¡Vixca la Mare de Deu dels Desamparats! ¡Vixca Valéncia!

José María Llanos: ¡Vixca la Mare de Deu dels Desamparats! ¡Vixca Valéncia!

Esta fi de semana celebrem una de les festes tradicionals i religioses més arraïlades en el cor dels valencians: la Festa de la Mare de Deu dels Desamparats.

Són molts els “piropos”, les cançons, els poemes, les pregàries que nos acosten a la Maredeueta, a la nostra Geperudeta, i que tots els valencians duem ficada en el cor, en sanc de passiò i en aigua beneïda.

Es nuestra historia y es nuestra Fe; es en gran parte lo que somos como pueblo valenciano: somos acogida, tradición, costumbre, religión, alegría, hermandad.

Y por desgracia, estamos viviendo tiempos convulsos; tiempos de pérdida de nuestra esencia, de lo que fuimos, y lo que queríamos ser, porque en el barullo de la mentira, del ataque, de la persecución, del adoctrinamiento, podemos “perdernos”. Estamos sobreviviendo a falsas verdades, a mentiras a medias o por entero, a quienes quieren imponer un modo de pensar e incluso de sentir, ajeno a la razón, al sentido común. Hoy en día, quien ataca es la víctima, quien destruye es el que se presenta a sí mismo como “salvador” o “mesías”, o “supremo hacedor”, y quien odia quiere hacernos culpables a los odiados.

Da igual si es en el seno de la propia Iglesia, que olvida su esencia, sus dogmas, su labor en este mundo, y en donde surgen movimientos que pretenden hacer bueno lo que no lo es, y que bajo la excusa de una falsa “solidaridad” persiguen cambiar el Misterio, y pretendiendo “acercarse” al mundo, cada día se alejan más de Dios; o si es en el ámbito de la política, de la sociedad, donde quien disiente es perseguido por disentir, quien tiene criterio propio es atacado por pensar, y quien insulta, prohíbe, impone, se presenta como el pobre difamado.

Es el mundo al revés; hoy tener caridad es confundido con la condescendencia y el rechazo, cuando la traducción es el amor. Hoy no se puede hablar de ayudar a los pobres porque lo que hay que hacer es, no que no los haya, sino que todos lo seamos: igualar en la miseria. Y a veces, no nos damos cuenta y nos dejamos arrastrar por “falsos profetas” que insisten en que tienen la razón, y que “saben” muy bien lo que ha de ser de nosotros pero sin contar con nosotros. Y nos queda muy poco para hacer realidad aquellas palabras de Niemöller, que resumo: primero vinieron a por los judíos, y yo no protesté porque no era judío; luego vinieron a por los protestantes, y yo no protesté porque no era protestante… luego vinieron a por mí, pero ya era tarde para protestar.

Nunca ha sido ese el modo de proceder de los valencianos; nunca nos hemos arredrado ante el reto ni ante la batalla, nunca hemos cedido a la presión, a la ignominia, sino que hemos sabido hacer frente a todas las “Batallas de Almansa” a las que nos hemos enfrentado, y a todas las invasiones en las que nos hemos visto implicados. No lo permitamos ahora.

Pidamos a la Mare de Deu dels Desamparats que nos ilumine, que nos brinde su protección, que nos dé la fuerza de la Fe y la convicción suficientes para salir adelante. Si no lo hacemos nosotros, nadie lo hará por nosotros. Desde que el Padre Jofré promovió la advocación a la Virgen de los Desamparados allá por el año 1409 hasta hoy, la Mare de Deu ha sido testigo directo de todo el sufrimiento del pueblo valenciano y ha sido nuestra Protectora ante todas las afrentas sufridas, sobre todo, por los más inocentes: «la persecución irracional y tanto más cruel cuanto más inocentes, impotentes e irresponsables son las víctimas».

Por eso, en este fin de semana en el que celebramos la Fiesta de la Mare de Deu, en el que veneramos la imagen Geperudeta, y en el que suplicamos su amparo, ruego a Dios por su intercesión, para que proteja a todos los valencianos, para que nos dé fortaleza de espíritu, y para que nos permita recuperar ese afán por la Verdad, la Bondad y la Belleza, en toda nuestra vida; y especialmente, le pido que acompañe siempre a los más necesitados, a los enfermos, a los jóvenes y a nuestros mayores que nos inculcaron este amor por la Madre de Dios, que es Madre nuestra. Y que cantemos todos juntos, en la Misa de infantes y por las calles del Cap i Casal, el hermoso Himno de la Coronación:

En tèrres valencianes

la fe per Vos no mòr,

i vostra Image Santa

portem sempre en lo còr.

Salve, Reina del cèl i la tèrra;

Salve, Verge dels Desamparats;

Salve, sempre adorada Patrona;

Salve, Mare dels bons valencians.

José María Llanos Pitarch