Valencia ciudad de prostitución pero Ribó y Gómez la define como «libre de trata de blancas y de prostitución»

La Ciudad de Valencia que antaño en los siglos de la tardía edad media era conocida por sus burdeles, vuelve a las andadas. Pero las viejas casas de meretrices ahora se camuflan en el Cap i Casal como hostales o casas de masajes. Cualquiera puede encontrar en su barrio una casa cercana. Unas son casas de masajes, otras hostales y hasta locales comerciales de intercambio o de cruising.

Todo lugar es bueno para practicar sexo, deben pensar algunos, pero hacerlo en una Ciudad declarada como libre de trata de blancas y donde no hay prostitución es otra cosa. El sexo es vida, es salud, pero pagar por él mediante una transacción económica es delito para muchos. Una vieja práctica de la españa profunda que sigue muy asentada hoy en día.

El alcalde de Valencia Joan Ribó de Compromís y la vice-alcaldesa Gómez siguen con sus campañas de marketing e ilusionismo. Asegurando que Valencia está libre de prostitución. Pero nada más lejos de la realidad, es que este ejercicio de pinochismo se aleja totalmente de la realidad de hoy en día.

Prostitución callejera a la vista de todos menos de Ribó y Sandra Gómez

En la rotonda junto a la Iglesia de la Punta vemos cada día como algunas mujeres ejercen la prostitución en plena calle, cada noche, haga frío o calor, llueva o haga poniente. Las recogen los «clientes» a los que la izquierda ha llamado puteros, y ejercen su acividad sexual por unas pocos euros en un solar contiguo, en el coche.

Una felación por unospocos euros y un «completo» por algo más del doble». Estas personas están allí a sabiendas de Ribó y Sandra Gómez, de la activista Lucía Beamud, y siguen allí cada noche. Sus proxenetas las obligan, algunas serán un juguete roto de esa trata de balncas, una situación eprsonal que el gobierno municipal ignora cada día.

También en Velluters tenemos otro tipo de prostitución callejera en sus calles, junto a la Avenida del Oeste cada noche, recogiendo a sus «clientes» y subiendo a hostales cercanos…

De toda la vida se ha conocido en el entorno de la Antigua Fe los transexuales, personas que se dedican a este viejo oficio para salir de la indigencia a la que ha arrojado una sociedad que durante décadas no les ha dado cobijo, les ha humillado y vejado. Les han ignorado.

Hoy se pone el grito en el cielo porque se ha abierto en Ayora un hostal donde vecinos y otros colectivos denuncian que parece se ejerce la prostitución. El Partido Popular lo denuncia porque se hace «a menos de 100 metros de un colegio». Pues en cada barrio hay uno de estos establecimientos.

Si vamos a la «alta sociedad» conoceremos decenas de locales como los contiguos al Ayuntamiento de tabacalera a pie de calle o los locales de «masajes» en primeros pisos de edificios.

¿Abordar el debate como una sociedad madura o seguir mintiendo e ignorando la realidad al estilo Ribó y Gómez?

Una realidad a la que no queremos ver, que Ribó y Gómez ocultan y que cada poco sale a relucir. La sociedad no tiene decidida la solución a este problema. Si prostitución sí o prostitución no, pero el evitar el debate no hace que no exista la realidad. En cambio, drogas y prostitución computan para calcular el PIB del Estado, un sinsentido más.

Dejemos de mentir a la sociedad y abordemos los debates como una sociedad madura, tenemos prostitución femenina y masculina en cada barrio de la ciudad, y habrá que visualizar el problema, reconocerlo y abordarlo si es que queremos, pero dejemos las frases vacías de contenido como «Valencia libre de prostitución» porque no es así.