Las Fallas, una fiesta universal para la UNESCO pero no para RTVE

Anoche con la Cremà se dio fin a las Fallas 2023. Unas fiestas declaradas Patrimonio Inmaterial de la humanidad por la UNESCO, pero relegadas por la corporación de RTVE.

Por primera vez en más de 40 años la Uno de RTVE no dio en directo la cremà de la falla municipal del Cap i Casal y lo relegó a un programa en su segundo canal, la 2. Un agravio para con otras fiestas de menor importancia según organismos internacionales pero donde RTVE se vuelca y retransmite sus celebraciones en directo.

Parece que RTVE no apuesta por la Comunitat Valenciana y su idiosincracia, y destina menos medios para cubrir estas fiestas que en otras Comunidades Autónomas. Un ejemplo más del nulo poder valenciano en Moncloa y en Madrid.

En la web de RTVE afirman que la cremà es el 19 de febrero

Desde la televisión pública española no se mima a estas fiestas, hasta el punto de que en su web aparece la cremà como fechada el 19 de febrero.

Un descuido que habla de la poca importancia y la ignorancia desde la cadena pública que se tiene para con las Fallas de Valencia.

Relegar al segundo canal a las Fallas es la primera vez en 40 años que una cremà no se retransmite por la primera cadena ( excepto en pandemia que no hubieron fallas). A pesar de los esfuerzos de la oposición, especialmente del PP que pidió en las Cortes que la cadena de todos los españoles y sufragada por sus impuestos retransmitiera esta cita del broche final de las Fallas tanto en TVE1 como en el Canal Internacional.

Unas fiestas cuya importancia es evidente, dado los números que maneja

Cuatribarradas en la retransmisión

No es el único ataque desde RTVE a la idiosincracia de los valencianos. Así en las breves entrevistas a Joan Ribó y al asesor de Compromís Josep Lluís Marín ambos aparecen unos breves segundos una cuatribarrada serigrafiada antes de poner el subtítulo de su nombre y cargo.

Lo que sí sabemos es quién no se quejará por ello, y es que Compromís utiliza la bandera sin azul y la reconoce como la de los valencianos, en una clara sumisión a «sus jefes» catalanes. Un vasallaje propio de la edad media de este partido nacionalista catalán.