La vida política valenciana se traslada a los Juzgados de Valencia (otra vez)

Ayer fue una más que intensa jornada en los Juzgados de la Ciudad de la Justicia de Valencia. Donde podemos afirmar que la vida política valenciana se trasladó literalmente a la Ciudad de la Justicia del Cap i Casal. El destino hizo coincidir en una misma jornada a la ex-vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra y al ex-presidente de la Diputacio de Valencia y actual alcalde de Ontinyent Jorge Rodríguez.

La declaración de Oltra duró casi ocho horas

Mónica Oltra llegó en torno a las nueve de la mañana a las inmediacioens de la Ciudad de la Justicia, donde parecía que en la Generalitat Valenciana fuera un día fetsivo, ya que allí se congregaron docenas de cargos institucionales entre altos cargos, asesores y dirigentes de Compromís. Parece que algunos se tomaron un día de fiesta o directamente no acudieron a su puesto de trabajo o lo hicieron más tarde. Parece que la consigna era la de arropar a la «faraona» Oltra.

Una nube de cámaras rodeó a Oltra que aseguró se mostraba «tranquila» aunque no lo parecía. Eso sí, una Mónica Oltra arreglada, peinada y con sus mejores galas para declarar ante el juez. No quiso hacer declaraciones en la entrada, y aseguró als haría cuando saliera.

Su salida se produjo casi ocho horas después, un largo tiempo en las que estuvo respondiendo a las preguntas del juez y del fiscal. Una declaración a puerta cerrada que comenzó a las 10 de la mañana, paró para comer y se reanudó por la tarde. Cerca de las 20:30h Oltra salió cansada de su larga declaración.

Un símbolo que recordaba al pasado

El poder político de la Generalitat Valenciana de nuevo pasaba por los juzgados, recordando a épocas pasadas que tanto criticó el Botànic y la propia Oltra. Un deyavú para los valencianos.

El juez le preguntó por el conocido ya como «expediente parajudicial» que elaboró la propia Consellería que ella misma presidía y sirvió posteriormente para desacreditar a la menor. hasta el punto que la Sentencia de abusos a su entonces marido señala que el interés de la Consellería era el de «desacreditar a la menor y no el de protegerla».

Oltra negó que ella ordenara dicho expediente, pero antes de estar imputada ella misma reconoció que sí lo había solicitado.

Oltra se desdice de todo lo dicho hasta ahora

Oltra aseguró esta vez que ella no supo nada del citado expediente y señaló a su Directora General de su autoría. Incluso aseguró que desconocía el Informe encargado y pagado generosamente al Instituto Espill por el que se tuvo que repetir el juicio al entonces marido de Oltra. Un informe encargado por la Consellería de Oltra que aseguraba que la menor era muy conflictiva y que se inventaba todo lo sucedido con tal de tener protagonismo. Un Instituto que posterior al informe encargado «ad hoc» obtuvo una muy valiosa concesión de la propia Consellería «por su experiencia y valor».

Oltra contestó al Juez, fiscal y defensa en sus preguntas y parece recurrió a su habitual discurso culpabilizando de todo a los demás. Parece que olvidó que no estaba en la Tribuna de Les Corts Valencianes y no ante un juez y eludió con evasivas las preguntas del propio juez, como la de que cómo era posible que si la menor era tutelada por su Departamento no se personasen en el casod e abusos como acusación particular contra el entonces marido de la ex-consellera por abusar de esa menor tutelada.

Oltra aseguró que de esta investigación «parajudicial» ella noe ra conocedora. Parece que la estrategia era la de asegurar que ella, Consellera no se enteraba de nada y menos en un tema tan delicado. Recordando a las palabras de cierta infanta de España que aseguraba que no se enteraba de nada de lo que hacía su marido. Un nuevo deyavú.

La vida política valenciana de nuevo en los Juzgados

El destino hizo que a unos pocos metros empezara el Juicio por el Caso Alquería. El que juzga entre otros altos cargos al ex-presidente d ela Diputacio de Valencia. Aquí se juzga al ex-dirigente socialista en su gestión de la ahora ya extinta empresa Divarlterra.

Lo que Puig ha considerado como «caso meramente administrativo» en realidad parece que fue la contratación reiterada de «asesores zombies». Altos cargos que cobraban por ni tan siquiera ir a trabajar. Favoreciendo a personas del PSPV y de Compromís. Son finalmente 14 los acusados que se sientan en el banquillo de los acusados de la Audiencia provincial, entre llos Jorge Rodríguez cuyo escándalo y tras su imputación le obligó a dimitir tars estar esposado y detenido varios días de presidente de la corporación provincial, al que sustituyó el actual presidente, Toni Gaspar.

Rodríguez fue apartado del PSPV y se montó su propio partido con el que ahora tiene representación en la Diputacio de Valencia, «La Vall ens uneix», y con el que el acusado es ahora alcalde de Ontinyent.

A los imputados se les atribuye los delitos de prevaricación administrativa, malversación de caudales públicos y falsedad en documento oficial.

Y Puig esperando al caso de su hermano cazasubvenciones que involucra de lleno a su familia

Pero todo esto no ha sido más que un aperitivo de la declarada como «causa compleja» de Francis Puig, el hermano cazasubvenciones de Chimo Puig. Aquél que contrató al propio hijo de Chimo Puig con una subvención de la Generalitat Valenciana trabajando en Aragón. Parece que incluso aportó facturas para subvenciones del valenciano de la perfumería de la cuñada de Puig.

Francis Puig es investigado por aportar las mismas facturas en tres administraciones distintas, la Generalitat Valenciana, la Generalitat de Catalunya y el Gobierno de Aragón.

Unos casos judiciales que rodean al Botanic y al propio President y que afectan de lleno al Consell, al PSPV y a Compromís. Un desgaste político incuestionable y que ha hecho cambiar al President, que ha decidido pasar a atacar a los medios, por aquello de matar al mensajero, y cerrarse en sí mismo. Un president preocupado por su entorno y su propio sillón y no por los problemas de los valencianos, en un Consell de «tourne» por la Comunitat Valenciana, evitando preguntas incómodas y mirando hacia otro lado para no asumir una pizca de autocrítica, un Consell a la desesperada. Así no, señor Puig.