Montarse un palacete, el nuevo juguete de Chimo Puig

El pasado 13 de enero, el Consell aprobó un traspaso de diferentes partidas presupuestarias por un importe de casi veinticuatro millones de euros, para la adquisición del edificio de Correos ubicado en la plaza del Ayuntamiento de la ciudad de Valencia. El edificio fue construido entre 1915 y 1922, siendo inaugurado en el año 1923.

  • El President Puig no ha concretado a qué va a destinar dichas instalaciones, aunque ya conocemos un uso que se la ha dado hasta este momento.

En concreto, el mes de marzo, la Generalitat se gastó casi un millón de euros para acondicionar el edificio de Correos para las fiestas falleras y así, recibir y agasajar a sus amigos.

El catering, costó más de 30.000 euros, es decir, una media aproximada de 2.500 a 3.000 euros al día. Para más inri, por medio de un contrato a dedo se gastaron 16.800 euros para la adquisición de un total de 1.300 blusones falleros y pañuelos para el cuello, que fueron regalados a todos los que fueron invitados al palacete.

Puig tuvo su propio balcón fallero, siendo un claro ejemplo de lo que ocurre con la política del President y su gobierno: postureo, sonrisas forzadas, gastos desmedidos e innecesarios y alejamiento de la ciudadanía.

No sé si su inquietud por tener un edificio público al que asomarse a la plaza del Ayuntamiento responda a un intento de emular a Evita Perón desde el balcón de la Casa Rosada de Buenos Aires, y entonces, Puig proceda a entonar: “mis lujos son solamente un disfraz, un juego burgués nada más”.

  • Eso es, precisamente, la política del Gobierno del Botànic: un disfraz.

De hecho, la careta se les ha caído esta semana en la que hemos tenido conocimiento de dónde procedió el dinero con el que la Generalitat Valenciana adquirió el palacio de Correos.

En concreto, el martes 7 de junio, el Diario Oficial de la Generalitat detalló el origen de todas las transferencia o traspasos presupuestarios y la mayor parte de los fondos salieron de partidas presupuestadas inicialmente para inversiones sociales en educación y vivienda.

Así, por ejemplo, casi catorce millones de euros se sacaron de infraestructuras en materia de Educación: 1,9 millones correspondientes a primaria y 12,1 millones, de secundaria.  En definitiva, esta cantidad implica más de la mitad del coste total del edifico de Correos.

  • Resulta escandaloso que se llegara el fin del ejercicio presupuestario pasado sin haber ejecutado tantos millones de euros en inversiones sociales, vivienda o educación.

A su vez, es inquietante y preocupante que ese dinero se gastara en comprar el palacete en el que Puig parece que quiere refugiarse dando la espalda a las verdaderas necesidades de los valencianos y valencianas. Una vez más se pone de manifiesto que, las tan manidas “políticas sociales” del Gobierno del Botánic son solamente un eslogan que ya nadie se cree. Antes que construir escuelas y eliminar los barracones, prefieren vivir en ese lujo. Se disfrazan de políticos comprometidos, para ocultar su verdadero rostro.

  • El presidente del Partido Popular de la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón, ha denunciado este abuso y engaño a los valencianos.

Afirmando que no se puede “recortar inversión en colegios y en vivienda para comprar y acondicionar un palacete innecesario», añadiendo que es “vergonzoso” que Puig «desvíe dinero de colegios para montarse un palacete» en la plaza del Ayuntamiento «cuando tiene 16.000 alumnos en barracones y el 70% de centros por construir».

Pero ya sabemos que a los socialistas y los socios nacionalistas, excluyentes y comunistas de los que se rodea, lo que les importa son ellos mismos y sus amiguetes. De hecho, la Comunitat Valenciana es la más endeudada de España, entre otros motivos, por la nefasta gestión del Botànic.

Lo importante para ellos es gastar el dinero en fiestas y comilonas, refugiándose en el “balcón de marfil” de su palacete. Sin embargo, la política no es algo frívolo. El Partido Popular de la Comunitat, con Carlos Mazón al frente, está en condiciones de devolver la seriedad  a la política valenciana, y atender a las necesidades y aspiraciones de todos los valencianos.

Fernando de Rosa