque es por donde ha entrado y salido nuestro progreso y siempre ha reflejado nuestro espíritu emprendedor, por eso es necesario que los valencianos lo defendamos, no solo porque es columna vertebral de nuestra economía, sino porque depende de su desarrollo, nuestro futuro económico.

  • El puerto de Valencia es el cuarto puerto con más tráfico en Europa

Siendo el más grande de España con una capacidad de tráfico anual de más de 85 millones de toneladas de carga, más de 5 millones de tráfico de contenedores y casi 500.000 pasajeros. Nuestro puerto es uno de los motores económicos de la Comunidat y, sin duda, de España

En estos momentos, cuando la ciudad de Valencia y la Comunitat Valenciana todavía no se han recuperado de la crisis económica provocada por la pandemia y se encuentra enormemente amenazada por la crisis derivada de la subida de las materias primas y la inflación existente, resulta vital atraer y consolidar infraestructuras claves, como es la ampliación norte del puerto de Valencia que supone una inversión privada superior a los 1.000 millones de euros que generará, en el proceso constructivo, 15.000 puestos de trabajo adicionales, y 5.000 empleos permanentes, con un impacto sobre el empleo con la terminal operando, de más de 44.000 empleos indirectos, que y permitirá ampliar la capacidad del recinto en tráfico de mercancías y contenedores, tal como pone de manifiesto la propuesta de resolución planteada por el grupo municipal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Valencia

  • Esta ampliación es vital para nuestra actividad económica, por lo que sorprenden los ataques contra esta infraestructura por parte del nacionalismo valenciano, aliado con la izquierda radical e independentista del resto de España.

Coincido con el empresario, Vicente Boluda, en preguntarme qué pintan ERC y la CUP liderando la propuesta de paralización de la ampliación del puerto de Valencia, cuando el puerto de Barcelona lo han duplicado y se han cargado la desembocadura del río Llobregat, dándose la paradoja de que el ecologismo nacionalista calla ante la ampliación de nuestro rival económico y ataca de forma furibunda la acción que se quiere efectuar en el puerto de nuestra capital.

Viendo esta doble vara de medir es cuando comenzamos a entender donde está realmente la cuestión: la paralización del puerto de Valencia redunda en beneficio del puerto de Barcelona, y eso el independentismo catalán, con la colaboración sumisa de Compromís y Podemos, no lo puede tolerar.

El puerto de Valencia pertenece a los valencianos, por eso no debemos tolerar injerencias externas e internas de aquellos que trabajan por intereses ajenos a los nuestros, y menos de aquellos que se están convirtiendo en verdaderos “caballos de Troya” del progreso de nuestra Comunidad. No podemos aceptar que se aleguen motivos ecológicos para frenar la ampliación norte del puerto de Valencia porque se puede compatibilizar esta construcción con medidas de protección de la costa y de la Albufera. Ambas acciones no son incompatibles, como hemos podido comprobar en otras ampliaciones de puertos europeos, con la excepción precisamente de lo ocurrido en Barcelona, que se hizo con la bendición de aquellos que se oponen a nuestra ampliación.

Estamos ante una inversión de la empresa privada MSC de 1.000 millones de euros que permitirá una mejor conexión terrestre con las más de 20.000 empresas que utilizan el puerto de Valencia para exportar sus productos, entre ellas, la fábrica Ford que da trabajo a más de 6.000 empleados de forma directa y a unas 30.000 de empresas vinculadas al sector, que se vería perjudicada en un momento en el que se está discutiendo su futura viabilidad.

  • ¿Por qué Compromís siempre trabaja en contra de los intereses de los valencianos, sometiéndose a los dictados de sus admirados partidos independentistas catalanes?

Esta es la pregunta que los valencianos nos tenemos que hacer cada vez que veamos al alcalde Ribó cenando con el golpista condenado, Oriol Junqueras, o cuando el flamante nuevo líder catalanista valenciano, Marzá, se manifiesta en Castellón de la mano del también condenado expresidente de la Generalitat de Cataluña Torra.

Esa es la verdadera razón de la oposición de los catalanistas valencianos a la ampliación del puerto de Valencia que sus hermanos ideológicos defienden en el Congreso de los Diputados, ya que, sin duda, ven peligrar al puerto de Barcelona. Por eso hay que decir las cosas como son y no como nos lo quieren vender, camufladas con tintes verdes ecologistas.