Fernando de Rosa “Luz y taquígrafos”

Fernando de Rosa “Luz y taquígrafos”

Es de común conocimiento que cuando alguien dice que ha hecho o va a realizar algo con luz y taquígrafos, está manifestando una voluntad de que haya la mayor claridad y transparencia en la realización de esa actividad, con testigos y sin ocultar nada.

Esta expresión la popularizó Don Antonio Maura, presidente del Consejo de Ministros, al afirmar: “Yo para gobernar, no necesito más que luz y taquígrafos”.

Se dice que la frase es anterior, pero en todo caso, el presidente Maura contribuyó a que se popularizara. El inicio de este artículo y la referencia a la frase indicada me permite dar el salto y establecer un paralelismo, a la inversa, con el presidente Sánchez, que con sus actuaciones pone claramente de manifiesto que para gobernar quiere poca luz o ausencia de la misma.

El oscurantismo es algo innato al sanchismo. Sus acuerdos con los radicales, comunistas e independentistas, le auparon a la presidencia del Gobierno, y ahí sigue dando cumplimiento a sus pactos secretos con los socios blanqueados. Oscuridad en los acuerdos, por un lado, y blanqueamiento de los socios, por el otro, es la paradoja del presidente Sánchez. Cada vez más se intensifica la campaña mediática a favor de los indultos a los políticos catalanes que pretendieron dar un golpe de Estado.

Una y otra vez se lanza desde las terminales informativas monclovitas el mensaje de que la concordia y la reconciliación pasa porque el Gobierno de la Nación graciosamente indulte a esas personas. O que la recuperación económica solamente será posible si se les indulta. Sin embargo, esa medida de gracia es la claudicación del Estado de Derecho ante la sinrazón de los que menospreciaron el régimen de convivencia democrática. El indulto sin arrepentimiento, es un insulto a la ley, la Constitución y la democracia.

  • Paradójica también ha sido la “cumbre bilateral” entre Pedro Sánchez y Joe Biden, caracteriza por tener un exceso de luz y flashes de las cámaras.

Iván Redondo y los suyos querían vender el encuentro con el presidente de los Estados Unidos como un éxito de la política internacional del Gobierno. Y allí dirigieron la luz que ha faltado en tantas y tantas actuaciones.

Viendo el paseíllo de un presidente Sánchez, nervioso y llevándose una y otra vez la mano a la mascarilla, junto con un Biden ausente, me viene a la cabeza la canción de Joaquín Sabina en la que se dice que “lo nuestro duró, lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks”. A pesar de la soberbia del presidente, su imagen y peso internacional dura lo que esos dos cubitos de hielo, o veinte segundos del paseíllo bajo las luces de los flashes.

Por otro lado, poca luz es también la que tenemos que consumir los ciudadanos si no queremos evitar que la factura se dispare. Una vez más, el Gobierno social-comunista evidencia que las personas le dan lo mismo. Hemos asistido a una subida desmedida, desproporcionada y abusiva del coste de la luz en nuestro país, y los “progres” que antaño atacaban al Gobierno del Partido Popular, ahora están “apagados o fuera de cobertura”.

Que pueda haber familias con grandes y graves dificultades para hacer frente al pago de la luz, nada importa al insensible Gobierno, ocupado en otros menesteres. La pobreza energética es otra forma de empobrecimiento que Sánchez y los suyos están generando con la ineficacia en su gestión.

El oscurantismo sanchista pretende que no haya taquígrafos que dejen constancia de los desmanes y manipulaciones del Gobierno. Ese es el principal objetivo de la fontanería monclovita. Sin embargo, la prensa independiente y las redes sociales están fiscalizando la actuación del Gobierno, y poniendo de manifiesto el ridículo que está haciendo Pedro Sánchez y sus reiteradas mentiras. Más luz, transparencia, para que la ciudadanía pueda juzgar a un presidente que solamente busca acrecentar su ego.