El despropósito del edificio ilegal del Ágora: la Valencia de las chapuzas vs la Capitalidad Mundial del Diseño

Lo del edificio del «Ágora» como emblema de la Capitalidad Mundial del Diseño de Valencia va camino de convertirse en toda una escena de la mejor falla. Desde su construcción todo han sido problemas y chapuzas varias propios del mejor guión del genial directos de cine Berlanga.

La construcción del edificio

Para la construcción del edificio no consta en el expediente ningún permiso de obras, a pesar de ser una entidad privada. Se hicieron agujeros en el recién casi puesto adoquinado con la marca Valencia de la plaza y se hizo una base de hormigón «in situ» sobre la cual se fijó unos nuevos paneles de hormigón y finalmente se atornilló la estructura del edificio.

Para la construcción el Ayuntamiento ingresó el dinero a la entidad organizadora y ésta lo destinó al edificio, por lo que el edificio no es municipal. Por ello se desde la concejalía de espacio público de Lucía Beamud se efectuó una nota interna que advertía de un «convenio» para eximir del pago de la tasa por ocupación de vía pública al edificio. Esto denota que no es municipal el edificio). Pero era para el 2022.

Jurídicamente se hizo una treta para considerar al edificio como efímero, pero ésta equivale a 4 meses y ampliable a dos mas. Incluye desde su construcción a su desmontaje. Esta fecha acabó en diciembre.

El desmontaje tan polémico como el montaje

El actual desmontaje está siendo casi tan chapucero y polémico como el montaje, porque desde el 1 de enero ha de abonar permiso de ocupación. La propia concejal de espacio público aseguró a este medio que para ella era de «interés general», por loq ue no debería de abonar dicha tasa.

No constaba en el expediente ninguna licitación de desmontaje del edificio a pesar de lo anunciado el año pasado por el propio alcalde Joan Ribó. Por lo que se ha tenido que licitar una nueva contratación para el desmontaje. Se inició hace más de dos semanas el desmontaje pero éste se licitó por 42.285€. Por otra parte hace un par de semanas la Junta de Gobierno Local aprobó el plan de seguridad e higiene y la dirección de la obra, otra vez parece que sin permiso de obras, por otro montante.

Hoy hemos conocido la tercera licitación, otros 17.000€ para «adecuar la base para la plantà de la Falla municipal». Así, la sospecha de partición del contrato para entrar dentro de la legalidad es flagrante. Son constantes las reprimendas de organismos oficiales y de la propia intervención municipal del abuso de la contratación a dedo o por razón de emergencia, pero sin justificar la misma.

El futuro incierto del edificio

Así, el edificio nos costó cerca de 465.000€ su montaje y cerca de 70.000€ su desmontaje. En total cerca de 535.000€ para un «icono» que de momento acabará en un almacén municipal. Ribó aseguró que iría a la Marina, a la parte municipal que tiene el consistorio, pero la Marina recela y nadie quiere pagar otra vez su nuevo montaje.

Así, podemos considerar que es un despilfarro de más de 500.000€ en una estructura que sólo ha dado problemas y donde sólo se han celebrado una decena de charlas municipales utilizadas por el gobierno municipal.

Un problema el justificar este gasto para un gobierno municipal que cada semana ha cambiado el relato del futuro del edificio y ahora no tiene claro el qué hacer con él. porque el techado de vareta al desmontar se quebró en parte y se ha de reconstruir en un futuro para volver a utilizarlo. Nadie pensó en el futuro del edificio, por no pensar no pensaron ni en su desmontaje. Chapuzas varias alias «Ajuntament de Valencia».