Que el poder corrompe ya lo sabemos, y como una de las mejores series de Netflix, algunas personas protagonistas del poder parece que se han embriagado de poder, hasta el punto de pasar de la figura del héroe del Pueblo con la que se presentaron a las elecciones hace ahora 7 años a la villana del Reino.
Aquella jovenzuela que se ponía frente a las excavadora y defendía a las personas ha pasado a ser la vice-presidenta de la Generalitat Valenciana, donde su tiempo libre lo pasa tomando cervezas con sus asesores, no ayundando a los más necesitados. Poco o nada queda de la camsietas reivindicativa, porque ahora ha poasado a ser la protagonista de su propio cuento de villanos.
Aquella joven que salía en la Sexta todos los días reclamando a Camps y Barberá dimitieran, ahora se oculta y asegura no dimitirá. Los mismos argumentos que entonces argumentaba son los que ahora no se quiere aplicar a sí misma.
«Un político cuando le imputan debería dimitir, por consideración con el Pueblo y porque no puede dañar así la imagen de la Generalitat Valenciana»
Estas palabras que decía Oltra para referirse a Camps y Barberá caen ahora como una pesada losa contra ella misma. Oltra, quién te ha visto y quién te ve. Pero ella sigue apegada con loctite a su sillón de Vice-presidenta y cobrando un abultado sueldo de los valencianos a los que ha traicionado.
¿Cuál es la Oltra verdadera?: Doctor Jekyll y Mh. Hyde
Las dos caras de Oltra hemos visto en pocos años, ¿cuál es la verdadera?. Ella que pedía con camisetas dimisiones por «dignidad» y ahora nos e aplica eso mismo a sí misma.
La Oltra que luchaba y que comenzó el «Govern de les persones» o por contrala que se ha encarado con mujeres obreras del Sindicato Obreo. ¿La Oltra que decía defender a las personas más vulnerables como Robin Hood o la que bajo la tutela de su departamento la víctima de un abuso de su ahora ex-marido fue llevada engrilletada al Juzgado?.
Oltra y su incapacidad de autocrítica
Oltra desde que se supo los abusos de su ahora ex-marido «que dijo en Cortes Valencianas le repugnaban«, ahora parece va a ser investigada por una «supuesta»apertura de un expediente e investigación parajudicial, que como dice La -y digo La porque es mujer-, fiscal, parece una trama «urdida para desacreditar a la menor y así poder tapar los abusos y desamparar a la menor que tutelaba su propia Consellería«.
Primero érmanos machistas los que criticábamos su laxitud con el tema de su entonces marido. Luego resultó que en Cortes Valencianas cargó contra el Juez que condenó a su marido ( ahora ex) por abusos a la menor tutelada. «Es un fallo indigno de un juez con múltiples juicios de valor». Pero también acusó a la Policía y Guardia Civil de «no saber hacer su trabajo».
Todos éramos culpables de ir contra ella, y todos nos habíamos equivocado y éramos unos machistas.
Ahora carga contra la Fiscal que pide su imputación. «inaudito» y asegura que con este informa «hay un problema de calidad democrática». Un hecho grave que pone en tela de juicio a la Fiscalía, a los Jueces y a todo el sistema.
Traición a los valores socialistas y progresistas, ¿qué les queda? sólo el pegamento al que se unen a sus sillones y su elevado sueldo
Un sistema que es bueno cuando le apoyaba pero que ahora se ha convertido en malo y hay que exterminar. Un sinsentido, el ocaso de alguien que se creía impune y por encima del bien y del mal.
Ahora Puig tiene un gran problema, otro más, pero huye y se esconde, mostrando su cobardía en afrontar los problemas. Parece que el pegamento que les une a sus sillones y a sus sueldos no les permite discernir entre el bien y el mal. El ejército de asesores- estómagos agradecidos y de altos cargos a dedo pesa más que los principios éticos y morales, y sus principios los traicionan cada día que pasan en el cargo.
Algunos se excusan tras las palabras «socialista y progresista», a pesar de que hace muchos años que lo dejaron de ser cuando traicionaron estos principios. Ni socialista, ni progresista, ahora provechados y oportunistas.
