La vuelta de las camisetas

Fernando de Rosa: La vuelta de las camisetas

Han pasado escasas semanas desde que Carlos Mazón es President de la Generalitat y la izquierda valenciana no se ha esperado ni siquiera a que pasen los cien días de cortesía que en toda democracia se concede al gobierno entrante. La izquierda, es decir, Compromís y los socialistas,  se están dedicando a sacar  del baúl de los recuerdos las camisetas y pancartas. Se están dando mucha prisa en desempolvarlas tras tenerlas escondidas durante los últimos ocho años.

  • Realmente están volviendo a  utilizar la vieja táctica de sacar a la calle a “airados” manifestantes que sin embargo, callaban ante la desastrosa gestión de sus señoritos “botánicos”.

Compromís y los socialistas están queriendo recuperar las mismas maneras de oposición de hace 10 años, demostrando una vez más que lo suyo es la protesta pero no la gestión. Sin duda, se encuentran más cómodos chillando, que resolviendo problemas y por eso los ciudadanos les hemos mandado donde ellos quieren estar: en la calle.

Los manifestantes “espontáneos” los estamos viendo fundamentalmente en tres áreas que la izquierda siempre ha intentado patrimonializar: la sanidad, la educación y la lucha contra la lacra de la violencia de género, pero muchos no podemos olvidar el sectarismo de estos ocho años, sobre todo, en estas materias de tanta sensibilidad social.

  • Hemos visto cómo Compromís ha boicoteado el inicio de curso al cesar a todos los responsables unos días antes de la toma de posesión del nuevo equipo

Dejando de manifiesto lo poco que le importaban que los alumnos y profesores pudieran tener unas condiciones adecuadas. Sin duda, es más importante la protesta con pancartas y camisetas que el bienestar de alumnos y profesores,  como ha ocurrido con las declaraciones efectuadas por nuestra izquierda ante la decisión totalmente legítima de la alcaldesa de Valencia de eliminar de la Plaza del Ayuntamiento la feria catalanista de fomento de la lengua catalana, dejando de ser dicha institución, patrocinadora o colaboradora.

Por otra parte, en sanidad la izquierda ya está montando plataformas para exigir la reversiones de hospitales públicos con gestión mixta, como en Denia y Manises, queriendo que olvidemos el caos ocurrido en las reversiones de Alzira y Torrevieja, y el aumento de las listas de espera en sanidad e incluso, cómo los consellers de sanidad socialistas se negaron reiteradamente a que se efectuara la segunda lectura de las pruebas de cáncer de mama, todo ello sin que se hayan construido nuevos hospitales en estos ocho años y para más vergüenza, la sanidad valenciana fue noticia nacional cuando se  volaron los hospitales de campaña en plena epidemia de COVID, sin que dieran explicación alguna.

Otra cuestión que no deja de sorprender es cómo esta izquierda “botánica” protesta por la frase que ha de contener la pancarta que presidirá los actos de protesta cuando se produzca un acto de violencia de género, mientras ha sido incapaz de salir a la calle para protestar por la excarcelación de 1600 violadores y pederastas, o cuando una menor ha sido agredida en un centro de menores por el exmarido de la líder de Compromís.

  • Sin duda, esta contradicción pone de manifiesto que para los socialistas y compromiseros es más importante la pancarta que la lucha contra esta lacra.

Nuestra izquierda no da más de sí, políticamente hablando no está en la propuesta sino en la protesta Están en una nostalgia absoluta. Añoraban la calle y no se dan cuenta que donde están es en la “fría calle” de la oposición, donde van a estar una larga temporada porque a los valencianos ya nos cansa el “juego” de sacar pancartas cuando están en la oposición y guardarlas cuando gobiernan.

Mientras tanto, el gobierno de la Generalitat va avanzando en la gestión, a pesar de las dificultades y obstáculos dejados por los “botánicos». Se han bajado impuestos, se han congelado tasas universitarias, se están poniendo en marcha propuestas de eliminar burocracia para las ayudas a las empresas, autónomos y sobre todo, ya llevamos ahorrados 6 millones y medio de euros con la eliminación de los cargos políticos. Ese es el camino que nos hará prosperar,

Lo otro es simplemente política de pancarta y camiseta totalmente nostálgica.