La inseguridad ciudadana se le va de las manos al concejal Aarón Cano

El concejal de (in)Seguridad Ciudadana Aarón Cano tiene por delante un largo trabajo este mes de Septiembre. Ha de recuperar las calles para una ciudadanía que las siente completamente inseguras por el abandono y la total inacción policial.

Cada vez son más barrios en los que las broncas y algaradas callejeras se suceden, ante una pasividad casi indignante de la policía local de Valencia que ni está ni se les espera.

La falta de agentes es notoria, pero fácil es culpar al gobierno anterior, pero se olvidan 6 años de legislatura en la que las promesas efectuadas se las llevó el viento. Ni más agentes ni más seguridad.

Una intencionalidad política marcada por Aarón Cano

Todo ello se complica con declaraciones e intencionalidad política como al del concejal de (in)seguridad ciudadana. En varios Plenos ante el problema del Botellón en als calles ha afirmado «no voy a enviar a la policía local para acabar con el botellón«. Indignante esta posición política que deja a los profesionales agentes como marionetas en manos del político de turno, a merced de su voluntad política.

Un concejal que niega los problemas de seguridad ciudadana en barrios como Marchalenes u Orriols. Tampoco los ve en Torrefiel o incluso en el Cabanyal, un barrio completamente abandonado a su suerte.

No se le ha oído tampoco valorar el ataque sufrido por los falleros de la Falla Gurpo Antonio Rueda, donde unos menores les atacaron hiriendo a falleros y lanzaron borrachos contra los niños.

Un concejal negacionista y desaparecido que trata como sus marionetas a los agentes

Una actitud intolerable la de un concejal de (in)seguridad que no sólo no ve los problemas y no actúa, sino que es un negacionista de la realidad que vive. Con lo que difícilmente podrá ponerse solución alguna.

El último problema ha sido el ataque a un chico trans en la zona de la Plaza de Honduras, donde los botellones y problemas nocturnos han vuelto tras el toque de queda, aunque nunca se llegaron a ir del todo. Quizá el alcohol y la impunidad hicieron a varios individuos proferir a un chico trans unos puñetazos por un malentendido.

A cambio el Ayuntamiento gasta miles de euros en campañas de respeto y en decálogos de convivencia, que se publican en redes sociales y sólo en algunos medios de comunicación afines para regarles de dinero público. una ayudita a los tuyos para que hablen bien de tí nunca viene mal. Esa es la solución de un concejal desaparecido y negacionista de la realidad.