Política en positivo

Fernando de Rosa: Política en positivo

En esta semana hemos podido comprobar los valencianos cómo desde el poder público se puede hacer política en positivo. Me refiero a la iniciativa llevada a cabo por el Consell, presidido por el President Carlos Mazón, en materia de vivienda, para construir 10.000 viviendas sociales en la presente legislatura, compromiso que ya está poniendo en marcha la vicepresidenta segunda, Susana Camarero, y su equipo.

El problema de falta de  vivienda asequible es sin duda una de las cuestiones que más angustia a los ciudadanos valencianos, máxime cuando tras 8 años de gestión por parte de la izquierda valenciana no se ha construido ninguna vivienda pública.

Compromís, Podemos y el PSPV han acrecentado la precariedad social de muchos jóvenes y personas vulnerables siendo incapaces de trabajar por dar una solución que se agravaba día a día, convirtiendo su discurso de progreso en meras palabras totalmente vacías, como en otras muchas cuestiones.

Realmente, el falso progresismo de la izquierda valenciana se está poniendo cada vez más en evidencia tras su salida del poder, que ha provocado que los ciudadanos podamos comprobar, día a día, cómo se despilfarraba dinero en políticas de subvenciones a los amigos y familiares. No hay que olvidar cómo a Compromís se le “pasó por un error” reclamar la devolución de la subvención de 170.000 € a los socios de los familiares de Ximo Puig, o cómo se niegan inversiones en nuestra Comunitat, siendo el ejemplo más claro cómo la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, se burla de los ciudadanos de L´Horta Sud negando el soterramiento de las vías de cercanías que ya han provocado 80 muertes.

El Consell de Carlos Mazón prevé movilizar 7.300 millones de euros hasta 2027 en política de vivienda.

Para ello ha solicitado la colaboración de los ayuntamientos de toda la Comunitat, de los que ya más de 40 se han adherido al plan de la Generalitat,  y de la iniciativa privada. Junto a la colaboración de las administraciones se va a efectuar una política de ventajas fiscales y desgravaciones para incentivar la compra por parte de los jóvenes y aquellas personas más vulnerables y sobre todo, una eliminación de burocracia para poder agilizar la construcción.

Mientras, a la izquierda se le llena la boca de hablar de progresismo, el President Mazón está poniendo en vigor una verdadera gestión de progreso, la cual consiste en hacer políticas positivas que sean trasversales y alcancen, sobre todo, a aquellos que más han sufrido las políticas de división botánicas, como los jóvenes y las familias.

La izquierda valenciana está cada vez más anclada en el pasado siglo en la que los “ismos” eran su bandera.

Así, siempre han utilizado palabras que al final eran simples eslóganes, como su autodenominación de gobierno “progresista, feminista y ecologista”.

Su  “progresismo” ha sido no aplicar  el artículo 47 de la Constitución que recoge el derecho de todos los españoles a disfrutar de una vivienda digna y adecuada siendo misión de los poderes públicos su promoción. Su “feminismo” ha sido aprobar la ley del “sí es sí ” con cientos de violadores y pederastas en libertad o con reducción de penas, y su “ecologismo” ha sido poner en peligro la Albufera invirtiendo solo 5 millones de los 600 presupuestados para su regeneración provocando una pérdida de la biodiversidad.

El gobierno del cambio presidido por Carlos Mazón ha declarado que esta legislatura será la del “derecho a la vivienda” y se ha puesto manos a la obra

Porque trabajar por hacer efectivos los derechos es trabajar por el progreso de los ciudadanos, lo cual deja a un lado la demagogia de los “ismos” y sobre todo, del falso “progresismo”. Apuesta por una política en positivo que es aquella que aleja el insulto, el  sectarismo y el amiguismo, desterrando  todo aquellos que divide a los ciudadanos entre los “míos y los otros” que ha caracterizado y caracteriza la política en negativo de Ximo Puig, Diana Morant, Águeda Micó y Baldoví.