La UJI y el Hospital General Universitario de Castellón mejoran la seguridad de pacientes y profesionales en las intervenciones laparoscópicas para evitar contagios por la COVID-19

El estudio CovidLap ha sido posible gracias a la solidaridad de donaciones particulares y de entidades durante la campaña #SomUJIcontraCOVID

Un equipo de investigadores del Departamento de Medicina de la Universitat Jaume I y profesionales sanitarios de la Unidad Multidisciplinar de Cirugía Oncológica Abdominopélvica (MUAPOS) junto al resto de servicios que componen el bloque quirúrgico del Hospital General Universitario de Castellón, han realizado un estudio (CovidLap) que ha permitido mejorar las condiciones de seguridad durante las intervenciones laparoscópicas para evitar contagios por la COVID-19 tanto entre personal sanitario como entre pacientes.

El estudio ha sido posible gracias a la campaña de captación de fondos promovida por la universidad pública de Castelló. Para paliar los efectos económicos y sanitarios del coronavirus. Una campaña destinada a conseguir recursos para apoyar al estudiantado más vulnerable y la investigación contra la COVID-19. #SomUJIcontraCOVID alcanzó una recaudación de más de 73.000 euros gracias a la solidaridad de 425 donaciones de particulares (45%) y 17 entidades (55%) entre mecenas, colaboradores y empresas. La investigación ha contado también con el apoyo de la Cátedra Medtronic de Formación e Investigación Quirúrgica de la UJI.

Un estudio para aportar seguridad en las intervenciones laparoscópicas durante la pandemia

La pandemia provocada por el SARS-CoV-2 puso a prueba los sistemas sanitarios mundiales, entre los que surgieron dudas e incertidumbre sobre las medidas de seguridad a tomar durante las actividades rutinarias hospitalarias. Por ello, el equipo investigador castellonense diseñó una investigación transversal de prevalencia. Como estudio piloto para aportar información científica sobre la seguridad de las intervenciones laparoscópicas durante la pandemia de COVID-19.

En condiciones normales, la laparoscopia es una intervención quirúrgica segura que permite crear una barrera física entre el cirujano/a y el paciente. Evitándose así la exposición ocupacional y la contaminación cruzada. Al comienzo de la pandemia, distintas sociedades mundiales de cirugía establecieron recomendaciones generales para las intervenciones (uso de equipos de protección individual, entrenamiento del personal sanitario, etc.). Recomendaciones específicas para laparoscopia (aumento de protección de la vía aérea y mucosas y recomendación de usar filtros de humo en las cánulas de los puertos de laparoscopia).

El grupo investigador analizó entre abril de 2020 y mayo de 2021 la presencia de partículas víricas SARS-CoV-2 en los filtros de carbono situados en las cánulas de los puertos de laparoscopia durante las intervenciones en el Hospital General Universitario de Castellón. Los resultados demuestran que los pacientes con PCR faríngea negativa para SARS-CoV-2 pueden presentar contaminación por COVID-19 en órganos abdominales. Que, al ser expuestos al aire ambiente, podrían aumentar el riesgo de contaminación de los quirófanos y del personal sanitario.

Asimismo, también han probado que la realización de cirugía mínimamente invasiva con evacuación controlada del aire abdominal (como la laparoscopia) es mucho más segura que la laparotomía clásica. Han demostrado que las primeras recomendaciones de las sociedades científicas quirúrgicas basadas en opiniones de expertos no fueron del todo acertadas, aunque sí necesarias, según comentan desde el equipo de investigación.

Los resultados indican que ningún paciente ha tenido una prueba orofaríngea positiva después de la intervención. Pero la evidencia sugiere que la transmisión en el aire de partículas de SARS-CoV-s a partir de la evacuación de humo de aerosoles que transportan virus debe tenerse muy en cuenta. Por eso el equipo responsable del estudio recomienda «tomar medidas adicionales de seguridad en el quirófano como minimizar la entrada y salida de pinzas y ópticas a través de los trocares abdominales para evitar fugas de neumoperitoneo. También limitar el número de profesionales en quirófano y usar siempre máscaras de protección FFP2. Además de monitorear la existencia de SARS-CoV-2 en forma de aerosoles en el quirófano».

En opinión de los profesionales sanitarios, «la oportunidad ofrecida por la Universitat Jaume I y la confianza demostrada por todas aquellas personas y entidades que han respaldado la iniciativa, dando su apoyo a un proyecto de medicina traslacional, generado en el entorno hospitalario y desarrollado en el laboratorio universitario, nos ha permitido mejorar la seguridad de pacientes y profesionales en el entorno quirúrgico de los hospitales». Los resultados han sido tan relevantes que las diferentes sociedades científicas ya han emitido una alerta sanitaria en la que se informa de este trabajo.

Durante la investigación se han recogido un total de 180 sistemas de filtros de humo utilizados en diferentes cirugías laparoscópicas de especialidades . Tales como digestiva (45 %), ginecológica (37 %) y urológica (18 %) de los que posteriormente han sido analizados 130 en el Laboratorio de Microbiología del Departamento de Medicina de la UJI. La muestra ha estado conformada por un 62 % de hombres y 38 % de mujeres y la edad media de los pacientes ha sido de 60 años. Ha existido un 20 % de cirugías urgentes y el resto han sido cirugías electivas, y el 47 % de ellas han durado menos de 120 minutos. El trabajo no hubiera sido posible sin la implicación y predisposición de todo el equipo quirúrgico del centro hospitalario y la ayuda del Biobanco del HGUCS, integrada en la red pública de la Comunitat Valenciana.