El cambio del Ferrari por el Twingo en la Sanitat Pública Valenciana gracias a Chimo Puig, Aitana Más e Illueca

El colapso de Atención Primaria por la falta de médicos y la escasa previsión de Sanitat hace que de media en los consultorios valencianos para pedir una cita con el médico de familia la espera sea de al menos 10-14 días.

Las agendas de los facultativos con ratios que en muchos casos superan los 800 pacientes por médico están llenas, y no es un mito, Sanitat les mete hasta 17-18 pacientes por cada hora:

En este caso el médico tiene 18 pacientes citados a las 15h y 17 a las 16h, con lo que verá a 35 personas en 120 minutos. Lo que da poco más de tres minutos y medio por paciente para atender.

En tres  minutos y medio el paciente debe ser llamado, acudir a la consulta, hablar con el médico, diagnosticarle y emitirle en el ordenador las recetas correspondientes.

¿Es esto una Sanitat digna?

Pues para la Consellería de Sanitat sí, y para Chimo Puig no existen recortes y todo va fenomenal con «tensiones puntuales».

La realidad es que a esto hemos de añadir la falta de facultativos de pediatría en muchos centros. En pandemia, Ana Barceló llegó a reconocer que faltaban más de 300 pediatras en la Comunitat Valenciana. Pero por contra en la oferta de nuevas plazas sólo habían dos plazas de pediatría en toda la Comunitat Valenciana.

También en la última oferta de nuevas plazas, más de 6.000, sólo un 13,5% de las mismas correspondían a personal médico,  menos de 300. Lo que equivale a tener unos 10 médicos más para cada departamento de salud. Incluídos los de urgencias, los de urgencias extrahospitalarias y los de atención primaria. Así, deberán «estirar estos 10 médicos entre estas especialidades y entre los distintios turnos de trabajo».

Según el propio Sindicato Médico, lo que faltan son médicos, que son la base de la sanidad. Mientrass e siguen ofertando cada vez más plazas de auxiliares administrativos, documentalistas, … pero no médicos.

Los problemas de los valencianos

Los valencianos hemos soportado experimentos de la Generalitat Valenciana con nuestra salud, como las SAMUs sin médicos. A pesar de al tener esa catalogación es necesaria la presencia de médico, si no sería un SVB ( con enfermera únicamente) o un Transporte No Asistido, sólo con conductor, pero no un SAMU.

También hemos visto cómo casi cada semana las procesiones de camas en los pasillos de urgencias de muchos hospitales era la «semana de pasión» de los valencianos. A pesar de que polémimcos políticos como Baldoví quisieran negar la evidencia y hablar de FakeNews, a pesar de que no contabiliza las suyas propias.

Además, las urgencias se colapsan y hasta un valenciano murió en los pasillos de urgencias del Hospital de Torrevieja esperando ser atendido. En un Departamento que como bien dice la canción de Shakira hemos cambiado un Ferrari por un Twingo.

Hemos cambiado el rolex por el casio, parafraseando a Shakira

Los valencianos de una sanidad de primera hemos pasado a tercera regional, cambiando un rolex por un casio. Pero Chimo Puig, Compromís y sus socios de Unidas Podemos, todos convertidos en casta, no ven los problemas reales. Sus abultados sueldos les dan para optar por una Sanidad privada. La misma que nunca ganó tanto dinero gracias a Puig, Aitana Mas y Illueca.

El presupuesto de Sanitat aumenta, pero también la cuenta de resultados de las empresas privadas sanitarias gracias a la Generalitat Valenciana, ya que la sanidad pública es un auténtico caos. Quizá tenga que ver la inexperiencia de sus gestores a los que sólo avala el carnet de partido de turno, los que juegan con la vida y la salud de los valencianos.

Los problemas se acumulan, y los anuncios están a la órden del día. Mientras consultorios cerrados por el COVID nunca más se volvieron a abrir. Cómo nunca antes vimos despedir a más de 1.000 sanitarios por WhatsApp. Los problemas los sufrimos cada día millones de valencianos, pero para Aitana Más, lo importante es que la atiendan en «su valenciano». Ese invento que muchos no sabemos ni queremos conocer, diferente a nuestro valenciano de siempre, otra imposición más de los que nos gobiernan.