El tamaño importa, las soluciones no, los problemas esperan en Valencia mientras que los políticos siguen comparando el tamaño (de sus pancartas)

La política del cap i Casal se ha convertido en un circo, o mejor dicho en un patio de colegio. La polémica del tamaño (de la pancarta) se ha trasladado a Twitter donde unos y otros hacen gala del tamaño (de su pancarta), no vayan ustedes a pensar en otra cosa…

María José Catalá hace una semana presumía que su pancarta era la más grande política jamás instalada en el Cap i casal, medía 270 metros cuadrados.

La vicealcaldesa y actual candidata al Ajuntament por el PSPV parece se picó y tan sólo dos días después instaló en Ruzafa una de mayores dimensiones, en concreto 369,36 metros cuadrados asegurando que su tamaño era mayor. Algo que de ser hombres les hubieran acusado de «machirulos» y «machistas» al ser mujeres no pasa nada.

Pero como el buen dicho de «no hay dos sin tres» entró en juego Joan Ribó poniendo una pancarta de tan sólo 5 centímetros. Asegurando que era la menor y que se sentía orgulloso.

Parece que los problemas de los valencianos los reducen al tamaño y densidad de «sus pancartas»

No sabíamos que los problemas de los valencianos fueran por el tamaño de «sus pancartas». los problemas parece que pueden esperar mientras otros como en patio de colegio infantil, que ni de primaria, se pelean por el tamaño de sus lonas publicitarias.

Parece que la campaña va a ser muy muy larga para los valencianos y que en vez de escuchar problemas parece nuestros dirigentes se han focalizado por ver quién presume más de fanfarronería o quién «la tiene más grande o más condensada» (la pancarta).

Eso de que el tamaño no importa y que lo importante es saber utilizar el elemento en cuestión parece que nuestros políticos se perdieron ese capítulo de barrio sésamo.

Infantilización de los políticos

Los valencianos tenemos numerosos problemas como para tener que preocuparnos de la infantilización de nuestros políticos. No es extraño ver a una concejal de Patrimonio Histórico haciendo peinetas e insultando en redes a medios de comunicación y vecinos, quan una niña pequeña enrabietada como a Gloria Tello.

Por desgracia también nos hemos tenido que acostumbrar a concejales como Javier Mateo a los que Antifraude acusó de contratación irregular ( a dedo) y que actualmente escalan posiciones en las listas para las próximas elecciones.

Unos políticos que han convertido el coliseo de la democracia, el plano en una broma pesada, llena de muecas y de malas formas. No distando mucho de una verdulería de barrio, donde por cierto hay mejores formas y modales.

¿Pero qué diremos de un concejal mímico que hace mueca ante toda Europa poniendo voz un tercero para así hacer ver que sabe perfecto inglés?. Pues sí, Escopeta Nacional pero en 2023, el Ayuntamiento de Berlanga, -perdón me pudo el subconsciente-, de Ribó y sandra Gómez.

Lo choni se ha instalado en el Ayuntamiento de Valencia y parece que viene para quedarse para desesperación de muchos, la «coentor» sigue en el ADN municipal y los que venían a brir ventanas para sacar el olor a naftalina resulta que venian apolillados y con sacas de la misma o peor naftalina… Dime de qué presumes y te diré de qué careces, no hay mejor refrán, ni transparencia ni buen gobierno, coentor y opacidad, esa es la realidad.