Hoy se celebra San Vicente, fiesta del Cap i Casal, mártir, y santo.

Hoy se celebra en el Cap i Casal la celebración de uno de sus patrones, San Vicente Mártir. Fiesta de las conocidas como de «cruces adentro». Una fiesta que de nuevo no ha contado con la presencia del alcalde Ribó, que sí tiene una mañana para las magas de Compromís, pero no para presidir los festejos en honor a uno de sus patronos. El domingo apsado prefirió acudir a abrir el Consistorio Municipal a las magas y sus 200 asistentes y obviar a los miles de valencianos que fuerona  la Bendiciónd e los Animales a la Calle Sagunto. «Fiestas tradicionales» las llaman algunos, unas son fiestas señaladas en el calendario, otras impuestas a golpe de imposición y talonario por el propio alcalde Ribó.

Breve historia de San Vicente

San Vicente estudió bajo la dirección del Obispo de Zaragoza, Valero. Fue Vicente nombrado Arcediano, o sea el primero de los siete diáconos que solía haber en las primitivas iglesias.

El Obispo Valero, ya anciano, era tartamudo y tenía grandes dificultades en la predicación por lo que encomendó este trabajo a su diácono Vicente. Cuando a finales de 303 entró Daciano en Zaragoza, lo primero que hizo fue apresar al Obispo Valero y a su diácono Vicente. Pero el mandato imperial le obligó a salir rápidamente de la ciudad y ordenó se les hiciera ir, maniatados, a Valencia.

Allí comenzó el interrogatorio, y como el obispo tuviera dificultades para responder debido a su tartamudez, tomó la palabra Vicente. Resultado de este primer interrogatorio fue condenado al destierro a Valero y comenzó los tormentos contra su arcediano.

Los tormentos a San Vicente

Empezaron entonces los tormentos a San Vicente. El primero de ellos era un aspa de madera en cuyos extremos se fijaban manos y pies para descoyuntar los miembros al extender el aspa. En él extendieron a Vicente y después de descoyuntar todos sus miembros lo desgarraron con garfios de hierro. Luego se le colocó sobre un lecho incandescente, supremo grado de tortura, según dice Prudencio.

Vicente salió triunfante de la prueba, y fue arrojado en una mazmorra. Se le encerró en calabozo estrecho, cerrado y estrangulado por las estrechas piedras de una bóveda bajísima.

En este calabozo fue metido Vicente, introduciendo sus pies en unos cepos de madera, de modo que sus piernas estuvieren violentamente separadas una de otra. Además a fin de que la víctima no pudiera encontrar reposo, sembraron el suelo de pedazos de cacharros puntiagudos.

Estando Vicente en la cárcel sufriendo este tormento de repente se iluminó el calabozo. También el suelo, cubierto de guijarros puntiagudos, se convirtió en una alfombra de flores, y mientras tanto, los ángeles recreaban los oídos de Vicente con suavísima melodía. Enterado de lo que pasaba, Daciano dio órdenes para que trataran al mártir con toda consideración y curaran sus llagas.

El carcelero, que se había convertido al cristianismo, ejecutó la orden gozoso. Ppreparó un lecho mullido a Vicente, le acostó en él y dejó entrar a los cristianos en el calabozo. Entre demostraciones de cariño exhaló Vicente su ultimo suspiro.

Milagros tras la muerte de Vicente

Al enterarse Daciano de la muerte del mártir, mandó tirar su cuerpo en el campo, para que fuera pasto de la fieras y aves de rapiña. Pero, por singular providencia, fue respetado por todas.

En vista de esto, se le metió en un saco cosido, del que pendía una piedra muy pesada, y se le arrojó en el mar. Pero las olas le sacaron a la orilla, cubriéndole de arena y quedando allí con el paso de los años. Así se inició el Culto a San Vicente Mártir.