El talante de algunos políticos y su «compromiso» forman el Club de los endiosados

Algunos entendemos a los políticos como meros gestores de los recursos públicos al frente de las instituciones que cada cierto tiempo elegimos mediante nuestro voto en las elecciones. Pero parece que algunos entienden este voto como un cheque en blanco para cuatro años.

Por lo que parece algunos se llegan a endiosar con un cargo político hasta el punto de no admitir la crítica a su gestión, crítica proporcionada y sin palabas estridentes, claro está. Pero en el fondo crítica a su gestión.

La última en sumarse al club de los endiosados es la concejala Lucía Beamud, la concejala de espacio público en el Ayuntamiento de Valencia. Ha bloqueado en su perfil de Twitter a la Asociación del Círculo de Defensa del Patrimonio. Según parece por pedirle explicaciones sobre su total inacción en la materia que le compete.

Lucía Beamud espetó a los vecinos a denunciar a la policía por ocupaciones ilegales. En este caso fue que una mesa de una terraza se pone justo encima del miliario que indica la Vía Augusta de Valencia. Ocultando este hito al turismo y a los curiosos.

El Club de los endiosados

Este selecto club de dedo fácil al bloquear está formado por concejales de Compromís, aunque quien se lleva la palma el el polémico Giuseppe Grezzi, que tiene bloqueados a periodistas, medios de comunicación (incluído ValenciaNews) y a quién no le sigue a pies juntillas sus postulados.

Deben ser facistas y radicales, a los que es fácil bloquear, deben pensar los políticos. A pesar de que unos tengan carnet socialista o sean de derechas, centro o izquierda. Para Grezzi todos son demonios a extinguir, olvidando ser un servidor público se ha convertido en el dictador señor feudal que nos tiene como siervos sometidos a su voluntad al resto de la ciudadanía.

Servidores de lo público que han perdido el norte y se han convertido en dictadores que reparten carnets de prensa y de ciudadanía y ellos deciden quien vive o quién muere. Pero se llaman progresistas y apelan a la libertad, la misma que ellos coartan. Ya lo decían antaño. los fascistas del futiro se denominarán a sí mismos como «antifascistas».

Este debe de ser el «talante y compromiso» del que alardea el señor Ribó. Un progresismo mal entendido según parece que al final se ha convertido en narcisismo y egocentrismo y culto al líder por ser concejal del Consistorio Municipal.