Josep Carles Laínez, «La casa del mege, fenómenos paranormales en Valencia”

Josep Carles Laínez, La casa del mege, «fenómenos paranormales en Valencia”

El año 2018, la publicación de La Societat Pinkerton Internacional: A la busca de El Papo (Mosseguello), de Paco Tarazona (Sedaví, 1971), supuso una pequeña convulsión en el esquelético mundo literario de nuestros ciudad y reino.

Con presentación pública fuera de los círculos letraheridos a fin de ampliar su radio de acción, con reseñas en este mismo diario (ValenciaNews) y en otras destacadas cabeceras, siendo la noticia más leída de Cultura en ValenciaPlaza, y con entrevistas en radio y en la pequeña pantalla, se jalonó la salida al mercado de una obra repleta de diferentes lecturas, ambiciosa y cosmopolita. Sin duda, fue lo más cerca al éxito literario de un escritor en valenciano y, para más inri, en su normativa estigmatizada y proscrita.

A dos años de aquel hito, volvemos a disponer de un nuevo título de Paco Tarazona.

Esta vez, sin embargo, lo firma con otro escritor a tener en cuenta: Agustí Zacarés (Albal, 1983), autor, entre otros textos, de la novela H4QRS (Hackers) (L’Oronella, 2018), y también multipremiado. Tarazona y Zacarés son asimismo los directores de la revista Ucrònica, una de las iniciativas de mayor altura de cuantas se han editado en Valencia; si además contamos con el hecho de estar íntegramente en valenciano, y con el nulo apoyo público y privado que recibe, deviene ya un pequeño milagro de nuestro universo cultural, y entra en el ámbito de lo mítico.

Tarazona y Zacarés, en esta rentrée –si tal cosa existe en nuestras letras (en cualquier lengua)– en medio de la pandemia, nos ofrecen una novela que sirve para mitigar el actual clima de miedo y desconcierto

Els misteris de la Casa del Mege (Mosseguello, 2020).

El título estará buscado a conciencia para atraer a un mayor número de lectores, pero es desafortunado, porque esta novela va mucho más de la historieta de “misterios”; adentrarse en ella con esa mera expectativa puede resultar contraproducente: no es una novela juvenil, ni un bolsilibro, ni un texto ligero, ni subliteratura.

La Casa del Mege (me permito rebautizarla) se sustenta sobre tres pies, y se mantiene fiel a esta querencia del principio al final.

El primero de ellos es la puesta en valor literario no solo de la emblemática casa del Mege sita al comienzo de la valentina avenida del Puerto, sino de la ciudad en su conjunto. El personaje principal la recorre, callejea, rememora en ella su pasado, penetra dentro de sus locales o se queda en las terrazas; en una palabra, la habita y la transforma en literatura, paso básico en cualquier sociedad y urbe que desee preciarse de sí misma.

El segundo de los pies, como ya sucedía en La Societat Pinkerton Internacional, es la importancia de la gastronomía. La Casa del Mege no puede entenderse, y no debe leerse, sin saber que desayunos, almuerzos, aperitivos, comidas, cenas y resopones son parte esencial de la trama. No se trata de una ambientación azarosa, o de apoyatura para el desencadenamiento narrativo (rememoro el Satiricón de Petronio), sino de un elemento fundamental de la estructura y una aportación de originalidad a la novela.

Por último, La Casa del Mege pretende la recopilación y creación de un corpus de los fenómenos paranormales del Cap i Casal en diversos momentos de su historia; posee asimismo un afán cuasi enciclopédico al tratar de otros personajes considerados heréticos en la memoria urbana, ya sean medievales o del siglo XX. Desde esta perspectiva, es casi una novela “culturalista”, a veces incluso avasalladoramente. Sus autores (Tarazona, médico de renombre internacional; y Zacarés, arqueólogo y líder de una formación política) no son simples cuentacuentos para adultos, sino personas de amplia trayectoria y mayor experiencia, y sustraerse a tal idiosincrasia es a veces dificultoso.

Uno de los aspectos más valorables de La Casa del Mege es que está muy bien escrita.

Por un lado, su cuidado registro de lengua podría servir de patrón para un valenciano literario del siglo XXI. Por otro, la prosa fluye en todo momento, los diálogos son verosímiles, y se hace harto complejo averiguar cuál de los dos autores escribió determinada página o sección. Es una novela modélica en estos aspectos, y debería ser de obligada lectura en institutos.

Els misteris de la Casa del Mege, para concluir, y a diferencia de la narrativa valenciana parangonable, no pretende adoctrinar. Es orgullosamente valenciana en su temática, su geografía, sus personajes, sus referencias, pero se mantiene lejos de intenciones buenistas o tan solo programáticas para manipular al lector. En todo caso, lo conducen tan solo al uso del raciocinio, del criterio y de la lógica: otra tríada subsumida cada vez más, por desgracia, en las ciénagas de lo prescindible.

Josep Carles Láinez

Josep Carles Laínez “Patria: El Nuevo NO-DO”
Josep Carles Laínez