Luisa C. Perosán: «Fiestas populares y campanadas»

España es un país rico en fiestas y original con las celebraciones. Últimamente hemos sustituido las tradicionales procesiones por manifas a favor de paises que ni nos van ni nos vienen, ya no corremos delante de las vaquillas tan asiduamente como hace treinta años, ahora nos sentamos tras un teclado y toreamos al enemigo a golpe de zasca en redes sociales.

Ya no acudimos a los teatros a ver revistas, las vedettes (como se llamaban hace décadas) están todo el día en televisión enseñando cacha, en programas con una disposición muy feminista e igualitaria, es decir, tres o cuatro tíos cutres graciosillos y cinco o seis tías buenas que da igual si son graciosas o no. El gobierno de turno o sus voceros mediáticos nos dicen como se deben felicitar las fiestas y qué nos tiene que gustar.

  • Una de las celebraciones más populares en España son las doce campanadas engullendo doce uvas para pasar de un año a otro.

Tradicionalmente esto se televisa desde la Puerta del Sol. Hace años se lo encargaban a algún famosillo, un presentador o cantante, alguien que ese año hubiera sido popular para explicarnos cansinamente lo de los cuartos y las campanadas y hacer un poco el oso, pero eso ha cambiado también.

  • Desde hace ya bastantes años se ha convertido en una exhibición de carne y horrores textiles.

Y no es solo por las performance de Pedroche, es porque desde que esta mujer arrebató a la primera cadena gran parte de su audiencia, se ha establecido una especie de competición para mostrar carne estratégicamente al tiempo que el escaso ropaje es lo más feo posible.

La moda, como el resto de las cosas está profundamente afectada por la deriva social actual y es una representación fiel de cómo está el mundo. Pero no hablamos de moda cuando hablamos de este espectáculo lamentable y de pésimo gusto. No hay moda en esto, es anti moda, es lo más alejado de la moda que pueda concebirse.

Se buscan “creaciones” de las que hace años solo se encontraban en locales de lucecitas y en el caso de Pedroche, la ocurrencia de algún diseñador que vive en casa de sus padres y jamás tendrá una marca decente, uno de esos diseñadores a los que han engañado durante cuatro o cinco años asegurándole que lo formaban, mientras le reían las gracias y asentían sonrientes cuando mostraba las primeras creaciones provenientes de su diarrea mental. Monstruosidades o copias baratas de diseños ajenos, ridiculeces de todo tipo con una sola premisa y es, que se vea carne, cuanta más mejor.

Puede parecer en un primer momento que se busca algo original, pero nada más lejos de la realidad, si sustituimos la cara de Pedroche por la de cualquier otra chica con su mismo color de pelo y ojos, nos resultaría difícil de distinguir porque las cejas estilo “velcro cepillado” abundante y perfilado son tan comunes que se compran incluso en Amazon, porque el resto del maquillaje aplicado con una espátula es tan idéntico entre vedettes que cuesta distinguirlas.

  • Este año como el resto de los años los modelitos han sido calamidades confeccionadas.

El de Pedroche por descontado, era un disfraz de aspecto incómodo, anti estético y seguramente, barato. La otra muchacha que salió con Ramón García vestía una especie de harapo de blonda que le daba el aspecto de una clavariesa tras el ataque de un oso. Y no olvidemos a Ramón, luciendo una chaqueta rosa fucsia muy mal hecha y que le daba la apariencia de una gominola que se ha pasado varios días en el bolsillo del pantalón.

Para rematar, nadie sabe muy bien porqué, una señora totalmente irrelevante, que se ha hecho conocida por un piquito discutido, nos felicitó el año con su mejor sonrisa equina, revestida de un plástico dorado cual envoltorio de Ferrero Rocher bajando hasta el ombligo, nos soltó un discurso sin sentido y se embolsó no se cuantos miles de euros del sufrido contribuyente.

A ver si el año que viene parte de ese dinero lo invierte en ponerse algo decente de ropa. Porque tenemos Jenni para rato.. Tenemos “Pedroches” original e imitaciones para rato, porque desgraciadamente, tendremos todas las nocheviejas carne en el menú.

Luisa C. Perosán