El Gulliver, el nuevo quebradero de cabeza de Ribó y Campillo

Tan sólo unas semanas después de su gran inauguración de reapertura de nuevo el Gulliver es el nuevo quebradero de cabeza de Joan Ribó y Sergi Campillo.

Un parque infantl que se cerró en pandemia y el mismo día de su apertura tuvo que cerrarse porque varios niños presentaban problemas de salud tras utilizar las instalaciones. Entonces se dijo que era por los productos químicos utilizados. Este hecho fue aprovechado para hacer una remodelación total del Gulliver.

Tras una obra que ha costado 793.000€ a las arcas municipales y tras abrirse los últimos días de octubre, en emnos de un mes han aparecido nuevos problemas.

Las versiones titubeantes municipales pero ninguna explicaicón oficial ni coherente

El Ayuntamiento, ajeno a los problemas, era la segunda vez que se encontraba con el mismo problema, reabrir y tener que cerrar. Primero se aseguró que se iba a cerrar de nuevo e inspeccionar. Posteriormente las mismas fuenets municipales añadían que se procedería a un nuevo cierre total. Ahora el cierre es parcial y se está a la espera de explicaciones detalladas y de una versión consistente y definitiva municipal.

Lo que no es entendible es que nadie revisara la obra, como parece pasa en todo en el Ajuntament de Valencia, donde nadie revisa las obras efectuadas por contratas. El Círculo del Patrimonio ha tenido que denunciar intervenciones chapuceras sobre el patrimonio. También vecinos y comerciantes han advertido los últimos meses de chapuzas en obras supuestamente inauguradas o abiertas. lo que da cuenta de la mala praxis y peor gestión municipal.

¿Hay alguien al mando en el Ayuntamiento?

Parece que Ribó hace meses que abandonó su funciónd e director y cada cual va a la suya, cada concejalía parece inconexa con las demás, especialmente si son de color político diferente. Así, tenemos dos concejalías paraleas de urbanismo, la de Grezzi y la de Sandra Gómez. eso sí,s e saben muy bien boicotear los unos a los otros. Muestra de ello es las dos paradas de EMT en el centrod e la plaza peatonal de San Agustín, que llevan más de dos años siendo el testigo de la torpeza municipal.