Abascal reivindica los acuerdos autonómicos y pide aplicarlos y extenderlos

Discurso pronunciado por el presidente de VOX, Santiago Abascal, durante el debate de investidura celebrado en el Congreso el 26 de septiembre de 2023:

“Señorías y gentes sin ningún señorío, que ya los hemos visto en la tribuna incluso, señor candidato a la presidencia de gobierno, señor Feijóo,

Cuenta usted con los votos del grupo parlamentario Vox. Aunque me temo que no van a ser suficientes. Yo podría decirles hoy a modo de reproche, aquello de que hay que saber sumar, de que no dan los números para esta investidura o que es una investidura “ociosa”, o que es un balón de oxígeno para el PSOE o un inexplicable regalo para el PSOE o simple propaganda… Pero no lo voy a decir porque además no lo creo. Yo creo que es una buena ocasión para retratar al peor gobierno de la historia de España.

Pero sí he de recordar que todo eso, y cosas peores dijeron desde su bancada cuando hicimos lo mismo que pretende usted hoy: utilizar esta tribuna para mostrar a los españoles que el proyecto del señor Sánchez nos lleva a la destrucción de la convivencia nacional, lo hemos visto por el tono inaceptable en esta tribuna, a través de la propia ruptura del Estado de derecho.

No es distinto el señor Sánchez del presidente al que nosotros presentamos dos mociones de censura que su partido, señor Feijóo, no apoyó. En realidad, es el mismo señor Sánchez que había beneficiado a golpistas y malversadores, a terroristas, y a violadores e incluso a las mafias de la inmigración ilegal, el mismo que había pisoteado las libertades fundamentales de los españoles con dos decretos inconstitucionales de estado de alarma, y el mismo, en definitiva, capaz de cualquier cosa con tal de mantenerse un rato más en el poder.

Sin embargo, nada de todo aquello les pareció suficiente como para apoyar nuestra moción de censura… o siquiera para presentar una alternativa. Pero hoy Vox no va a hacer lo mismo que el Partido Popular en aquellas mociones de censura contra el autócrata Sánchez. Nosotros votaremos afirmativamente a su investidura, nosotros no vamos a incrementar la desesperanza de millones de españoles, tal y como le trasladé a Su Majestad el Rey en la ronda de consultas.

También le trasladé (y lo hice además públicamente a todos los españoles) las condiciones que poníamos para esta votación. Que son muy simples y muy aceptables para la inmensa mayoría de los españoles: el compromiso de defender la igualdad de los españoles como usted ha hecho en esta tribuna, el compromiso de recuperar la neutralidad de las instituciones hoy secuestradas por la mayoría socialista, cosa que usted también ha hecho en esta tribuna, y el compromiso de no colaborar con quienes pretenden imponer un apartheid a los votantes de Vox, es decir, a tres millones de españoles, cosa que ha hecho también usted hoy en esta tribuna, y, por último, como consecuencia de todo lo demás, la ratificación de nuestros acuerdos a nivel autonómico y local a pesar de las amenazas y de las insidias de los socialistas que pactan con todos los enemigos de España y la Constitución.

Si al señor Sánchez le hiciera falta el voto de un partido de ladrones directamente prohibiría las cerraduras. Si al señor Sánchez le hiciera falta el voto de un partido de traficantes de órganos, les daría la dirección del instituto anatómico forense, y no hace falta decirlo, si al señor Sánchez le hiciera falta el voto de un partido de violadores y pederastas, pues directamente tendría el voto en agradecimiento a la ley del sí es sí, que tanto les ha beneficiado.

Por eso, cuando al señor Sánchez le hace falta el voto de un partido golpista, el señor Sánchez negocia una amnistía que allane el camino para el posterior golpe contra el estado de derecho, contra la convivencia nacional y contra el fundamento de nuestra Constitución, que es la indisoluble unidad de nuestra patria.

Y sin ese fundamento, señor Feijóo (y luego volveré sobre ello) ni hay Constitución, ni hay pacto, ni hay convivencia, ni hay abrazo ni hay debate posible. Y ese es el peligro que hoy enfrentamos todos, ese es el peligro que hay que denunciar y esa es la verdadera razón de ser de nuestro sí a su investidura en el día de hoy.

Sí a un gobierno que recupere la normalidad democrática, sí a un gobierno que recupere la neutralidad de las instituciones, sí a un gobierno que defienda la unidad nacional y sí a un gobierno que acabe con el cordón sanitario que desde partidos y medios se ha puesto a millones de españoles, que tal y como dije en esta tribuna hace cuatro años, tienen derecho a disentir y tienen derecho a oponerse al pensamiento único que se dicta desde los despachos de algunos poderosos.

Pero antes de ese voto afirmativo, señor Feijóo, me veo en la obligación de recordar por qué hemos llegado a esta situación. Y ustedes, señor Feijóo, lamento decirlo, tienen gran parte de la responsabilidad. Lamento decírselo, pero creo que es la verdad, creo que es la verdad que usted mismo conoce, y resultaría hipócrita que yo lo oculte en esta tribuna únicamente porque vamos a votar favorablemente a su investidura. Además usted ha tenido la amabilidad de pedirnos en su intervención que tengamos un diálogo sincero y honesto en esta tribuna, yo lo voy a hacer, ya que otros no están de ninguna manera dispuestos a hacerlo.

La obsesión de ustedes en no depender de Vox en ese gobierno que algunos aduladores y encuestadores les prometían, creemos que les llevó a cometer el gravísimo error de alimentar en algunos casos y alentar en otros una campaña de demonización de Vox que venía impulsada desde la izquierda. Se lo advertimos durante toda la campaña, en público y en privado, les dijimos con rotundidad, en primer lugar, que la victoria no estaba hecha y, en segundo lugar, que nosotros no éramos el adversario.

Pero ustedes, empujados por esas oligarquías nostálgicas del bipartidismo, y por los odiadores de Vox que los hay en todos los partidos y en todos los medios, se dejaron llevar a una campaña desastrosa, nos llegaron a decir que dábamos más miedo que Bildu, que los terroristas, que somos homófobos, racistas, sectarios, machistas y todo el listado de descalificaciones que la extrema izquierda, hoy representada en el PSOE, lanza contra Vox permanentemente, sin otro objetivo de la izquierda que justificar las agresiones que luego se producen contra nuestros candidatos. Yo le pido, señor Feijoo, que tome usted distancia, distancia definitiva e inequívoca con todos aquellos que todavía hoy, desde sus filas, siguen despreciando a 3 millones de españoles y que quizá no crean en su discurso de hoy.

Yo he visto cómo le han aplaudido y como su mesura les hace pedir que no le aplaudan. Aplaudían igual al señor Casado, que dijo exactamente lo contrario que dijo usted, porque no se lo digo como un reproche, señor Feijóo, los partidos son así, porque señor Feijóo vamos a gobernar juntos en muchas autonomías, en muchos municipios, en muchas diputaciones y en diferentes entes de nivel local. Y yo creo que no es lógico, ni es comprensible, ni es aceptable que desde el mismo partido se ataque a los gobiernos de coalición.

Por eso creo que esta sesión debe servir, además de para mostrarle nuestro apoyo a su investidura para la ratificación de nuestros acuerdos autonómicos y locales y para la adquisición por las dos partes del compromiso de trabajar juntos para detener cada paso que amenace el separatismo golpista a través de su cómplice en La Moncloa.

Debemos dar esperanza, en definitiva, a todos los españoles que quieren ver con claridad una alternativa de gobierno y una alternativa de gobiernos que tenga el compromiso de recuperar las instituciones y de defender la Constitución. Y creo que he de decir con claridad que exactamente en eso consiste nuestro voto a su investidura. En ese compromiso y en esa colaboración sin remilgos y sin complejos.

Y esa es nuestra propuesta para aplicar a partir de hoy mismo. Cumplamos con lealtad todo lo pactado, reduzcamos los impuestos junto con el gasto político destinado a partidos, a sindicatos y a patronales. Desterremos el adoctrinamiento en los colegios para que los padres puedan recuperar el derecho constitucional a educar a sus hijos según sus creencias y en su propia lengua.

Enfrentémonos a la agenda 2030 o si prefiere, al menos combatamos juntos los aspectos más lesivos de esa agenda sobre nuestra industria, nuestra libertad, nuestro campo, en definitiva, sobre nuestro progreso. Hoy usted se quejaba de los impuestos al plástico de este gobierno que vienen exactamente de la implementación de ese tipo de agenda. Luchemos enérgicamente contra las mafias de la inmigración ilegal que trafican con seres humanos y que a veces son directamente financiadas por las administraciones públicas.

Incluso si quiere, comprometámonos a preguntar a los españoles sobre aspectos y problemas concretos para acabar de una vez por todas con esa lejanía entre los partidos políticos y la sociedad española por culpa de los viejos pactos en los que muchas veces a los españoles se les ha hurtado la posibilidad de decidir sobre asuntos que afectan a su vida diaria y que no han podido decidir en un referéndum durante 40 años.

Y denunciemos, aprovechando nuestros respectivos aliados en Europa y en el mundo, la usurpación de las instituciones que padecemos desmontando la propaganda internacional del separatismo y de quienes hoy se convierten, una vez más, en los aliados de ese separatismo. Es decir, desmontemos la alianza y la ambición del señor Sánchez y de sus cómplices.

Muchas de estas cuestiones, he de reconocerlo, que hasta ahora habían sido defendidas únicamente por Vox, han sido defendidas por usted hoy en la tribuna, y yo se lo agradezco. Por ejemplo, se ha referido usted a aumentar el sentido positivo del silencio administrativo o a derogar tres por cada una norma que sea promulgada. Nosotros planteamos algunas más ya en nuestros documentos de hace unos años. Le agradezco que critique también el hecho de que existan 17 pruebas distintas de acceso a la universidad, porque ponen en tela de juicio la igualdad de los españoles.

¿Pero no les parece absurdo que haya 17 tarjetas sanitarias, 17 licencias de caza y tantas y tantas desigualdades autonómicas que dificultan la vida diaria de los españoles y que ponen en tela de juicio la igualdad de todos los ciudadanos ante las administraciones?

Celebro también que se atreva a denunciar la dictadura activista. Se ha referido a ello, creo que como apocalíptico y alarmista y que pretenda usted defender el progreso de nuestra sociedad frente a esas agendas que lo ponen en tela de juicio.

Hasta ahora solo nosotros decíamos esas mismas cosas y por ello, sin ningún tipo de debate, directamente se nos calificaba de negacionistas. Celebro también que quiera acabar con las imposiciones y con el adoctrinamiento en las aulas, aunque le invito a que revisemos conjuntamente el material escolar en aquellas comunidades autónomas en las que gobiernan en solitario y también en las que gobernamos conjuntamente.

Porque también es adoctrinamiento la Ley de Memoria Histórica y la Agenda 2030 que han terminado en los materiales escolares, que están en los currículos que se enseñan a los alumnos más pequeños. Y lo digo porque, por ejemplo, la Ley de Memoria Histórica no sé si por ahí está el señor Moreno, iba a ser derogada en Andalucía por un acuerdo con VOX y ese es un acuerdo aún incumplido en estos momentos.

Por lo tanto, ratificamos hoy la validez de nuestros acuerdos y su cumplimiento íntegro y legal. Y si me lo permite, le pediría que aplique las medidas pactadas con nosotros también en las regiones que han decidido gobernar en solitario. Porque creo que lo que es bueno para castellanos y leoneses, para valencianos, para murcianos, para aragoneses o baleares, sin duda puede ser bueno también para andaluces, para gallegos, para ceutíes o madrileños, entre otros.

Por eso creo que debemos apremiar a la señora Ayuso a que acabe con el adoctrinamiento en los colegios y con las subvenciones a la Agenda 2030 en la Comunidad de Madrid o que puede indicar a su partido en Galicia que elimine los requisitos del gallego que están expulsando talento y que se proteja la libertad de los residentes en esa comunidad para poder escolarizar a sus hijos en la lengua materna y en la lengua común.

Y por favor, y este tema creo que sí es importante y es verdaderamente grave. Pida al Señor Juanma Moreno, se lo pido yo desde aquí, que rectifique sus lamentables palabras a las declaraciones del señor Urkullu, que dijo que cabía una interpretación flexible de la Constitución sobre la cuestión territorial, sin necesidad de modificar la Constitución para avanzar en el carácter plurinacional del Estado y en la bilateralidad, es decir, en la ruptura de la soberanía, y que el señor Juanma Moreno saludó con total normalidad.

Lo digo porque usted hoy ha dicho una cosa que yo comparto plenamente y es que no hay ningún subterfugio para burlar el espíritu de los padres de la Constitución. No es verdad que exista una puerta de atrás de la Constitución para reducir España a un engendro plurinacional, tal y como decía su compañero de partido. Otros igualmente equivocados lo llaman pomposamente estado compuesto.

Es otro camino sin salida la solución al desafío separatista, señorías, no pasa por la adecuación a las aspiraciones ilegítimas o a construcciones creativas o eufemismos políticos. Ya sé que con el asalto a los tribunales, en especial al Tribunal Constitucional, esa amenaza del derecho creativo está muy presente. Quizá veamos sentencias dictadas desde la Moncloa y aderezadas por comisarios vestidos con toga que se atreven a deconstruir nuestro ordenamiento jurídico para justificar la amnistía y la autodeterminación.

Pero da igual como lo disfracen, no puede haber puerta de atrás en la Constitución para socavar el fundamento de la Constitución misma, y si lo hiciesen, habrían recorrido el último tramo para liquidar el Estado de Derecho. Y los españoles no vamos a permitirlo.

Sí le pediría que mantenga en este tema, señor Feijoo, una firmeza extraordinaria y que desde nuestras diferencias, algunas verdaderamente grandes, sepamos que no existe bajo ningún concepto la tentación de un nuevo encaje territorial, de un Estado compuesto, de una España multinivel o cualquier otra ocurrencia que limite o que cercene la soberanía nacional del pueblo español.

Por eso, señor Semper, no se trata de hacerse el simpático, ni el equidistante, como hace usted en ocasiones, porque nos llamaba extremistas en el día de ayer. No se trata de hacerse el moderado y se lo puedo decir también en euskera, pero creo que usted lo entiende mucho mejor en castellano. Y por eso, señor González Pons, se equivoca usted al tratar de normalizar como un partido democrático a una fuerza política como Junts, ni tampoco en Europa es conveniente tomar el camino del socialismo, a pesar de que voten ustedes mayoritariamente con los socialistas en el Parlamento Europeo. Los mismos socialistas cuyos corruptos negocios en la Unión Europea con las compañías del gas ruso han servido para traicionar a Ucrania y a Polonia y han puesto en peligro nuestra seguridad y nuestro abastecimiento energético.

Por otro lado, señor Feijóo, tengo que celebrar que en su partido haya gente razonable que desde un primer momento aceptó el resultado electoral y entendió que debíamos estrecharnos la mano. Y tengo que agradecerles a esas personas y a esos líderes autonómicos y locales de su partido que se mantuvieran firmes y serenos en su actitud de dialogar y de pactar cuando se trataba de alcanzar una mayoría, a pesar de que desde muchos satélites mediáticos se les cuestionaba o directamente se les atacaba. ¿Cuánto cambia su partido, señorías, de una región a otra?

Aunque, si me permiten decirlo, esas actitudes contradictorias son bastante comprensibles y no es ningún tipo de ironía, porque el señor Feijóo, el Partido Popular Europeo, se encuentra en la misma disyuntiva que tiene usted ahora: llegar a acuerdos con los socios de VOX o colaborar con el cordón totalitario de socialistas y extremistas.

En Suecia y en Italia y en otros muchos sitios han entendido que era necesario el camino de la colaboración, respetando las diferencias entre nosotros. Se lo dijo a todos ustedes la señora Meloni en algunos de sus actos en los que ha participado en España, cuando afirmó que el Partido Popular tenía que recuperar sus raíces y para ello creo que debe reencontrar su identidad, tiene que soltar la mano a los socialistas que hemos visto en el día de hoy cómo se comportan en esta cámara y de las izquierdas más radicales para empezar a construir alternativas de gobierno en las distintas naciones.

Y en último término, en la propia Unión Europea para la protección de nuestras fronteras, de nuestras libertades y de nuestra economía. Yo tengo el convencimiento de que más pronto que tarde será así, señor Feijoo. Por supuesto que seguiremos teniendo grandes diferencias, muchos desacuerdos, pero creo que podemos colaborar sensatamente contra quienes están llevando a nuestra nación a un auténtico callejón sin salida, empeñados en mantener el rumbo del multiculturalismo, del globalismo y de la sumisión a poderes ajenos a la voluntad de las soberanías nacionales.

Pero regresemos a nuestra patria porque le decía que alguno de sus colaboradores, les decía a ellos, que no es el camino ni el momento de coquetear con los nacionalismos, ni de la equidistancia. De hecho, si Vox no existiera, como quizá algunos de ustedes sueñan melancólicamente, inmediatamente serían todos ustedes el fascismo a batir. Ya hemos visto cómo se las gasta el Partido Socialista y sus aliados. Y ahora muchos de los epítetos que nos dirigen a nosotros, pues a ustedes sólo les cogen de perfil.

¿Cuál es el camino entonces? Creo que ya lo he dicho con claridad durante esta intervención: el que hemos comenzado a construir con nuestros acuerdos de gobierno. Aunque el ruido mediático orquestado por el Gobierno de Sánchez, y creo que estúpidamente amplificado por las cabeceras más cercanas a su partido, ha ocultado las muy positivas propuestas que hemos alcanzado en muchas autonomías y en muchos municipios y que van a favorecer a los españoles residentes en ellas.

Y por ahí es por donde debemos comenzar y por donde debemos seguir. Es un principio para la construcción de la alternativa y nuestro voto conjunto hoy no debe significar otra cosa. Por supuesto, que nosotros querríamos ir mucho más allá de lo acordado, pero es un comienzo que aceptamos, es un comienzo para una alternativa nacional que tenemos el deber de construir, porque es nuestra responsabilidad histórica a la que nosotros no vamos a fallar de ninguna manera.

Le voy a poner un ejemplo práctico de cómo podríamos empezar a mostrar unidad de acción frente a los chantajes y los disparates del señor Sánchez y de sus cómplices. Ya hemos visto cómo han convertido esta cámara en un esperpento con pinganillos para fingir que no nos entendemos en una lengua común. Señor Feijoo, puede dar instrucciones hoy mismo para que en el Senado se acabe ese disparate. Ni siquiera tiene que darnos la razón a los representantes de Vox. Basta con que lean ustedes el diario de sesiones, con que recojan allí los argumentos que ya emitieron por parte de su partido para oponerse durante los años del zapaterismo a esa imposición de los socialistas en la Cámara Alta. Simplemente mantengan la posición que tuvieron, digan que ya lo dijeron ustedes, que lo dijeron antes de que nosotros existiéramos. Pero demuestren que su gobierno sí está dispuesto a rectificar los disparates de la mayoría de izquierdas en todos los terrenos, sin campañas orquestadas mediáticamente. Suya es la decisión. Por ahora tiene nuestro sí a esta investidura. Creo que podemos seguir por ese camino, señor Feijoo, buscar puntos en común y dejar para más adelante diferencias hasta que despejemos la gravísima amenaza de la autocracia del señor Sánchez.

Lo digo porque sé que es una disyuntiva. Puede hacer eso o puede usted volver a partir del día de hoy, de los aplausos recibidos después de una investidura probablemente infructuosa, abrir la puerta de su despacho a los que le van a susurrar con toda seguridad que regrese al plan de intentar acabar con VOX.

Señores separatistas, españoles renegados, comunistas más o menos disfrazados y demás cómplices del señor Sánchez, podrán ustedes durante algún tiempo disfrutar del espejismo plasmado en sus pactos públicos y en sus pactos secretos. Pero hágannos caso, no es real. Lo que están viviendo es un espejismo. Yo sé que ahora están ustedes muy ufanos, muy satisfechos, chantajeando a España, porque un político sin escrúpulos se la quiere entregar a cambio de un sillón. Se sienten ustedes protagonistas porque un personaje ridículo que vive fugado en un chalé en Waterloo presume de poner y quitar presidentes, olvidando que fue España entera quien le desalojó del sillón cuando se atrevió a desafiarla.

Ahora, creen ustedes que las tornas han cambiado y que la aritmética parlamentaria les da una nueva oportunidad para sus aventuras ilegales. Por supuesto, su coalición con el señor Sánchez hará un grave daño a las instituciones españolas. El daño que ustedes quieren hacer, hará un grave daño a la convivencia, el daño que ustedes quieren hacer y un grave daño a la economía española a la que ustedes quieren dañar.

Pero sus últimos objetivos, sus repúblicas soñadas, no llegarán jamás. El cheque que les va a entregar el señor Sánchez no tiene fondos. Por supuesto que habrá que ocuparse luego de la responsabilidad de los socialistas por promover la ruptura de la legalidad pactando con delincuentes. Pero antes, sepan ustedes que ni siquiera con ese aliado en la Moncloa van a ser capaces de destruir nuestra nación.

Señores separatistas, yo quiero hacer un esfuerzo para que ustedes me entiendan y yo creo que me van a entender sin necesidad de traductores. Desistan de forzar las estructuras políticas para dedicarlas a seguir promoviendo el enfrentamiento entre los españoles. Respeten las leyes como las respetamos todos, incluso cuando las leyes no nos gustan. Respeten el fundamento de la Constitución, que es la unidad de nuestra patria común.

En definitiva, no se les ocurra decir a los españoles que aquí lo que vale es la ley del más fuerte. No se les ocurra, no se les ocurra porque va a ser un error del que no van a regresar jamás. Pregúntenles a sus antecesores, pregúntenles a sus mayores. Nos tenemos que ir únicamente al año 2017 y vimos subir de manera vil y miserable al presidente de la Generalidad metido en el maletero de un coche.

Porque, señorías, viendo las actitudes del señor Sánchez, que reniega ahora del apoyo a las medidas legales para sofocar el golpe, a mí me crece una sospecha que hace tiempo que llevaba barruntando con la aplicación de aquel 155 tan débil, aquella respuesta débil, acomplejada y tardía que dio el Gobierno no tenía como objetivo en realidad proteger a los españoles, sino proteger al separatismo de los españoles.

No tenía como objetivo combatir al separatismo, sino protegerles de la reacción del pueblo español. Se hizo, señores separatistas, para protegerles a ustedes. Se les permitió convocar elecciones y obtuvieron el poder inmediatamente. Aún recordamos, como si fuera ayer, la frase del señor Borrell en aquellas movilizaciones masivas en Barcelona insultando desde la tribuna de la propia manifestación a los manifestantes que decían “Puigdemont a prisión” y llamándoles “turbas del circo romano”.

Y por eso estoy cada vez más convencido que aquel clamor de las calles, de las plazas y de los balcones fue el que decidió a intervenir al gobierno que vio que por primera vez debían entender los políticos españoles que es la ira del pueblo español cuando se le traiciona, la ira cuando se intenta destruir, y lo he dicho varias veces durante esta intervención, el fundamento de la Constitución, que no es otra cosa que la unidad misma de la patria y que es anterior y superior a la Constitución misma.

En cuanto a usted, señor Sánchez, he de decirle, aunque usted hoy no tiene ganas de debates, que va a responder usted tarde o temprano por cada uno de los cheques sin fondos que ha entregado a los enemigos de España para permanecer en el poder.

Usted pasará a la historia. Es lo que quiere, sin ninguna duda, pero pasará a la historia por tratar de deslegitimar a nuestros tribunales, a nuestras leyes, a nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Creo que fue usted el que después del golpe separatista de 2017 acudió a un hospital a visitar a alguno de los policías gravemente heridos por los golpistas. ¿Iría ahora de nuevo a visitarle? ¿Iría a decir a esos policías que, según usted, esas heridas son fruto de un conflicto político y que sus agresores deben ser amnistiados?

Ninguna de sus maquinaciones nos resulta ya ni novedosa ni desconocida. Aunque muchos antes que ustedes han intentado retorcer las leyes a su antojo. Yo creo que hay que reconocerle a usted que nadie ha llegado a tal límite de desvergüenza. En eso hay que reconocer que usted tiene un gigantesco liderazgo. También es líder en violaciones, señor Sánchez. Bajo su gobierno, España ha batido el récord de ese crimen abyecto. Nunca en España se habían producido tantas agresiones a mujeres. Y ya sabemos lo que hizo usted al respecto durante los cuatro años de gobierno: soltar violadores a la calle. Este año, por lo tanto, volverá usted a batir su propio récord y lo sufrirán. Le reconozco que me produce una rabia inmensa. Mujeres inocentes. Le deseo que algún día se encuentre usted cara a cara con ellas, con sus maridos, con sus padres o con sus hijos.

También es el líder de la ruina. España en 2022 está a la cabeza de las grandes economías en reducción de salarios reales, es decir, a la cabeza, en rebajar sueldos. Eso lo ha conseguido usted gracias a un numeroso equipo que conforma el gobierno más caro de la historia de España.

Líder por lo tanto, en gastar más para rellenar el bolsillo de los suyos, mientras los españoles tienen cada vez menos. Por cierto, que han soltado usted hoy a una señoría sin señorío a esta tribuna y se ha atrevido a acusarme públicamente aprovechando la tribuna, claro está, y aprovechando la inmunidad parlamentaria de cobrar sobresueldos del Partido Popular. Señor Puente. O mejor dicho, Puente: diga cuándo y dónde, diga cuándo y dónde o rectifique. Es simplemente, deje de mentir o suba a la tribuna y explique por qué se va usted de vacaciones con el coche de lujo pagado por una empresa adjudicataria del Ayuntamiento de Valladolid. ¿Y cómo se atreve usted a subir a esta tribuna y a seguir en la política?

También es usted campeón, señor Sánchez, en la reducción de la renta por habitante en contraste con nuestros socios europeos. Lo mismo en el esfuerzo fiscal que tienen que hacer los españoles para pagarle sus asesores y sus vuelos en avión. Un 53% más que la media europea y, desde luego, es de auténtico récord el entusiasmo que ha desarrollado usted en implementar los aspectos más lesivos de cualquier agenda internacional o globalista, yendo incluso más allá de las peticiones de los más extremistas.

Destruye usted presas cuando hay sequía, dinamita centrales energéticas cuando hay escasez de energía y dificultan la llegada de agua e impiden cualquier tipo de Plan Hidrológico Nacional para que llegue el agua a nuestros campos, cuando precisamente la cesta de la compra se está encareciendo para las familias. Eso sí, con su gobierno también se baten récords de importaciones de productos extranjeros que compiten de manera desleal con nuestros productores nacionales, bien sea en el campo o en la industria.

Usted, señor Sánchez, no ha sido un presidente para España. Ha sido una auténtica calamidad y a pesar de haber perdido las elecciones, se empeña en ocupar el Palacio de la Moncloa e incluso ofrece su sede de gobierno para que desde la misma se perpetre el próximo golpe a la legalidad constitucional. No funcionará, señor Sánchez. Causará usted un gravísimo daño a las instituciones, a la soberanía, a la economía de las familias y a nuestra imagen internacional. Y es posible que incluso usted consiga aguantar un ratito más en ese sillón, pero tenga la convicción de que su legado de ruina, de inseguridad y de ruptura de la convivencia no tardará mucho en convertirse en un horroroso recuerdo para usted y para muchos españoles de una época oscura, de la época en la que un autócrata quiso destruir para su propio beneficio el edificio que compartimos más de 40 millones de españoles.

Señor Feijóo, ahí está el enemigo del progreso y de la prosperidad de los españoles. Ahí está el enemigo del sentido común y del respeto a las leyes. Ahí está el autócrata que se aferra a su sillón sin importarle el sufrimiento de las familias, de mujeres, de policías y de trabajadores y de todos, en fin, los españoles que simplemente quieren vivir en paz y poder prosperar y que aspiran a que los políticos no le roben ni el fruto de su esfuerzo, ni su libertad, ni sus derechos, ni la herencia material e inmaterial que han recibido, que es España.

Por eso yo le ruego, señor Feijóo, que no se olvide usted ni su partido nunca más, que Vox no es el enemigo y además que Vox no va a desaparecer. Acepten la realidad y regresen a la distancia infinita con los enemigos de España y de la convivencia. Nos tendrán al lado. Muchas gracias”.