Defensa de la agenda valenciana

Fernando de Rosa: «Defensa de la agenda Valenciana»

El pasado jueves se celebró en el Palacio del Senado la comisión de Comunidades Autónomas donde estaban convocados los presidentes autonómicos y los presidentes de las ciudades autónomas. La sesión se realizó en el  lugar más  emblemático del Senado como es el antiguo salón de plenos, lugar donde se reunieron las Cortes de Cádiz en 1814 tras la promulgación de la primera constitución liberal  en la historia de España.

En dicha sesión comparecieron los 11 presidentes autonómicos del Partido Popular , el vicepresidente del gobierno de canarias y los dos presidentes de Ceuta y Melilla, también compareció el presidente de la Generalitat de Cataluña Pere Aragonés, que fue únicamente para desafiar al Estado y se fue sin querer escuchar a nadie, lo cual pone de manifiesto el talante del independentismo catalán: pedir diálogo y convertirlo en un monólogo soberbio y humillante del contrario.

  • El Lehendakari vasco tampoco compareció aterrorizado por el auge de Bildu en el País Vasco.

Los presidentes socialistas de Castilla la Mancha, Asturias y navarra no fueron porque Sánchez se lo prohibió y en ellos prevaleció la sumisión al jefe, despreciando la soberanía del pueblo que, según la Constitución, reside en el Congreso y el Senado.

  • Por supuesto el gobierno tampoco quiso acudir por miedo a sus socios independentistas.

Pero entre los discursos que se escucharon destacó el realizado por el president Carlos Mazón, que no solo efectuó un planteamiento sólido de oposición a la amnistía de claudicación socialista, sino que desarrolló, en un lugar de honor, “la agenda valenciana de progreso”, poniendo de manifiesto que el “Chimismo” de estos ocho años ha lastrado el futuro de nuestra Comunitat. Dos frases destacaron en su discurso: “Se castiga la generosidad y se premia al egoísmo” y “ no nos conformamos con las migajas del banquete catalán”, ambas frases sonaron demoledoras ante unos socialistas mudos y un gobierno ausente.

Para sorpresa de algunos y para confirmación de  muchos, el ahora senador Chimo Puig estuvo una vez más  mudo durante toda la sesión, igual que lo está en las cortes valencianas, poniendo de manifiesto que ni pinta nada en Valencia ni en Madrid.

Los famosos “silencios de Chimo”, han resultado que no eran actos de “alta política”, como sus aduladores decían, sino que no tenía nada que decir, como ahora se ha puesto de manifiesto.

Carlos Mazón en su discurso alzó la voz contra el discurso de Pere Aragonés que habló de unos fantasmagóricos “Países Catalanes” que iban hasta Guardamar en la desembocadura del río Segura en la Vega Baja, poniendo de manifiesto que el “No pasarán valenciano, castellonense y alicantino” es una realidad frente la expansionismo catalán.

Por cierto ni Puig ni Enric Morera, que sí intervino en el Senado, han dicho nada del insulto a nuestro pueblo de Pere Aragonés, haciendo bueno el refranero del “que calla otorga”.

Mazón habló del valenciano como lengua propia, pero sin imposiciones y respetando las comarcas castellano hablantes de nuestra Comunitat, poniendo de manifiesto que el idioma, para ser querido, no se impone sino se enseña de forma cordial respetando todas las sensibilidades.

También levantó la bandera de la solidaridad del agua frente al negacionismo del gobierno de Sánchez, tan sumiso a atender las exigencias insolidarias de los partidos independentistas y tan soberbio en el trato a los territorios respetuosos con la legalidad como la Comunitat Valenciana. El agua para nuestra tierra es necesaria en aras “de la Justicia, la solidaridad y el rigor” afirmó ante el resto de presidentes de CCAA que quisieron acudir al Senado y ante el “mudo” senador Chimo Puig, mandando un recado a Pere Aragonés que en ese momento , de forma muy maleducada, ya se había ido.

En el imponente salón antiguo de plenos del Senado se escuchó a un Presidente que reclamó el desarrollo de las infraestructuras claves para el verdadero progreso, el real y no el de pancarta, de los valencianos, habló de la ampliación del puerto de Valencia, del corredor mediterráneo, de la financiación justa, de todo aquello que el ”mudo Puig” no quiso defender.

Mazón reivindicó la diversidad de nuestro país desde la “lealtad y la unidad como premisas de la igualdad”, poniendo de manifiesto que se puede defender “lo valenciano” sin renunciar a “lo español” que nos une.

Los valencianos, tanto diputados como senadores, que escuchamos el discurso de nuestro presidente nos fuimos convencidos que el futuro está en la “agenda valenciana” anunciada por Carlos Mazón, una agenda solidaria pero reivindicativa, respetuosa pero exigente y sobre todo con acatamiento a la Constitución.

Frente al silencioso Puig escuchamos a Carlos Mazón afirmar,  en la sede de la soberanía nacional, que los valencianos tenemos futuro y ese futuro no pasa por el seguidismo al  insolidario “procés catalán” como hacía el gobierno “botánico”, sino por aplicar políticas de solidaridad, igualdad y generosidad, que sean comunes en todos los rincones de España.

La “agenda valenciana” de progreso  tuvo su puesta de largo en el mejor e los escenarios, en el Senado que es  la cámara territorial por excelencia, tal como la define nuestra Constitución, y con un claro aviso a un gobierno en funciones ausente ya que denunció que los valencianos, castellonenses y alicantinos conformamos una unidad política dentro de la Comunitat valenciana y que vamos a defender : “La unidad, nunca la división; el respeto a la ley y las instituciones nunca su debilitamiento; el interés del conjunto, nunca el de uno solo, porque nos negamos a que se castige la generosidad y se premie el egoísmo al amnistiar la deslealtad”.

Estas palabras reflejan lo importante que es el progreso real frente al “progresismo” de pancarta y lo bueno que es tener a un presidente que hable alto y claro frente a los silencios.