Enrique Arias Vega: “Marcarse un Ayuso”

Resulta que he leído varias veces la expresión “marcarse un Ayuso”, refiriéndose, claro está, a la presidenta de la Comunidad de Madrid.

La frase se emplea cuando alguien pone en su sitio, sin contemplaciones, a sus rivales políticos, como se supone que hace, según sus autores, la dirigente madrileña del PP. O sea que Isabel Díaz Ayuso ya tiene su nombre como calificativo de una actitud, como les ocurre a Franz Kafka y a otros famosos, cuyos apellidos sirven para denominar conductas o actuaciones con carácter genérico.

Pero, ¿en qué consiste exactamente “marcarse un  Ayuso”?, porque la expresión no vale para cualquier descalificación sin más del antagonista, sino que exige unas condiciones determinadas. Se trata de no amilanarse culturalmente ante el contrario y responderle con sus mismas armas dialécticas hasta dejarle sin capacidad de respuesta.

O sea, que es lo contrario de lo que suele hacer un Partido Popular acomplejado ideológicamente ante la izquierda, y que no plantea la batalla de las ideas, sino que se refugia en normas y reglamentos para no tener que entrar en la confrontación cultural. O sea, que “marcarse un Ayuso” es no evitar dicha confrontación sino encararla y salir victorioso de ella.

Claro que, por extensión, la expresión de marras sirve para cualquiera, de uno u otro signo político, que consigue torear victoriosamente a su adversario en el terreno de las ideas. Pero el mérito de la frase es de la presidenta madrileña como genuina representante de esos valores de réplica política sin paliativos. Y por eso mismo, no lo olvidemos, la mujer tiene tantos fans y otros cuantos enemigos irreconciliables.

A Contracorriente
Enrique Arias Vega