El éxito del trabajo en equipo

Enrique Arias Vega: El éxito del trabajo en equipo

No hace mucho tiempo, los éxitos escasos del deporte español se basaban en unos individuos singulares que destacaban sobre sus coetáneos. Nos referimos a Joaquín Blume, Ángel Nieto, Miguel Indurain y otros. Mientras tanto, el deporte colectivo languidecía entre la falta de compenetración y el necesario sacrificio por los compañeros de equipo.

Las cosas han cambiado tan radicalmente que ahora sobresale el número de medallas colectivas conseguidas en los Juegos Olímpicos sobre las de carácter individual. Ello pone en evidencia que el español no era tan egoísta como parecía y que las muestras de solidaridad pueden ser una seña de identidad del grupo. Si, como se demuestra, los ciudadanos son un ejemplo de entrega y apoyo ante cualquier catástrofe, ¿por qué no iban a mostrar ese mismo espíritu de sacrificio y dedicación en una competición deportiva?

Los últimos años, digo, lo han demostrado. Ha podido más el espíritu de solidaridad y de entrega al equipo que el egoísmo del reconocimiento individual, hasta el punto de no conocer muchos de los nombres de los integrantes de los conjuntos que han conseguido el premio a su esfuerzo.

Eso contrasta con el afán de algunos por disolver los equipos de éxito y trocearlos en unidades más pequeñas, con la fácil y falsa excusa del sedicente plurinacionalismo de España. Se basa ese deseo en que no es sencilla la integración de un cacereño y un cordobés, por ejemplo, frente a la de dos personas del mismo territorio. Pero sería una lástima que, una vez reconocido el carácter global del esfuerzo y la falta de un egoísmo excluyente por los miembros de los distintos equipos deportivos, volviéramos a las andadas de poner cualquier consideración por encima del carácter integrador de los equipos nacionales que tanta satisfacción da a los amantes del deporte y de la convivencia en general.

A Contracorriente
Enrique Arias Vega