Puigdemont y Putin

Enrique Arias Vega: Puigdemont y Putin

Hasta ayer, como quien dice, La Unión Europea no se había preocupado ni ocupado por la situación del separatismo en Cataluña, considerándolo un asunto interno de España. Pero todo ha cambiado tras las sospechas de que la diputada letona Tatjana Zdanoka, más puigdemontista que el propio Puigdemont, espiara para el Kremlin. Que ahora la UE se lo ha tomado en serio lo prueba la resolución del Parlamento Europeo de investigar las conexiones de eurodiputados con el régimen ruso.

No obstante la dejadez inicial de las instituciones europeas, eran un secreto a voces los intentos de Rusia de desestabilizar Europa, entre otras cosas rompiendo su unidad y hasta prestando ayuda militar si fuera preciso. La segregación de Cataluña del resto de España sería un paso firme en esa decisión de debilitamiento de la Unión Europea y creación de un precedente de futuras escisiones. Por probarse, hasta se ha probado el encuentro de Puigdemont con Nikolái Sadovnikov, uno de los hombres de Vladimir Putin.

La entrada de Rusia en esa ecuación es lo que ha encendido todas las alarmas, pues el régimen moscovita no se para en barras a la hora de alargar su influencia y su intromisión en los asuntos de los demás, guerra de Ucrania incluida. Rusia, a todos los efectos, es hoy día un enemigo de Occidente, al que ataca incluso informáticamente y merecedora, por eso, de las diferentes sanciones que le ha impuesto la Unión Europea. Así pues, el que intente colarse en la política de Europa  a través del secesionismo catalán es lo que convierte a ésta en un enemigo para la UE si es que no lo era hasta ahora.

A Contracorriente
Enrique Arias Vega