Luisa C. Perosán: » De momento no hay ley de amnistía»

El debate sobre la ley de amnistía es como una retrospectiva de titulares y artículos de prensa de hace meses. Nada nuevo. Los mismos slogans, las mismas razones torticeras, la misma demagogia y bajeza moral e intelectual. Nada nuevo porque es hablar por hablar, un paripé vergonzoso que solo sirve para mantener las formas y hacer creer al contribuyente y al que no contribuye, pero vota, que hay democracia y que puede elegir. Nada mas lejos de la realidad.

Lo creo porque los argumentos y la moral tienen la profundidad de un charco.

El poder es dinero. Llegar al gobierno o al congreso supone mucha pasta. Ninguna de las personas que calientan esos escaños están dispuestas a ceder ni un céntimo, ni un mes de sueldo y prebendas. Por eso nos montan estos sainetes y estos teatrillos donde nunca hay sorpresas. Los azules tienen pactados sus años de gobierno turnándose con los rojos. Si por una de aquellas hay sorpresas y salen los azules, pues nada se pacta con los rojos una moción de censura y recuperamos el tiempo para echar las zarpas sobre el erario público.

  • Cómo ya ocurría con Cánovas del Castillo y Sagasta, columpiándose sobre España, «Sube el uno, baja el otro, y España siempre en el potro».

Todas esas réplicas, esas acusaciones de mentiras y “cambios de opinión” no suponen ninguna diferencia. Casi, echándole imaginación, una se puede figurar como ha sido el asunto fuera, en el bar del congreso, gin tonic en mano.

Recuerdo cómo Rajoy se fue de copas durante su propia moción de censura. Cómo Puigdemont “huyó” escondido en el maletero de un coche, que es absolutamente increíble y no lo digo porque me parezca una huida intrépida, es porque no me lo creo. Como no me creo que los que cobraban el 3% vayan a devolver un céntimo.

  • La polarización es la clave. Mientras nos indignan con propuestas como la ley de amnistía para comprar siete votos, por detrás, esos que congregan multitudes los domingos, intentan negociar un pacto.

Mientras nos indignan, mientras estamos peleándonos por cuestiones como esta, el aeropuerto de Barajas parece un arrabal de Mogadiscio, las Canarias tienen casi mas inmigrantes que habitantes autóctonos, las empresas cierran por la depredación fiscal sin precedentes que las ahoga, se sueltan violadores y pederastas a las calles, Bruselas va aniquilando nuestra soberanía alimentaria y energética, La Agencia Tributaria quiere fiscalizarnos hasta el ticket de Mercadona y si te okupan tu casa, no puedes hacer nada…

Lo cierto es que los azules, con mayoría absoluta, no han derogado ninguna de las leyes de los rojos y los rojos tampoco han hecho nada por desfacer los entuertos de los azules. El proyecto, a nivel nacional es el mismo, el programa es el mismo, y los motivos los mismos, permanecer todo lo posible viviendo como sátrapas.

Al igual que las mafias, se reparten territorios y pactan para que el sistema que les permite estar en el poder se perpetúe, al menos hasta que sus descendientes estén en posición de heredar cargos, porque los que están por llegar, ni se tomarán la molestia de convocar elecciones.

La ley de amnistía no ha salido adelante… Hoy no, pero ¿y la próxima ocasión? Quizá, con las posibles movilizaciones de agricultores se lo han pensado mejor y han decidido que ya tienen el gallinero bastante alborotado como para jugar con fuego. Mañana o pasado mañana los de los siete votos conseguirán algo más y entonces, por arte de magia la ley saldrá adelante. Deben ir consiguiendo pequeñas victorias que den esperanza a los cuatro gatos que les permiten estar ahí, pero saben de sobra que una independencia declarada tiene dos consecuencias, una es la guerra y la otra el final de su chollo y no quieren ninguna de las dos cosas, o al menos, no quieren la segunda de esas cosas.

Luisa C. Perosán