Las obras de restauración, consolidación y puesta en valor paisajístico del embarcadero de la Gola del Pujol, en el lago de la Albufera, está previsto que finalizan el próximo 17 de septiembre.
Determinadas circunstancias técnicas y ambientales han obligado a retrasar la conclusión de los trabajos, que finalizarán dos semanas después. Los trabajos han obligado a modificar la solución del forjado en el tejado, que se encontraba en peores condiciones de lo que parecía inicialmente, dado el gran deterioro por el abandono del edificio durante décadas.
El vicealcalde, Sergi Campillo, ha recordado que “el embarcadero de la Gola del Pujolse encontraba totalmente abandonado. Es una propiedad municipal protegida y cualificada como Bien de Relevancia Local (BRL), que tenemos el deber de conservar. Como es conocido, hasta hace pocas décadas, el edificio se utilizaba como embarcadero municipal para reparar barcas de l’Albufera. Pero ya hace mucho tiempo que había dejado de tener uso y de aquí la degradación por falta de mantenimiento del gobierno anterior”.
Centro de interpretación de la navegación
Después de su restauración, el inmueble será habilitado como Centro de interpretación de la navegación de l’Albufera. Hay que tener en cuenta que tanto la pesca tradicional de l’Albufera como la navegación con vela latina son, por su parte, Bienes de Interés Cultural (BIC), declarados por la Generalitat Valenciana como tal hace pocos años.
Las obras de rehabilitación del embarcadero incluyen la reconstrucción de la cubierta, el saneamiento y recuperación de los muros, vigas y dinteles. Además de la recuperación de la carpintería y restos de arqueología industrial, como poleas y cadenas. También incluye el saneamiento de una parte del pavimento de los muelles del embarcadero. El contrato fue adjudicado por un importe de 138.303 euros (IVA incluido).
El embarcadero de la Gola del Pujol es uno de los lugares más visitados y emblemáticos del Parque Natural de l’Albufera. El edificio se construyó entre 1959 y 1960. En el interior había una grúa para levantar las barcas y repararlas y en el exterior disponía de una barra de medida para controlar la altura del agua del lago. El edificio mantuvo su uso hasta finales de la década de los 80 del siglo pasado.
