Hacia el 23 de Julio

La campaña electoral de las elecciones generales comienzó la medianoche del  pasado  jueves día 6 de julio y ya faltan escasas dos semanas para llegar al 23 de julio, la exótica fecha elegida por Pedro Sánchez, para que vayamos a votar los valencianos junto al resto de ciudadanos españoles. Realmente es un buen día para votar por el cambio y conseguir que el sanchismo sea historia en el gobierno de España como ya hicimos en la Comunitat Valenciana el pasado 28 de mayo con nuestro sanchismo autonómico.

Pero es necesario votar, no solo para rechazar una forma de gobernar autoritaria, sino que es necesario votar en positivo con la ilusión que un cambio de gobierno va a mejorar nuestra democracia. Así pues, el programa electoral que presentó el Partido Popular es un contrato personal de Alberto Nuñez Feijóo con los españoles para la próxima legislatura, presentando 365 propuestas para la reconstrucción económica, social e institucional de nuestro país.

El programa electoral del Partido Popular se basa en tres principios básicos:

El primero, que la gobernabilidad de España no puede descansar en el independentismo; el segundo, que el voto de Bildu no servirá de nada en la política española y tercero, que la mayoría no se puede dejar secuestrar por la minoría. Estos tres principios básicos van a servir para reforzar nuestro Estado de Derecho y la calidad de nuestra democracia.

Pero también es necesario que los ciudadanos valencianos tengan claro que Feijóo apuesta por una sanidad pública con suficientes recursos para que las siguientes generaciones no se vean asfixiadas por una sanidad en bancarrota. También que se alcanzará un pacto estable en educación para evitar que se cambie la ley cada vez que se produce una alternancia en el gobierno. El medio ambiente será prioritario de forma que su preservación sea compatible con la vida y el progreso de nuestra sociedad, consiguiendo un plan nacional del agua que evite luchas entre comunidades y así, asegurar la modernización de presas y canales.

Nuestros jóvenes no pueden verse amenazados con tener una vida peor que la nuestra  y para ello ha de lucharse con eficacia para evitar la tragedia demográfica y asegurar que existan medidas que garanticen la conciliación de la vida personal y laboral. No podemos seguir manipulando a nuestra juventud con propuestas sorprendentes como la prometida por Yolanda Díaz de ofrecer 20.000 € a todos los jóvenes aunque sus padres sean millonarios, o la promesa de Pedro Sánchez de viajes gratis por Europa.

Las ocurrencias de Sánchez y sus socios, con el dinero de todos los españoles, no tienen fin y lo peor es que cambian de opinión y de propuesta a golpe de encuesta y sin tener en cuenta que los jóvenes lo que quieren son sueldos dignos, acceso a la vivienda y un futuro de tranquilidad para poder independizarse.

El reto económico también tiene un apartado fundamental en el programa de gobierno de Feijóo.

ASÍ, existe el compromiso de superar los 22 millones de cotizantes y crecer por encima del 2.5% para garantizar el pago de las pensiones de nuestros mayores mediante una política de contención del desorbitado gasto público del sanchismo, que ha utilizado nuestros impuestos para asegurarse su sillón monclovita, con récord de asesores, ministerios y chiringuitos, muchos de ellos totalmente innecesarios, y que han supuesto un chorro de despilfarro de dinero público que no ha llegado a los que verdaderamente lo necesitan.

Mientras el sanchismo nos vende que “vamos como una moto”, somos la economía de la Unión Europea con más paro, y nuestros bolsillos están pagando más por llegar a final de mes, debido al alza continuado del precio de los alimentos y de las hipotecas, que nos cuestan ya una media de 300 € más todos los meses.

Para conseguir que las clases medias y trabajadoras españolas, los jóvenes, nuestros mayores y todos los ciudadanos sin distinción podamos ver el futuro con tranquilidad es necesario que el 23 de julio se dé un mandato claro al Partido Popular y que el sanchismo no tenga ninguna posibilidad de reeditar unos pactos cuyas consecuencias ya hemos conocido en esta legislatura.

No nos estamos jugando cuatro  años, nos estamos jugando el futuro.