El suelo electoral del PSOE

Todas las encuestas, menos las del CIS, vaticinan la victoria electoral del PP sobre el PSOE. Sin embargo, hasta la menos favorable para los socialistas le otorga siempre un veintitantos por ciento de votos, lo que quiere decir que éstos tienen un elector fiel y que las siglas siguen siendo un activo pese a las tropelías y desaciertos de Pedro Sánchez.

Esto siembra inquietud entre las filas populares, pues la extrema izquierda, para seguir en el Gobierno, se aliará con Sánchez, sí o sí, mientras que los independentistas que quieren trocear y destruir España apoyarán al PSOE como mejor alternativa para cumplir sus propósitos. Es decir, que el Partido Socialista no tiene su propio suelo, sino el del actual Gobierno Frankenstein, que es de una robustez a prueba de desacuerdos y desencuentros entre sus socios.

En este contexto, la victoria en las urnas del Partido Popular debería ser suficientemente holgada para poder gobernar con ayuda de Vox —cosa que el PP no quiere— o sin ayuda de él.

Por eso, para curarse en salud, Alberto Núñez Feijóo ya ha venido a decir que, pase lo que pase en las elecciones municipales y autonómicas del 28-M. lo importante son los comicios generales de fin de año.

Ése es, pues, el problema del PP, el de luchar contra todos y el que su barrera electoral no sean sólo los votos del PSOE, sino los del conglomerado de izquierdistas, populistas e independentistas, De ahí, por consiguiente, que para bajar el suelo electoral de sus adversarios los populares deban no hacer sólo oposición al uso, criticando las medidas gubernamentales, sino ser más propositivos, ofreciendo alternativas de Gobierno y hacer una oposición en positivo. Y, visto lo visto, aún está muy lejos de ello.

A Contracorriente

Enrique Arias Vega