Los vecinos se le atragantan a Ribó con media ciudad en pie de guerra por su inacción total ante los problemas

Los problemas de convicencia y la violencia siguen en Orriols, mientras sigue la brocracia y la convocatoria de mesas por parte del Ayuntamiento. La lentitud municipal no entiende de la necesidad de actuaciones urgentes para atajar la violencia.

La falta de voluntad política quizá esté detrás de la falta de contundencia y actuación en este barrio tradicional y obrero de la Ciudad de Valencia. Un barrio que nunca ha destacado por sus problemas de convivencia, más bien lo contrario y que ahora se ha convertido en un polvorín para desesperación vecinal.

Los vecinos han vuelto a grabar una reyerta con arma blanca, pero esta vez a plena luz del día.

Nueva concentración vecinal

Ante esta falta de contundencia de las autoridades y dado que el problema se está alargando y cronificando, los vecinos han decidido pasar de nuevo a la acción y se volverán a concentrar.

Así, el 28 de octubre los vecinos están convocados a una nueva concentración, en la que tendrá lugar una sonora cacerolada contra la violencia y exigiendo actuaciones a las autoridades municipales y a la Delegación del Gobierno. Los vecinos desesperados entienden que esas mismas autoridades les han abandonado y ya no confín en sus «compromisos» y promesas.

Las caceroladas y concentraciones se extienden por media ciudad

Así, esta sonora protesta contra la inacción municipal se extiende por diversas causas en media Ciudad que tiene Ribó en pié de guerra.

Cada jueves a las 21:00h, los barrios de Cedro ( Ciudad Jardín), Plaza Honduras e Isla Perdida realizan una sonora cacerolada dede sus balcones para exigir su derecho al descanso. Cada fin de semana miles de jóvenes hacen botellón en sus calles, orinando, produciendo ruído y dejando las calles repletas de bolsas y restos del botellón. Muchas veces la ebriedad produce violencia y vandalismo.

Cada quince días, los vecinos de la Malvarrosa se concentran, pero esta vez el problema es la venta y consumo de drogas en sus calles. No es difícil volver a ver a heroinómanos en las calles pinchándose su dosis entre los coches aparcados. Las jeringuillas han vuelto a los parques y las Casitas Rosa han vuelto a ser el foco de la venta de drogas.

Hoy mismo los vecinos de la Malvarrosa volverán a protestar a sus calles por la inseguridad ciudadana y contra la droga. La última manifestación congregó a más de 4.000 personas.

Al gobierno de la Ciudad se le han atragantado sus propios vecinos, donde cada vez son más las protestas, caceroladas y también las acciones contra el gobierno municipal y su total inacción.

El Cabanyal sigue igual

Zero Incivics del Cabanyal le recrimina al alcalde que mire hacia otra parte y sus incumplimientos en el Cabanyal
Zero Incivics del Cabanyal le recrimina al alcalde que mire hacia otra parte y sus incumplimientos en el Cabanyal

La Asociación de Zero Incívics del Cabanyal en el pasado Pleno Municipal le sonrojó la cara a Ribó, o al menos trató de hacerlo. pero Joan Ribó parece tener la cara muy dura y lejos de reconocer el problema, puso cara de diversión y de que los problemas no iban con él. Los vecinos coninúan con los mismos problemas que en 2015. Ya no les vale eso de que «es un problema adquirido del anterior equipo de gobierno», porque Ribó lleva mas de 6 años en la alcaldía.

Los vecinos le recordaron que los problemas continúan a pesar de la propaganda desde el equipo de gobienro y le espetaron que llevan años pidiendo reunirse con él, ante la total indiferencia del alcalde.

PenyaRoja celebra una gala para recaudar fondos contra el Ayuntamiento

Esta misma semana, la plataforma vecinal de Penyaroja celebra una gala vecinal donde pretenden recaudar fondos para los varios frentes judiciales abiertos contra el gobierno de Ribó y Sandra Gómez y por su «pelotazo urbanístico».

Así, el Ayuntamiento sigue con su idea de recalificación salvaje de dos grandes parcelas en el barrio, desaparecerá el jardín proyectado junto a la nave de hormigón de la Cross y el solar trasero del Hotel Rey Don Jaime se convertirá en una torre de viviendas.

Benimaclet se une al club de los agraviados

El último barrio que ha estallado por el botellón y sus problemas derivados en la Plaza de la Iglesia de Benimaclet. Donde los vecinos hartos de el botellón de cada fin de semana han decidido pintar sus fachadas para protestar. Orines en sus calles y sus fachadas, restos del botellón y vandalismo se vuelven a repetir en este popular barrio valenciano.

Parece que a Ribó se le han atragantado sus propios vecinos y se le ha ido de las manos la Ciudad.