Francisco Bueno ¡Oh, Cenicienta maravillosa!

Francisco Bueno ¡Oh, Cenicienta maravillosa!

Esta nueva producción del Palau de Les Arts Reina Sofía, en colaboración con la Ópera Nacional holandesa y el Gran Teatro de Ginebra ha sido una de las mejores puestas en escena de cuantas se han celebrado en el magno coliseo valenciano. El público que asistió a la segunda representación salió asombrado de la extraordinaria “Cenerentola” de Rossini. Por eso, bien podría proclamarse: ¡Oh, Cenicienta maravillosa!

La escenografía diseñó un opus mixtum: el atrezzo era contemporáneo, con dos lavadoras de tambor, para definir el sesgo contemporáneo del montaje.

En cambio, los vestuarios fueron confeccionados al gusto dieciochesco, con la salvedad de la Cenicienta, quien conservó su indumentaria de limpiadora, excepto en el baile principesco. Delicioso el uso del color fucsia en los lugares áulicos, tiñendo también las casacas y libreas, y, en suma, vestuarios y atrezzo, para preservar el origen de la ópera bufa italiana, que procede de la Commedia dell’Arte. La coreografía, magistral, manteniendo el humor y el carácter de un cuento. El atrezzo se movía con unos engranajes a derecha e izquierda, facilitando así los cambios rápidos en la escenografía.

El elenco canoro, de lujo. El bajo-barítono Carlos Chausson es la segunda ocasión que canta “La Cenerentola” en Valencia.

La primera vez fue a comienzos de los años 90 del pasado siglo XX en el Teatro Principal. Entonces había ingerido un bocadillo de tortilla de patatas instantes antes del comienzo de la función, y con ese ágape en su estómago, cantó a piacere su célebre aria “Miei rampolli femminini”, boca abajo, entre sábanas, sobre un lecho.

El zaragozano, ahora septuagenario, en una posición más cómoda, no ha perdido un ápice de su rocosa voz, asistido por un incombustible fiato.

A su vera, y con mucho gracejo, el barítono catalán Carles Pachón Díaz. Tiene una voz fresca, con imponentes resonadores faciales, y una gama muy completa y estable. Gran actuación del bajo italiano Riccardo Fassi.

El lombardo es muy sólido y expresivo, con un halo de nobleza, proyectando la voz con energía desde el diafragma. La guinda masculina la puso el gran tenor ligero estadounidense Lawrence Brownlee. Es un gran tenor rossiniano, con una gran habilidad para las coloraturas y el bel canto. Pocos tenores en el mundo tienen el don de cabalgar por las regiones celestes con tanta flexibilidad como lo hace este tenor de Ohio.

Entre las cantantes femeninas, espectacular la prima donna: la mezzosoprano rusa Anna Goryachova, encarnando a la Cenicienta.

Aunque el papel está pensado para una contralto, esta mezzo de San Petersburgo posee muy buenas gamas graves. Dotada de una musicalidad envidiable, proyecta sus agudos aflautados en la bóveda con una facilidad pasmosa. Conmocionó al público por su sentida representación.

Más discretas estuvieron las hermanastras de Cenicienta: la soprano Larisa Stefan y la mezzosoprano Evgeniya Khomutova. En algunos momentos, no se les pudo escuchar, devoradas por la orquesta. En alguna ocasión, perdieron el compás.

El director italiano Carlo Rizzi llevó el tempo con ligereza. El milanés evitó los excesos en las fermatas.

FICHA TÉCNICA:

Lugar y fecha: Palau de Les Arts, Sala Principal, 12 de diciembre de 2020, 19 horas. Programa: “La Cenerentola”, dramma giocoso en dos actos con música de Gioacchino Rossini y en los libretos de Charles-Guillaume Étienne y Francesco Fiorini.
Reparto: Lawrence Brownlee, tenor (Don Ramiro); Carles Pachón, barítono (Dandini); Carlos Chausson, bajo bufo (Don Magnífico); Larisa Stefan, soprano (Clorinda); Evgeniya Khomutova, mezzosoprano (Tisbe); Anna Goryachova, mezzosoprano (Angelina, la Cenicienta); Riccardo Fassi, bajo (Alidoro).
Dirección de escena y vestuarios: Laurent Pelly.
Diseñador de vestuario asociado: Jean-Jacques Delmotte.
Escenografía: Chantal Thomas.
Iluminación: Duane Schuler.
Coro: Cor de la Generalitat Valenciana.
Orquesta: Orquestra de la Comunitat Valenciana.
Dirección musical: Carlo Rizzi.

 

Francisco Bueno Camejo