El cuaderno digital agrario acabará con el agricultor y España prepara un tratado de libre comercio con Suramérica que acabará de rematar al campo

Europa sigue con sus medidas de control sobre el campo y especialmente la gestión agrícola de las tierras de cultivo. Una de las medidas estrella es la aplicación del denominado como «cuaderno digital» que es una aplicación informática en la que seguir la trazabilidad de la gestión de la tierra.

Cuando un agricultor detecte una plaga en su campo deberá de acudir a un ingeniero agrónomo, la figura de un «asesor» que le diga qué productos utilizar. La materia activa y su proporción. A la hora de comprarla figurará un número de referencia que deberemos insertar en el cuaderno digital, así como la proporción del producto utilizado y la firma digital del asesor.

«Convertirá a los agricultores en oficinistas»

Esta nueva realidad además servirá para la gestión de la tierra. Así, deberemos insertar cuándo oxigenamos la tierra mediante una máquina que remueva la tierra y elimine la cubierta vegetal. Ya que para Europa ha de dejarse lo máximo posible esa cubierta vegetal que fomenta la biodiversidad.

Sin diferencia entre grandes corporaciones y pequeños agricultores

Lo que para una gran empresa con cientos de hectáreas es normal, llevar un control por un técnico agrario, para el pequeño agricultor le supondrá aumentar los costes de explotación. Así, deberán de proceder a contratar los servicios permanentes de este «asesor» yd eberán gastar parte de su tiempo en cumplimentar cada jornada en el cuaderno digital los tratamientos realizados en sus campos.

Esta medida va directamente en contra del minifundismo, que es la principal característica del campo valenciano y también en Cataluña. Los costes serán los mismos para contratar a ese asesor para una macroempresa que para un pequeño agricultor. Lo que busca eliminar agricultores y dejar la tierra en manos de grandes corporaciones que lo gestionen como una gran empresa. Sin importarles el apego a la tierra. Sustituimos la visión romántica por la más puramente comercial, utilizando la excusa del ecologismo.

España campo de experimentación europeo

Como alumno aventajado que no hace más que recibir ayudas europeas, que por cierto se utilizan en hacer vías ciclopeatonales y carriles bici principalmente, España quiere ser le primer país en implantar la medida. Europa fija 2035 como fecha tope, pero el gobierno español ha decidido implantarlo este mismo año.

Las reticencias del sector agrario y las elecciones primero obligaron a retrasarlo a septiembre y ahora a enero. Un retraso que suena para muchos como electoralista para así evitar la sangría de votos del mundo rural.

Una vez más, los dirigentes políticos dan la espalda al sector primario y al agricultor y sólo legislan pensando en sus propios intereses individuales. Pero el sector primario hace años que está pidiendo auxilio.

Pan y circo

Como en la antigua Roma, el pueblo nos conformamos con pan, poder comer y algo de circo, ahora no son luchas de gladiadores, es la tele y el fútbol, que nos entretienen y evaden de los problemas principales.

El Gobierno ha decidido que con unas pocas ayudas en forma de migajas contentar a un sector que ha dejado de ser el granero de Europa, mientras permite la entrada de miles de toneladas de productos de países terceros. Como los barcos con arroz a granell procedentes de Mianmar que llegan al Puerto de Valencia, o las naranjas sin tratar de Argentina.

La presidencia europea de España clave para salvar o acabar de hundir al campo español

La presidencia europea que ostentará España en el segundo semestre de este año será clave. Ya desde filas socialistas se ha asegurado que el tratado de libre comercio con América del Sur será una prioridad para el gobierno de España. Así, miles de toneladas de cítricos y otras frutas de suramérica entrarán libremente en Europa, y de nuevo los agricultores españoles serán la moneda de cambio. Pero el que no se quiere así mismo y no se hace de respetar no puede aspirar a nada más que a agachar la cabeza y ser sumiso.

Hace años que perdimos la soberanía alimentaria y de nuestras propias decisiones, ahora hemos de saber lo que nos está pasando para abordar el problema, la última oportunidad antes de que sea demasiado tarde.

Ya no hablemos de los convenios pendientes con Marruecos o con África. Como hemos visto con el arroz esta semana, lo que se exige a los agricultores europeos no se exige a los de terceros países. da igual que el producto venga de lugares donde se explota a menores o las condiciones sanitarias son inexistentes. Los grandes lobbies buscan precio. Da igual que lleven materias prohibidas en Europa y con un alto grado de toxicidad que perjudican nuestra salud. Todo se permite porque Europa es un gran juego de tronos de grandes lobbies y España no ha sabido ni sabe jugar. Sólo ponemos la mano para recoger ayudas y subvenciones y luego agachamos la cabeza admitiendo las decisiones de los que nos financian.