Entre pitos y flautas

La expresión “entre pitos y flautas” hace referencia a lo banal o intrascendente, a cosas pequeñas, sin importancia. Se suele utilizar esa frase para subrayar que el tiempo dedicado o el dinero utilizado se han malgastado, dejando pasar la oportunidad de sacar provecho o partido al esfuerzo realizado.

Entre pitos y flautas ha pasado la legislatura, caracterizada por los despropósitos en el uso del dinero público y porque se han desperdiciado estos años para evitar que la grave crisis social y económica en la que nos vemos inmersos, sea lo menos dañina posible y de verdad, no como eslogan propagandístico del Gobierno, nadie se quede atrás. Al final de todo el recorrido, nada se ha hecho y el tiempo casi se ha consumido. De hecho, Pedro Sánchez se encuentra en la recta final del mandato mirando ansioso el reloj, como los jugadores de un partido de fútbol que en tiempo de descuento ya no pueden más y desean que el árbitro pite el fin.

Los pitos

Varias razones evidencian que entre “pitos” ha transcurrido la acción de Gobierno de Sánchez. A mediados de septiembre, los asesores del presidente le recomendaron suspender la campaña el “Gobierno de la gente”, con su plan “pisar la calle” y hablar con los ciudadanos, pues precisamente, la gente de la calle recibía una y otra vez al presidente con abucheos y petición de dimisión.

Así ocurrió en Sevilla o en Toledo, donde para evitar el mal trago, el presidente del Gobierno entró en el palacio de congresos por el garaje. La calle no es un escenario controlado, donde las “luces y el maquillaje” propagandístico monclovita transmiten una imagen cuidada y amable del presidente del Gobierno como hombre de Estado y buen gestor. Así lo hemos podido apreciar con la grabación de la docuserie sobre el día a día del presidente, o con el “casting” para la selección de quienes se reúnen en Moncloa para que no hagan preguntas incómodas.

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Pedro Sánchez sabía que el pasado 12 de octubre, día de la fiesta nacional, iba a ser recibido con pitidos y abucheos. Los ciudadanos están realmente descontentos de sus políticas. Por eso, trató de incorporarse a la comitiva que iba a recibir a los reyes, en el último momento, obligando a D. Felipe y Dña. Letizia a esperar a que el presidente del Gobierno llegara. Algo totalmente inaudito en los países de nuestro entorno, y que pone de relieve hasta qué punto, Pedro Sánchez es capaz de retorcer, tensar o despreciar las instituciones del Estado constitucional en beneficio propio y en esta ocasión, reducir el tiempo de exposición a las pitadas de la ciudadanía.

Las flautas

Lo cierto es que las “flautas” que ha hecho sonar el Gobierno social-comunista durante esta legislatura han generado gran malestar en la ciudadanía. Pedro Sánchez decidió tener como compañeros en esa orquesta del despropósito, a los nacionalistas excluyentes catalanes, a los de Bildu, y a los comunistas, provocando una radicalización en las políticas públicas con las que la ciudadanía no está conforme. Diferentes citas electorales en el ámbito autonómico así lo han evidenciado: Comunidad de Madrid, Castilla-León, o el caso de Andalucía, tradicional feudo socialista que dio de manera “absoluta” la espalda al sanchismo.

La gente de la calle, esa a la que teme Pedro Sánchez, tiene muy presente su traición indultando a los golpistas catalanes, en vez de garantizar que la ley y la Constitución sea respetada en todo el territorio nacional. De igual manera, se planea una nueva traición con un eventual indulto, esta vez, a los máximos responsables del mayor escándalo de corrupción de nuestra democracia, los expresidentes socialistas de Andalucía.

A su vez, las notas disonantes en esta música sanchista suenan con el hecho de que se haya dado a EH-Bildu la condición de socio preferente del Gobierno, dando la espalda y menospreciando al Partido Popular.

Y todo, una vez más, para retorcer las instituciones del Estado, comprometer el orden constitucional y seguir en el poder.

Entre pitos y flautas

Entre pitos y flautas pasa la legislatura, pero por desgracia, el daño que se ha hecho a nuestras instituciones no es algo pequeño o intrascendente. Además, la crisis mal gestionada y el despilfarro del dinero público, comprometen gravemente la recuperación económica. No olvidemos que mientras se le pide a la ciudadanía que se apriete el cinturón, Sánchez y sus ministros pretenden aprobarse una subida de su sueldo de un 4% para el próximo año.

Es hora de recuperar el sentido de Estado en la acción de Gobierno, y para eso, los ciudadanos saben que cuentan con el buen hacer y la sensatez de Alberto Núñez Feijóo.

Fernando De Rosa Torner