Fernando de Rosa: “Suspenso en ética”

El mes de julio llega a su fin y con él, termina también el curso político. El Gobierno social-comunista llega con todas las asignaturas suspendidas. El boletín de notas que reciben Sánchez y todos los ministros y ministras de su Gobierno, es absolutamente desolador. Todo son suspensos, todo está en rojo, como lo números de las cuentas públicas y de la economía española.

  • Una de esas tantas asignaturas que Sánchez y los suyos no han llegado a superar es la de “Ética”.

Esta semana el Tribunal Supremo ha confirmado la condena a seis años de prisión para el expresidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán por un delito de malversación de caudales públicos. De igual manera, se confirma la condena a nueve años de inhabilitación para su antecesor en la presidencia, Manuel Chaves, por el caso de los ERE.

Como bien ha señalado el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, “al PSOE le toca tomar decisiones y depurar responsabilidades en las filas de su partido”. Sin embargo, la recién estrenada en el cargo de portavoz del partido socialista, Pilar Alegría, lejos de reconocer que altos cargos de la Junta de Andalucía en los tiempos que gobernaban cometieron graves delitos con el dinero de todos, con una absoluta falta de ética, se ha dedicado a cuestionar la sentencia, afirmando que tanto Chaves y Griñán son de “honorabilidad demostrada”.

Desconoce la portavoz socialista, que tanto en primera instancia, como ahora en casación, ha quedado demostrada la conducta delictiva de quienes manejaban fondos públicos, convirtiéndose en el mayor de los escándalos de nuestra democracia. De hecho, durante varios años, la trama de corrupción generalizada que se instaló en el Gobierno de la Junta de Andalucía desvió casi setecientos millones de euros de fondos públicos. El partido socialista hizo uso de su posición en el gobierno para crear una red clientelar que le permitiera perpetuarse en el poder.

  • La estrategia les salió mal: Chaves y Griñán están condenados y el partido socialista perdió estrepitosamente las pasadas elecciones autonómicas en Andalucía, gracias al buen gobierno y talante de Moreno Bonilla.

La portavoz socialista ha quedado retratada. En vez de reconocer que su partido ha quedado gravemente salpicado por la corrupción, se ha dedicado a atacar al Partido Popular y a cuestionar el hecho de que la sentencia no haya sido emitida por unanimidad. Quizás en el partido socialista están acostumbrados al “ordeno y mando” de Pedro Sánchez, a la ausencia de debate y a que la mayoría sea la que decida tras la oportuna deliberación. No está de más recordar que con la reciente renovación de los cargos del partido socialista, ni siquiera hubo votación, ni proceso de democracia interna, aprobándose al más puro estilo bolchevique del asentimiento unánime. ¿Ese es el modelo de Justicia que quiere el Gobierno, sin debate?

Las terminales informativas progubernamentales se han apresurado a hacer de cortafuegos para sostener que lo que ocurrió en la Junta gobernada por los socialistas es algo del pasado, y que, por lo tanto, Pedro Sánchez y su Gobierno nada tienen que ver con esos hechos.

  • Pero no hay que llamarse a engaño. Sánchez llegó a la Moncloa aliándose con la extrema izquierda y los grupos excluyentes y nacionalistas, con un discurso de lucha contra la corrupción.

Sin embargo, ahora, ante una condena especialmente grave. que salpica a personas de su partido, con gran desfachatez sostiene que Chaves y Griñán no se han “enriquecido personalmente” por las conductas juzgadas. Parece que para el sanchismo no es corrupción que de las arcas públicas se desvíen tantos millones de euros, da lo mismo quien se beneficiara de ellos, pero los entonces gobernantes son responsables de un grave quebranto en las cuentas públicas. Eso se llama corrupción. Negarlo, como hace Pedro Sánchez, es faltar a la verdad, o actuar con absoluta falta de ética.

  • Por otro lado, la ministra de Hacienda y Función Pública, y recientemente nombrada secretaria general del Partido Socialista, María Jesús Montero, fue consejera en el gobierno de Manuel Chaves.

Posteriormente, fue Consejera con Griñán, y en el Gobierno de Susana Diez. En su momento, pudo ordenar el ejercicio de acciones para reclamar todo el dinero defraudado con el escándalo de los Eres, y no lo hizo. Es más, en el año 2013, siendo Consejera de la Junta manifestó su “apoyo y compromiso” a los que hoy son confirmados en su condena.

En su día habló como Consejera de la Junta. Esa publicación, hoy, en su condición de número dos del partido socialista, le deja sin palabras. El silencio de Montero y el apoyo cómplice de Sánchez, a actos gravísimos de corrupción, evidencian que la ética siempre será la asignatura pendiente del sanchismo.