Un Ayuntamiento sin alma no repone el pozal de mármol de la Plaza del Mercado, perdiendo otro trozo de historia del lugar

Poco a poco vamos perdiendo nuestra personalidad, nuestra historia. Los elementos que han forjado nuestra historia y configurado nuestras calels parecen no importar lo más mínimo al Ayuntamiento de Valencia.

Despersonalización absoluta y búsqueda de un estandar que al final cuando paseas por la calle no sabes si estas en Nueva york, Milán, Rotterdam o Valencia. Un calco uno de otro. Lo que nos identifica, la esencia se pierde, o mejor dicho, se abandona por un Ayuntamiento sin alma ni corazón.

Imagen actual sin el pozal en el pavimento

El Pozal de la antigua ferretería se destrozó y ahora no se repone

Las obras de la Plaza del Maercado se han llevado una parte de nuestra historia. Así, el pozal de la antigua Ferretería del pozal en la propia Plaza del Mercado seguía evocando ese pasado comercial de la zona. A pesar de haber en su lugar una entidad bancaria, el suelo de la acera era de mármol blanco cuidaddo, con un ribete de mármol negro y un elemento central del mismo material, un pozal.

Las obras «destrozaron este elemento». Lo hicieron añicos. Según fuentes del propio PSPV de Sandra Gómez «no tenía ningún valor patrimonial». Unas personas sin alama que no le dan valor a una tienda histórica, una tienda familiar que estuvo décadas allí.

La asesora de Sandra Gómez aseguró «que resultó imposible sacar la pieza entera», y que se iba a recomponer…

El Círculo del Patrimonio y otras entidades denucniaron este sinsentido y aparecieron «los múltiples pedazos arrancados» del pozal y su círculo. Las mismas fuentes municipales aseguraron que se repararía. Pero en la nueva acera ya no está.

Han incumplido nuevamente su palabra, esa que parece no valer nada, de reponer al menos ese elemento en su lugar original. Estas obras se han llevado por delante ese pedazo de historia colectiva que parece algunos quieren olvidar, esa Valencia de pequeños coemrcios singualres familiares.

Críticas vecinales por la invasión de terrazas

Parece que ahora sólo interese «lo bonito que queda la obra». Por cierto una peatonalización en la que rápidamente el espacio público ganado a los coches ha sido invadido por terrazas y ampliaciones de terrazas. los vecinos critican este afán mercantilista del espacio público. Ahora no serán coches, sino mesas y sillas las que ocupen el espacio, y mercadeen con él. Al final el Ayuntameinto también gana con la ampliación de mesas y sillas mediante la tasa municipal correspondiente. A más mesas, más recaudación.