Enrique Arias Vega: La palabra es “recortes”

Enrique Arias Vega: La palabra es “recortes”

Cada año se vota la palabra que mejor define los 365 días que han pasado. Ya anticipo que para 2022 o, si no, 2023, ese vocablo será “recortes”.

Todos los datos apuntan en ese sentido, El último, las previsiones de la OCDE que reducen nuestro crecimiento al 4,1% del PIB frente al 5,5% que nos vaticinaba hace sólo cinco meses. ¿Qué va a pasar, pues, si tenemos menos dinero?

Hasta ahora, la liquidez era algo que no importaba al Gobierno, instalado como está en el déficit presupuestario y el crecimiento de la deuda pública: por gastar que no quede. Además, para eso tenemos los fondos de la Unión Europea que nos van a sacar del agujero aunque, claro está, hay que mirar si se hace el uso conveniente de ellos y no se despilfarran como viene siendo norma habitual.

Porque, si somos objetivos, observamos la inclinación desmedida al gasto de la Administración del Estado, sea cual fuere el tema. Lo mismo se trata de una subvención a una ignota ONG que el aumento de ayudas a colectivos de nueva extracción: el gasto no tiene limitaciones y para hacer frente a él, convenga o no a los intereses colectivos ya está una fiscalidad cada vez más dura con la que hacerles frente.

Pero tanto gasto improductivo al final no es sostenible y la funesta palabra “recortes” aparecerá en el horizonte. El plan de Pedro Sánchez, digámoslo ya, es demorar ese momento para así ganar las elecciones de 2023 o, si las pierde, dejar el marrón de enjugar el déficit al que venga detrás y hacer bueno ese mantra recurrente de que con los socialistas todo son prestaciones y con el PP, en cambio, vienen los odiosos recortes.