Tres polvorones para los funcionarios de la cárcel que trabajan esta Nochebuena. La realidad de un colectivo invisibilizado y abandonado

El colectivo de funcionarios de prisiones, tan olvidado por las instituciones siguen con sus quejas. Si la semana pasada era la propia Instituciones penitenciarias los que en los supuestos prácticos de un examen de acceso dejaban entrever supuestos de violencia de los funcionarios, hoy les regalan tres polvorones.

El Sindicato Tu Abandono Me Puede Matar de funcionarios de prisiones denuncia la estigmatización del colectivo por parte de las administraciones

Tres polvorones para los funcionarios que trabajan esta noche

Desde el Sindicato de Tu Abandono me Puede Matar recuerdan los desprecios continuos al colectivo desde el Ministerio del Interior, y las promesas incumplidas.

Una noche en la que los internos gozarán de una cena especial, y donde los funcionarios recuerdan la cantidad de agresiones sufridas en los últimos meses. Siguen sin consecuencias para los internos, ya que carecen de cualquier consideración de autoridad.

También quieren recordar estas naviadades el proceso judicial y el mal trago que pasaron los funcionarios de Villena por parte de la ex-subdirectora que parece se inventó una denuncia falsa de encapuchados en las que parecía señalar a los propios funcionarios. Una subdirectora que al fin se ha demostrado era una denuncia falsa, ya que parece se inventó la agresión.

La realidad que Instituciones Penitenciarias oculta

La realidad es que faltan medios, faltan funcionarios y en las prisiones la plantilla médica es más bien exigua, por loq ue muchos de los internos con medicación pautada no la siguen adecuadamente al no haber ese seguimiento de enfermeros/médicos. También hay que recordar que en la población reclusa los problemas mentales son constantes y que uno de las carencias más repetidas en los establecimientos penitenciarios es la salud mental.

Mucho por hacer en unos establecimientos que en teoría deben servir para rehabilitar al reo, pero que por desgracia lo abandonan a su suerte. Como también abandonan a los funcionarios de prisiones.