Cuando la mejor defensa es un ataque al prójimo para tapar tu incompetencia

Esta semana hicimos algunos más de 300 kilómetros para escuchar al president Puig en su Conferencia en Madrid en los Desayunos de Europa Press. Un considerable madrugón que esperábamos cubriera las expectativas generadas. A las 9:30h de la mañana en el Auditorio Beatrix del madrileño barrio de Salamanca  pronunciaría Chimo puig una conferencia como abanderado de la Comunitat Valenciana.

Muchas expectativas generadas

Los Consellers de Hacienda, Justicia y la de Sanitat acudieron junto con asesores a la llamada y compartieron tren en el viaje del AVE a Madrid. Allí llegados al auditorio estaban la nueva Ministra de Cultura y Ciencia, la ex-alcaldesa de Gandía. Así como otros altos cargos del gobierno.

Una suerte de avanzadilla valenciana con el presidente de la CEV, Salvador Navarro y algunos empresarios valencianos. Las expectativas generadas eran altas. Un gran auditorio que ocupó ( con medidas de distanciamiento social) todas las butacas que se podían ocupar.

Una conferencia que más bien sonó a experiencia personal. Por cuanto Chimo Puig quiso empatizar con el auditorio, hablando de operacioens quirúlgicas propias y haciendo una comparativa con la situación política en España. O más bien su visión de la misma.

Habló de varios temas, pero la situación de Cataluña sería un punto estrella, previsible. Por ello quizá el President pasó de puntillas, no sin generar polémica, diciendo eso de «pactar no es traicionar». Refiriéndose a los independentistas y a España.

Puig centró al atención de todos con el ataque a Madrid

Puig quizá consiguió su objetivo personal que era desviar la atención, pero el modus operandi resultó todo un ataque a Madrid que no pasó desapercibido para nadie.

Quizá no le falte razón en eso de decir que la concentración de poder político genera un entorno financiero y económico que ayuda a Madrid. Pero este ataque directo a Madrid fue una huída hacia adelante.

Puig centró su debate en ser el Robin Hood valenciano, el redistribuir la riqueza que le quita a los poderosos, pero trataba de justificar su propia incompetencia.

Lo que Chimo Puig dijo de implantar un nuevo impuesto ampliando la carga impositiva a las fortunas madrileñas establecidas en la capital lo que escondía era la necesidad de generar nuevos ingresos al Estado. Todo para así justificar la nueva estrategia valenciana de poner 16.000 millones de euros anuales más para financiar a als CC.AA.

Una estrategia clara

La nueva estrategia contra la infrafinanciación es que nadie pierda. Así, han cuantificado que para ello el Estado debe poner cada año a disposición de las CC.AA. 16.000 millones de euros para la financiación autonómica. Que supuestamente irían a parar a las CC.AA. más perjudicadas por el actual sistema, especialmente la Comunitat Valenciana.

Pero la primera pregunta que surge es ¿de dónde va a sacar el estado ese dinero?. Pues para eso necesita Puig ese nuevo impuesto a las elites madrileñas.

La justificación de la propia incapacidad

Pero al realidad es que es una cortina de humo para tapar la incapacidad de la Generalitat Valenciana para influir en Madrid. Todo ello a pesar de que el president Puig y Pedro Sánchez sean del mismo partido político.

La infrafinanciación sigue igual que hace años, la deuda histórica sigue creciendo, y el Derecho Civil o su reincorporación está en un cajón del Congreso durmiendo el sueño de los justos…

La agenda valenciana es un buen título para una Falla, porque la realidad es que es inexistente en la política actual. Donde una y otra vez vamos los valencianos al furgón de cola de las inversiones del Estado.

Ahora parece que los políticos valencianos hayan descubierto que en 6 años nada se ha hecho por esta Comunitat Valenciana.

La Comunitat Valenciana existe

Tendremos que comezar una campaña de ¡oye, también existimos!. Porque el poder valenciano en Madrid es completamente inexistente. Por ello quizá la mejor defensa era un ataque frontal. Pero el auditorio eran esas mismas élites madrileñas que recelaron de las palabras del President que lejos de quedar como un Robin Hood quedó como un individuo que lesfue a insultar a la cara... No sé si la estrategia fue la más acertada, pero la polémica no ha hecho más que comenzar.

Vicente M. Bellvís