Fernando de Rosa: “ El verdugo Sánchez”

Fernando de Rosa: “ El verdugo Sánchez”

El “verdugo” es uno de los personajes de la conocida novela de Lewis Carroll, “las aventuras de Alicia en el país de las maravillas”. En concreto, aparece en el capítulo octavo, mientras se desarrolla la partida de croquet. El Rey de Corazones le llama para que decapite al Gato de Cheshire. Sin embargo, en el momento de proceder a la decapitación, el verdugo se da cuenta de que el cuerpo del gato esta evaporado, desvanecido, es decir, solamente se le ve la cabeza. En ese momento, el verdugo llega a afirmar que “tan imposible es cortar una cabeza sin cuerpo como un cuerpo sin cabeza”.

Traigo este personaje a colación a la vista de las ultimas “decapitaciones políticas” que ha ejecutado el verdugo Sánchez, presidente del Gobierno y secretario general del partido socialista. Curiosamente, las mismas han tenido lugar en fechas cercanas al 14 de julio, aniversario de la toma de la Bastilla y el inicio de la Revolución francesa. La “guillotina política” del presidente del Gobierno ha estado muy activa, conduciendo al patíbulo del cese, dimisión o renuncia a todo aquel que le pueda hacer de cortafuegos ante sus grandes errores políticos. Actúa de esta manera, aun cuando los “ejecutados”, políticamente hablando hayan sido fieles y sumisos lacayos allí donde Sánchez les colocó.

Así, Adriana Lastra, tras cinco años al frente de la vicesecretaria general del partido socialista, presentó su dimisión el pasado 18 de julio. Durante el tiempo que ha desempeñado el papel de número dos del partido y a su vez, diputada, ha sido la fiel escudera del presidente y lo ha demostrado claramente en sus duras y desmedidas intervenciones en el Congreso de los Diputados. Desde el atril del Congreso se ha dedicado a insultar y descalificar al Partido Popular, intentando mantener la confianza de Sánchez.

Sin embargo, la debacle del partido socialista en Andalucía, que, en definitiva, es el fracaso de las políticas de Pedro Sánchez, incluso en lo que históricamente se ha llamado feudo socialista, han llevado a Lastra a presentar su dimisión. Es llamativo que, en el momento de irse, a pesar de que Sánchez le ha cortado políticamente la cabeza, sigue manteniendo esa lealtad al presidente que de nada le ha servido.

De hecho, justificó su salida afirmando que «se han producido cambios importantes en mi vida personal que me exigen tranquilidad y reposo y que, en las dos últimas semanas, me han obligado a tomar una baja laboral que se va a prolongar aún un tiempo”. De esta manera, con su embarazo, justifica dejar su cargo de responsabilidad en el partido. Curiosa estrategia de un partido que dice defender los derechos de la mujer y sin embargo, la versión oficial es que Lastra deja el cargo por estar embarazada.

Unos días después, se produjo la renuncia de la “delegada del Gobierno” en la Fiscalía General del Estado, Dolores Delgado. Desde su puesto, Delgado ha actuado con arbitrariedad en los nombramientos, eludiendo el consenso y alejando la cabeza de la institución de las funciones que tiene encomendadas constitucionalmente. Ha actuado como la terminal monclovita en la Justicia, en el marco del plan urdido por el Gobierno social-comunista de controlar todo el ámbito jurisdiccional. Sin embargo, también le ha llegado la hora. Sánchez prescinde de ella a pesar de que en todo momento ha estado al servicio de los intereses del presidente.

Desde que Pedro Sánchez logró su objetivo de instalarse en la Moncloa, han sido frecuentes los ceses, dimisiones, o salidas del Gobierno o puestos de responsabilidad pública de sus más cercanos colaboradores. De esta manera, el presidente paga los “favores” que le hicieron los que le auparon a la Moncloa o a los que han colaborado para mantenerse en poder a pesar de tantos y tantos errores de carácter político que se encadenan en su gestión. Basta recordar las salidas de Carmen Calvo, José Luis Ábalos y Juan Carlos Campo, o Iván Redondo.

“Corto, corto, corto cabezas” es la práctica habitual de Sánchez. El verdugo de Alicia en el pais de las maravillas decía que era imposible cortar cabezas sin cuerpo. Pedro Sánchez ha sido capaz de demostrar que pueden cortarse cabezas de un gobierno que no tiene cuerpo, y como dije la semana pasada, ni siquiera alma.

Fernando de Rosa