Fernando de Rosa ¡Más madera!

Fernando de Rosa ¡Más madera!

Los hermanos Marx en el Oeste es una mítica película estrenada en 1940. En la misma, los hermanos compran una mina para hacer fortuna, tratándose de una propiedad muy codiciada. Hay una escena mítica en la que Groucho, mientras conduce un ferrocarril, repite varias veces: “¡Traed madera, Traed madera! Con medio cuerpo fuera de la ventana de la máquina de tren, pide a sus hermanos que traigan madera para que, con su combustión, la máquina pueda funcionar.

Sus hermanos van utilizando las cajas, baúles y maletas de los pasajeros, para entregarlas como combustible. De ahí, se pasa a la destrucción de los distintos vagones -techos y paredes incluídas- para obtener la madera necesaria para que el tren funcione. La escena termina viéndose cómo el tren circula y avanza, pero totalmente destrozado.

  • Esta escena me traslada a la actual situación política que vivimos. La izquierda hace mucho tiempo que codiciaba llegar al poder.

Esa era su mina anhelada. Servirse del poder, pero no utilizarlo para servir a los ciudadanos. El sanchismo fue capaz de aliarse con grupos extremistas y desconocedores del orden constitucional para lograr el objetivo de que Pedro Sánchez condujera la locomotora de la política española.

Eso era lo importante para ellos: ver al presidente del Gobierno, con medio cuerpo fuera de la ventana de la locomotora, gritando que le lleven más madera para sacar adelante España y dejar atrás los años de gobierno del Partido Popular. Mientras, sus ministros y socios radicales y blanqueados, van quemando las maletas y baúles de los pasajeros.

A su vez, van destruyendo las paredes de los vagones del Estado de Derecho con reformas como la que afecta al Consejo General del Poder Judicial. ¡Más madera! es lo que necesita Pedro Sánchez para que el tren a ninguna parte siga circulando. Y como se les acaba el combustible, el Gobierno anuncia una subida de impuestos que puede afectar a sucesiones, sociedades, patrimonio o IRPF.

  • Una vez más le exige a la ciudadanía que queme sus ahorros, o las herencias recibidas, o el sueldo ganado con esfuerzo y sacrificio, para que ellos puedan seguir en el poder.

En el caso de la Comunidad Valenciana, el socialismo también hizo lo mismo. Aliarse con los podemitas y los catalanistas y excluyentes de Compromís, para poder afirmar que Valencia funciona a todo gas gracias al esfuerzo y dedicación de los partidos que dicen llamarse progresistas. El Botánico pactó a finales del año pasado un incremento de impuestos a los valencianos y valencianas. Son muchos los enchufados y amiguetes que van subidos en ese tren del poder. Esa estructura necesita muchos recursos económicos para mantenerse.

  • Este afán recaudatorio desmedido de la izquierda, también se aprecia en la ciudad de Valencia.

El alcalde Ribó impone a los habitantes de la capital de la Comunidad Valenciana, uno de los gravámenes más altos de España en el impuesto de bienes inmuebles, por encima, por ejemplo, de ciudades como Madrid. Mientras, el alcalde pretende malgastar el dinero de los valencianos con la instalación del arco de Chinatown en el barrio de La Roqueta, a pesar del gran rechazo popular.

  • A su vez, Compromís y los socialistas aprueban el nombramiento de cinco nuevos coordinadores de áreas, con lo que el número de altos cargos en el Ayuntamiento asciende a 41.

Como dato a tener en cuenta, quiero indicar que Rita Barberá solamente tenía 17 altos cargos y logró que la ciudad de Valencia fuera un referente nacional e internacional. Sin embargo, el alcalde Ribó y la Vicealcaldesa Gómez, han borrado Valencia del mapa, habiendo logrado que la gestión municipal esté a punto de descarrilar con escándalos como los que afectan a la EMT. Ahí está la diferencia.

Es realmente indignante que la izquierda solamente sepa gobernar vaciando los bolsillos de los ciudadanos y quemando, como combustible para mantenerse en el poder, el dinero y las ilusiones de la ciudadanía.

Por cierto, más madera también va a necesitar el exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, para la barbacoa que se montó en su casoplón de Galapagar. La prensa ha publicado estos días que Iglesias e Irene Montero reformaron su chalet sin notificar al ayuntamiento todas las obras y así ahorrarse impuestos. Subida de impuestos para la ciudadanía, pero privilegios y prerrogativas para la casta izquierdosa gobernante.