Censura bienintencionada

Enrique Arias Vega: “Censura bienintencionada”

En seguida se ha desdicho Yolanda Díaz de su propuesta de censura a periodistas que “no digan la verdad”. Semejante medida manipuladora, entre otras cosas, choca frontalmente con el derecho a la libre información de la Constitución. O sea, que la lideresa de Sumar no es que no crea que ella pueda manipular la información, sino que el escándalo surgido la ha hecho desdecirse.

El planteamiento era bien sencillo: un comité creado al efecto diría qué cosas eran ciertas y cuáles otras manipulaciones o falsedades y mandar a sus autores al ostracismo, es decir, a echarles de la profesión.

Esto, que en todas las épocas se ha llamado cesura, tenía el falso propósito, disfrazado de buena intención, de preservar la verdad informativa frente a las falsas noticias. Lo del comité o la comisión encargado de dilucidarlo era otra cuestión, pues es de suponer que seguiría en  sus diagnósticos los deseos del propio partido Sumar y sus corifeos.

Ya ven a dónde hemos podido llegar, a distinguir entre periodistas buenos y malos, entre verdades incontrovertidas y opiniones nefastas para la opinión pública.

Esto demuestra que la verdad molesta a quienes dicen defenderla y que no existen más certidumbres que las que coinciden con los nuevos censores, dispuestos a destrozar la profesión y hasta la vida de los demás.

Así que no nos fiemos de la izquierda con fondo de armario, de las sonrisas chulí pirulí de quienes dicen protegernos de las maldades ajenas y miremos en cambio sus propios intereses, que sólo concuerdan con un tipo de verdad, la suya.

A Contracorriente
Enrique Arias Vega