El Cardenal Benlloch
El Cardenal Benlloch nació en Valencia, el 29 de diciembre de 1864, como yo, soy valenciana y llevo la tierra en las venas, nieta, biznieta y tataranieta de labradores de la Huerta de Valencia donde también nació mi padre. El duro trabajo del campo sin duda alguna imprimió carácter.
Virtudes como la unidad, el compañerismo, el respeto al lazo de la sangre… van atadas al mismo.
Fui biznieta de uno de los floricultores más importantes de Valencia, tuve además la inmensa fortuna de conocer a mi bisabuelo Enrique, dueño del Huerto de Vivó, de hecho, conservo incluso un poema que escribió para mí, pues fui la primera chica de todos sus biznietos.
¡Qué orgullo! ¡Esas flores de Valencia brotaron para mí! Él, heredó ese vergel de flor de su progenitor y lo trabajó con ardor.
Mi tatarabuelo, Salvador Vivó Cervera fue primo hermano del Cardenal Juan Bautista Benlloch y Vivó. La historia siempre me ha apasionado y, hace años, conducida por el Padre Vicente Esteve, amigo personal de mi familia, otro regalo de la huerta valenciana pues, D. Vicente nació al lado del Huerto de Vivó, me embarqué en un proceso de investigación sobre la vida de mi antepasado.
El Cardenal Juan Bautista Benlloch y Vivó ¡Un valenciano al mundo!
El Cardenal Benlloch nació en Valencia, el 29 de diciembre de 1864, fue el primogénito de tres hermanos y todos ellos dedicaron su vida a la Iglesia. Estudió en el Seminario sito en La Calle Trinitarios (con el paso de los años impartió allí materias de Humanidades) doctorándose en Teología y Derecho Canónico.
Su ejercicio pastoral comienza en La Real Parroquia de Los Santos Juanes, situada frente al Mercado Central, un monumento histórico valenciano, pues pese a ser de origen gótico precisó de reformas en más de una ocasión por haber sufrido incendios y acabó adquiriendo cierta fisonomía barroca.
En 1899 fué destinado al Seminario de Segovia, donde también ejerció el cargo de Chantre (encargado del coro). Desempeñó el puesto de Vicario General y posteriormente fue nombrado Capitular de La Catedral de Segovia.
En 1902 fué designado Obispo de La Sede Ilerdense de Solsona para en 1906, ser trasladado a la Sede de la Seo D`Urgell lo cual conlleva el ser Co-príncipe de Andorra.
Durante su estancia en el principado es autor de poemas como “El Gran Carlomagno”, letra del Himno Nacional del Principado de Andorra:
“El gran Carlomagno, mi padre, me liberó de los árabes. Y del cielo vida me dió de Meritxell, la Gran Madre. Princesa nací y heredera, entre dos naciones, neutral. Soy la única hija que queda del Imperio Carolingio. Creyente y libre once siglos; creyente y libre quiero ser. ¡Sean los fueros mis tutores y mis Príncipes defensores! ¡Y mis príncipes defensores!
En enero de 1917, Su Santidad Benedicto XV lo nombra Arzobispo de La Diócesis de Burgos, fue ascendido al Cardenalato el 7 de marzo de 1921, recibiendo los atributos correspondientes al cargo en La Capilla del Palacio Real.
En 1922, tras el fallecimiento de Benedicto XV, interviene en el Cónclave Cardenalicio del cual sale elegido Papa Pío XI. A finales de 1923 realizó una visita diplomática, en nombre de Alfonso XIII por varios países sudamericanos, volviendo a España a principios de 1924 tras demostrar tacto, cortesía y amor a Cristo a muchos kilómetros de su tierra.
En febrero de 1926, en un pequeño viaje a Madrid recae y empeora de la enfermedad crónica que padecía la cual le provoca un coma diabético y La Virgen de Los Desamparados lo acoge entre sus brazos el 14 de febrero de 1926, a los 61 años.
El sepelio se celebró muy solemnemente en La Catedral de Burgos. Toda España y algunos países americanos acompañaron en su dolor a La Iglesia española y a nuestra familia. La pérdida sufrida era muy grande, fué un hombre trabajador y preparado para expandir la palabra de Cristo y amor a La Santísima Trinidad.
En mayo de 1931, siguiendo sus últimas voluntades, sus restos fueron trasladados a La España de las flores esta Valencia de nuestros amores.
El Cardenal Benlloch acompañado del pueblo valenciano y las autoridades del momento, fué enterrado a los pies de su querida, Virgen de Los Desamparados.
El Cardenal Benlloch es autor de una oración a su amada advocación de La Virgen reluciente en la fachada de La Real Basílica de La Virgen de Los Desamparados:
Mare de Deu dels Desamparats, que mai mos desampareu, ni en la vida, ni en la mort, ni en lo tribunal de Deu.
AMÉN.
El Cardenal Juan Bautista Benlloch y Vivó ¡Un valenciano al mundo!
Eminencia es muy fácil cantarle mi letra y un orgullo que su sangre corra por mis venas.