El Ayuntamiento primero trata de robar compradores a los vendedores de los mercados y ahora les increpa con su «Menja Be, Caga be»

La misma empresa que la semana pasada se paseaba por algunos mercados municipales con la campaña «Menja Be, caga be», se ha presentado hoy en el Mercado Central de Valencia.

Cinco personas ataviadas con una nariz roja de foam de payaso y carteles alusivos se han paseado entre los pasillos del Mercado Central de Valencia. Increpaban a los vendedores y a todos los que han criticado la campaña. Portaban un cartón escrito a mano que enseñaban a todos.

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Así se acercaban a las paradas y se lo mostraban a vendedores y clientes. Algunos de ellos les han increpado su actitud y han llamado a seguridad y a la gerente del mercado.

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«Esto es una vergüenza, no sólo el Ayuntamiento nos envía a la competencia desleal, sino que ahora nos increpan las propias personas contratadas».

Los vendedores afirman que «no vamos a tolerar más insultos del Ayuntamiento de Valencia. En vez de apoyarnos a los pequeños comerciantes para que podamos sobrevivir, nos intentar primero robar clientes y ahora nos increpan».

La incredulidad de los vendedores es máxima ante un Ayuntamiento que afirma que «es una campaña de La Alimentación sostenible encargada por el concejal de Compromís Alejandro Ramón».

La empresa contratada con dinero público ahora increpa la libertad de expresión

La empresa de la soez campaña «Menja Be, Caga Be» está contratada con dinero público y está actuando su campaña en recintos municipales. Primero esta camapaña trataba de llevarse clientes a los tiras de contar que muchos califican de «competencia desleal a los vendedores de los mercados municipales fimentada por el propio Consistorio«. Ahora parece increpar a medios de comunicación, vendedores y todos los que han criticado esta forma soez y ravalera de dilapidar el dinero público.

Tan libertad de expresión es denunciar públicamente esta contratación a dedo soez y malintencionada como ahora utilizar los medios municipales para increpar a los que la critican. La única diferencia es que algunos llevan a cabo esa «libertad de expresión» con dinero público.

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