Alberto López, ¿Puede o debe ser México uno de los ejes de la hispanidad ?

Alberto López, ¿Puede o debe ser México uno de los ejes de la hispanidad ?

La efeméride del trece de agosto no es otra que la caída de Tenochtitlan.

Esta fecha es celebrada por una parte importante de la actual población mexicana, sin embargo, esta derrota/victoria (según se mire) es vista por otra gran parte de la población como el inicio de un supuesto exterminio de las razas autóctonas y de la sojuzgación cultural de dichos pueblos.

Explicaciones diversas, para todos los gustos, pero la mayoría con un componente ideológico importante. Muchas veces se tiende a partir de una base ideológicamente ya establecida y esto provoca en gran medida el resultado explicativo final, es decir, buscas los hechos y situaciones históricas que avalan tus teorías. Lo normal sería en base a unos hechos históricos definidos, documentación existente y teniendo en cuenta la “esencia” de los pueblos realizar una argumentación e intentar dar una explicación coherente y alejada de los habituales maniqueísmos y manipulaciones.

“Esencia” en sentido material, como alguien dijo una vez “por sus hechos los conoceréis “.

¿Realmente Tenochtitlan fue conquistada por Hernán Cortés?

Para responder a esta pregunta es necesario entender bien la situación geopolítica de Mesoamérica en aquella época y región. La zona estaba dividida en señoríos dentro de los cuales el señorío Mexica dominaba con mano de hierro al resto de señoríos vecinos.

Ese dominio se traducía en cobro de tributos que podían ir desde la entrega de alimentos hasta la entrega de indios para sacrificios humanos. Recordemos por ejemplo las famosas “guerras floridas” que llevaban a cabo los aztecas y cuyo objetivo era conseguir rehenes para los sacrificios humanos. Una curiosidad es que Moctezuma le reconoce al propio Hernán Cortés que estas guerras también le servían para “mantener el nivel” de la tropa, es decir, el resto de tribus les servían de sparring.

Como muy bien cuenta el historiador Iván Vélez en “La Conquista de México”, Cortés era una persona culta que había estudiado en la universidad de Salamanca y que tenía gran visión tanto militar como política.

Seguramente esto hace que rápidamente se dé cuenta de la dramática situación de las tribus sometidas por los mexicas y se dispone a trazar alianzas con estos pueblos y logrando incorporarlos en la “cruzada”.

Digo “cruzada” porque en aquellos hombres el componente religioso era muy importante, en las crónicas el mismo Cortés se refiere a la gran pirámide de Tenochtitlan como “mezquita”.

Por su parte las tribus ven en la figura de Cortés y sus hombres a los libertadores del férreo dominio Mexica.

En este punto hay que destacar, y es algo que remarca Iván Vélez, que se ha de hablar de “los indios” y no “del indio” puesto que cada tribu era independiente y muchas veces con intereses totalmente contrapuestos.

Recapitulemos…

Cortés llega a Mesoamérica y se encuentra un mosaico de tribus dónde los conflictos entre ellas era tónica habitual con continuos enfrentamientos sangrientos.

Gracias a sus alianzas, sobre todo con Tlaxcaltecas y Totonacas, Cortés logra imponerse al señorío Mexica.

Como ven los más expertos en el tema hemos acortado mucho y hemos ido directamente al grano.

Nunca olvidemos que todo proceso de conquista en su etapa inicial implica batallas y muertes por ambos lados.De hecho, hasta con la misma Tlaxcala el primer encontronazo fue militar.

¿O alguien duda que cuando el pueblo Mexica se asentó en el territorio, apenas 200 años antes, no conquistaron y se produjeron batallas? ¿esta otra conquista si es legítima? ¿tienen que pedirle perdón los Mexicas a sus conquistados?

La realidad es que Cortés llegó con apenas 400-500 hombres y sin la anexión a la causa de Tlaxcala hubiese sido imposible la empresa. Se podría decir que Tlaxcala conquistó el imperio Mexica aliado con los españoles. De hecho, a día de hoy en Tlaxcala todavía se sienten orgullosos de estos sucesos y los mismos Tlaxcaltecas contemporáneos de Cortés se sabían y se valoraban como artífices de la victoria. Como dice el historiador Mexicano Martín Ríos Saloma “negar esto es dudar y menospreciar el importante papel de los pueblos indígenas en la conquista”.

El famoso lienzo de Tlaxcala que encabeza este texto simboliza la alianza de los pueblos amerindios con La Monarquía Católica. Alianzaigual a las que se produjeron en otras muchas partes de américa, alianzas que duraron siglos y que reconocieron tierras y derechos a las poblaciones autóctonas. No es de extrañar que cuando se producen las guerras civiles que dan lugar a las independencias los indios mayoritariamente están del lado realista.

Si analizamos la realidad actual de México nos entramos con un país de unos 127 millones de habitantes donde la lengua vehicular es el español y la religión mayoritaria es la católica. Un país cuyas fronteras actuales tienen más que ver con las del virreinato que con las del señorío Mexica, “aventuras” del siglo XIX aparte. Un país donde el 98% de la población es mestiza, dónde los nombres más habituales son Juan o José y María o Guadalupe.

Pocos nombres encontrarán como Edahi o Yuma y Quetzaly o Yetzali.

El calendario que usan es el gregoriano surgido de la universidad de salamanca, no el mexica.

Las corridas de toros son uno de los eventos más populares. Podría seguir, pero creo que con estos ejemplos es más que suficiente.

A pesar de todo esto la historiografía oficial se empeña en vendernos que hubieron tres siglos de opresión y a partir del S. XIX, con la independencia, se volvió a la supuesta raíz Mexicagenerando 200 años de “luz y gloria”.

  • En estas circunstancias, ¿puede ser el actual México uno de los ejes principales y vertebradores de la nueva hispanidad que se viene?

Por población y potencialidad no sólo puede, sino que así debería ser, pero evidentemente queda un largo camino por recorrer.

Para que esto suceda México debería recuperar su hispanidad, aunque yo personalmente creo que ya la tiene, el problema es cuando se niega y no se quiere ser lo que realmente eres.

Esta especie de ideología de género que se sufre en México que lleva a la negación de lo hispano es lo que más daño ha provocado al propio país. Por desgracia es algo que se aplica también en otras regiones hispanas.

El ser hispano implica tu componente indio y tu componente español, uno no niega el otro, es más, se retroalimentan positivamente. En general el odio y la negación sólo generan sociedades sin futuro y frustradas.

Me vienen a la mente las palabras de López Obrador al solicitar disculpas a España. Como dije en mi anterior artículo, “¿nos están robando la identidad hispana?”, las Españas son tan herencia del actual México como del estado español.

Esto quiere decir que López Obrador se debería auto enviar una carta de disculpas, ¿no?.

  • Como pueden entender la situación es tan ridícula que roza el surrealismo.

Y el problema siempre se reduce a lo mismo, México tiene que reconciliarse con su historia y reconocer su hispanidad. Basta ya de flagelarse continuamente, de hacerse el harakiri histórico. México es hijo de ese sincretismo de la cultura peninsular y americana que dio lugar al mestizaje en todos los sentidos.

Hasta que esto no suceda el país dará tumbos sin sentido de un lado a otro, y por supuesto no podrá ser punta de lanza de la hispanidad.

En resumidas cuentas, México lo tiene todo pero los hispanos estamos perdiendo el partido sin jugarlo, por incomparecencia.

Pero claro López Obrador tiene otros datos.

Permítanme el gusto de decir “¡¡¡GLORIA ETERNA A TLAXCALA!!!”.

Por ALBERTO LÓPEZ

Alberto López, ¿Nos están robando la identidad Hispana?