Enrique Arias Vega:¿De quién es la calle?

Enrique Arias Vega:¿De quién es la calle?

La frase “la calle es mía” se le atribuye a Manuel Fraga cuando era ministro de Gobernación en el primer Gobierno tras la muerte de Franco.

Se equivocaba de medio a medio el político de la Transición, ya que la calle no es nunca de la autoridad, sino de los protestatarios, tengan éstos razón o no, sean pacíficos o violentos.

Lo vemos un día sí y otro también, sea en una manifestación independentista en Barcelona o por el cierre de una factoría en Cádiz, pasando por otras concentraciones más anodinas.

En principio, el derecho de manifestación es uno de los primeros en cualquier democracia. El problema surge cuando ese derecho colisiona con otros que afectan a la libertad y la seguridad de las personas. Entonces es cuando deben actuar las fuerzas del orden, para proteger los derechos de los manifestantes y de los que no lo son.

Ahí está la madre del cordero: en la proporcionalidad del mantenimiento del orden para que nadie se vea perjudicado en sus derechos. Pues bien: partimos de un concepto históricamente estricto en el que predominaba la seguridad sobre la manifestación a otro en el que se han invertido los términos y los manifestantes tienen garantizada casi su impunidad hagan lo que hagan.

Eso se está viendo, en la práctica, en la que suele haber más heridos entre las fuerzas del orden que entre quienes se manifiestan a veces con el objetivo de acosar y vencer a las esas fuerzas disuasorias. También la teoría va en ese sentido, con un proyecto de ley de seguridad ciudadana que desposee de derechos a los agentes de seguridad y los deja casi inermes en su labor.

Todo se arreglaría si tuviésemos claro que la calle no es de unos u otros, sino de todos, y que garantizar su uso es un logro democrático y no un ejercicio de represión.

A Contracorriente
Enrique Arias Vega